El peligro aviario ‘aterriza’ en las operaciones de aeronaves
Exponen los efectos de la colisión con bandadas de aves. Tagsa se defiende y dice que sí realiza actividades para minimizar riesgos. La Aviación Civil aún no contesta
El riesgo de colisiones entre aves y aeronaves ha encendido las alarmas en Guayaquil. Un clima como el nuestro y la proximidad de las camaroneras favorecen la proliferación de hábitats de diferentes especies de pájaros, ya sean pequeños o de mayor volumen. Y si estos se pasean en bandadas podrían dañar las estructuras, romper los equipos o hasta introducirse en la cabina de las aeronaves, causando daños a los tripulantes o pasajeros.
Así lo explica el piloto de helicópteros Mario Acosta, luego de que se conociera un oficio de la aerolínea Equair en el que expone la “crónica” de un grave accidente y “muerte anunciada” de usuarios de transporte aéreo nacional o internacional, a causa de los impactos de aves con dos aeronaves la semana anterior, involucrando al aeropuerto de Guayaquil José Joaquín de Olmedo.
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Leer másEsta realidad es más común de lo que se puede imaginar y no solo ocurre en el país sino a nivel mundial. Acosta señala que “aunque parezca imposible” los pájaros, ya sean garzas, flamencos o tijeretas, sí pueden provocar un accidente, por lo que corrobora que es un peligro constante cuando se vuela.
“Guayaquil es una zona tropical y en la costa tienes muchas zonas como camaroneras, bananeras... Para el vuelo con helicópteros me ha pasado que bandadas de loros, en la zona norte de la pista, interfieren las áreas de seguridad del aeropuerto porque existen árboles y salen a volar; pero lamentablemente se cruzan por el eje de pista a la altura de la terminal terrestre y ahí vienen los problemas, sobre todo para los aviones en las fases finales”, explica.
Agrega que muchas veces es difícil para los pilotos observar estas bandadas de aves. “El tema es que por la velocidad en la fase final de la aproximación, se pueden estrellar quizás a 250 kilómetros por hora y esto es como un proyectil”.
En tanto que en el caso de un avión de turbina, si un pájaro ingresa hasta los motores, estos se pueden apagar y quizás se complique el aterrizaje. Y si ocurre una colisión en helicópteros, se pueden dañar los rotores y las aves también pueden terminar dentro de la cabina. “Ha pasado. El riesgo es alto y los daños, costosos”.
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Leer másEn el caso ocurrido en el aeropuerto de Guayaquil, el CEO de Equair, Frederik Jacobsen, dirigió su carta a William Birkett, director general de la Aviación Civil, para darle a conocer su preocupación por los incidentes. Sin embargo, calificó de “poca o nula la gestión” de la administración del Aeropuerto de Guayaquil para eliminar o por lo menos minimizar el peligro aviario, según se lee, “limitándose a preservar la fauna”.
Ante esto, nuevamente Diario EXPRESO solicitó una respuesta de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), pero desde el departamento de Comunicación se informó que se emitirá un pronunciamiento “luego de una reunión que mantendrán mañana (este martes 15 de noviembre) las instituciones involucradas en el tema aviario”.
Quien sí se pronunció fue el Aeropuerto de Guayaquil, que es administrado por la empresa Tagsa y cuyo gerente general es Ángel Córdova. En un documento habla de “una evidente falta información o mal asesoramiento” y le hace varias aclaraciones a Equair.
“Tagsa realiza las actividades necesarias para minimizar los riesgos que representan las aves y otra fauna a las operaciones aéreas dentro del aeropuerto, pero siempre dentro del marco de la ley ambiental, normas de aviación civil y de nuestras obligaciones como concesionarios”, sostiene la entidad, al asegurar que las actividades que se ejecutan son informadas durante las reuniones del Comité Aeroportuario de Prevención del Peligro de Fauna del Aeropuerto.
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Leer másTambién revela que hace algunas semanas se le envió una comunicación al gerente general de Equair para hacerle conocer que Tagsa no tiene “ninguna competencia ni autoridad para tomar acciones fuera del recinto del aeropuerto de Guayaquil”.
¿Pero qué se puede hacer para minimizar esta problemática? El piloto Acosta dice que existen medidas que la autoridad aeronáutica puede tomar, como disponer de cañones que generan ruido para espantar a las aves, equipos como vehículos que se mueven en la zona generando ruido con parlantes y hasta rayos láser que ahuyentan a los pájaros.
En la cuenta de Twitter del especialista aeronáutico Nicolás Larenas, este asegura que se han presentado en la terminal aérea “varios incidentes aviarios”, en los que se han visto involucradas aeronaves de varias líneas aéreas, tanto nacionales como extranjeras.
En un recorrido por los exteriores de la pista del aeropuerto, este Diario constató diferentes aves entre los matorrales y hasta en las vías internas. En su mayoría, palomas.