Los pendientes amargos que recorren por la Guayacanes
Hay desniveles entre la calle y acera, adoquines salidos y hasta cables caídos. Denuncian negligencia municipal. En un cruce hay pánico por accidentes
Una regeneración que dejó un sabor agrio. Ana Soledispa no puede ni pararse fuera de su negocio, en la esquina de las calles Jorge Pérez Concha y Guayacanes, en Urdesa central, ya que teme ser arrollada por un vehículo tras darse un siniestro de tránsito. Estos sucesos le roban la paz a Ana, quien recuerda que allí había un semáforo, pero fue retirado tras la llegada de la regeneración que ahí se dio.
Ana denuncia que los choques en este punto ocurren a diario y que en el último, la semana anterior, quedó inclinado el disco pare que fue colocado. “Se arma el relajo y los carros hasta se suben (a la acera). Estoy peligrando, con miedo de estar afuera”, manifiesta Ana con enfado. Pero apenas este es un ‘sabor amargo’ luego de la regeneración, que así como lo contó EXPRESO, generó molestia a los vecinos y dueños de negocios por la demora.
En esa misma intersección, el morador José Núquez también se queja de los estragos. Aún recuerda el ‘¡boom!’ del impacto que dejó de lado la señal de tránsito, por lo que cuestiona que el semáforo haya sido retirado.
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Leer más“Los trabajos estuvieron más o menos, y aún se inunda. Por las montañas (desniveles), alguien con silla de ruedas se queda atrapado”, señala el residente, quien asegura que ahora cada dos o tres días se escuchan los frenazos de los vehículos. Es que ambas vías son de alta circulación vehicular, por lo que la falta de señalética recrudece el problema. Y además, la calle Guayacanes aún tiene temas pendientes respecto al tránsito de este tramo.
EXPRESO realizó un recorrido por las 12 manzanas que cruzan la arteria, donde se concentran desde viviendas hasta negocios, en su mayoría gastronómicos. Se constató que hay cables colgando del tendido eléctrico, otros han ido a parar a las jardineras, hay adoquines salidos de sus puestos, mientras que los desniveles entre la calle y acera preocupan a más de uno.
Además de esto se encuentran postes inclinados y otros en deterioro. Pero ahí permanecen.
Este Diario se contactó con Francesca Ferrero, primera presidenta de la Asociación de Restaurantes del Guayas y propietaria de Moro Grill, negocio ubicado en esa calle, que rememora que funcionarios de la administración anterior habrían hecho una socialización, a finales de 2021, para asegurar que la arteria iba a tener una realidad similar a Guayarte o como la calle Panamá.
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Leer más“Nos vendieron el hecho de que querían hacer gastrocultural, mover la parte comercial y hacerlo artístico (...) nunca nos enseñaron el proyecto. Incluso (dijeron) que habría bicicletas y hasta el hecho de que Guayacanes sería peatonal, y la necesidad estructural del ducto cajón era aparte”, sostiene.
También cuestiona el hecho de que no haya soterramiento de cables, la falta de árboles (que no sean plantados en ‘maceteros gigantes’) o que no hayan sido cambiados los postes de luz. Pide también que a las luminarias a lo largo de la arteria se les dé más potencia. Resume las falencias como una negligencia de diferentes direcciones municipales.
Se sabe que Guayacanes, así como otras vías de Urdesa, se inunda. Al respecto, Ferrero se queja por los malos olores que, aunque no haya lluvia, se perciben e irritan a la comunidad, debido al rebose de las alcantarillas. Es por esto que la también médica advierte que se vienen más estragos “con El Niño, aparte vamos a estar inundados; una nueva pandemia en el sector comercial”.
Al respecto, se le consultó a la actual administración municipal qué inspecciones ha hecho y cuál será la intervención que se ejecutará en el área, así como si ya terminó la regeneración. Hasta el cierre de este artículo no llegó la contestación. También está pendiente la información sobre si se fiscalizarán aspectos como los desniveles en la calzada.
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Leer másDe acuerdo con registros de este Diario, allí se concentran unos 100 locales comerciales. Los trabajos que ahí se ejecutaron beneficiarían al menos a 2.000 habitantes y, entre los trabajos, estaba el cambio de tuberías. Según uno de los fiscalizadores, las tuberías anteriores tenían más de 60 años.
Hubo plazos, pero no se cumplieron.
En tanto, en el recorrido se registró que además existen cañas con especies de redes en algunos puntos, así como un pequeño montículo de asfalto. También hay baches en la zona. Es el caso del hueco que está cerca de la avenida Víctor Emilio Estrada, que ha sido ‘tapado’ con piedras. Algunos postes oxidados forman, asimismo, parte del paisaje.