La Península quedó bajo el agua por las lluvias

“Mi casa se inundó. Mis pertenencias están bajo el agua, es terrible. No es posible que en un balneario como Salinas que se supone debe ser una ciudad moderna ocurra esto”, comentó la ciudadana Blanca Limongi, desde la avenida tercera en el balneario.

Los localidades de Salinas, La Libertad y Montañita, en la provincia de Santa Elena, fueron las más afectadas por la lluvia de casi diez horas que cayó la madrugada de ayer; y que dejó como resultado calles y veredas bajo el agua.

La dirección municipal de Gestión de Riesgos del balneario informó que la basura acumulada en las calles y la arena causó el colapso de las alcantarillas. Frente a ello, residentes como Luis Vásquez optaron por alquilar bombas de succión para sacar el agua que se les acumuló en el patio. “Uno paga impuestos altos y no se ve un buen trabajo municipal”, reclamó Vásquez; que veía a sus vecinos sacando el agua de los negocios y a uno que otro visitante prendiendo hasta una moto acuática en la segunda calle del cantón.

Y es que por donde el peatón debía caminar, había nada más que agua. De hecho, hubo personas transportándose en pequeños botes o tablas de surf. Algunas otras áreas inundadas fueron los sectores Pedro José Rodríguez, Evaristo Montenegro, Bazán, Milagro; y parroquias como Santa Rosa, Anconcito y Muey, donde el agua que entró a las viviendas daño uno que otro electrodoméstico.

“Hasta cuándo vamos a vivir con este problema, nos urge el alcantarillado pluvial, son años rogando por esa obra. Todo es un caos aquí. Ya me imagino las enfermedades que se vendrán, y es que además hay maleza por todo lado”, se quejó Carlos Cochea, habitante de Muey.

Mientras tanto, en La Libertad resultó imposible desplazarse en carro, moto o a pie, debido a que las calles de los barrios que no han sido pavimentadas, se convirtieron en un extenso lodazal.

En Montañita, la intensa lluvia hizo que la fiesta se terminara temprano. Los visitantes optaron por retirarse hacia sus hoteles y dejar la rumba a medias. “Justo que estaba encendido el baile y San Pedro abre la llave. Toca ir a descansar”, indicó el guayaquileño Stalin Salazar, quien se encontraba en es te destino donde con cada lluvia además las aguas negras colapsan y van a parar directo al mar.