La Penitenciaría del Litoral, un verdadero campo de guerra

Las balas ‘zumbaron’ en la antigua Penitenciaría del Litoral y esta vez no fue por un enfrentamiento entre dos o más organizaciones criminales, como ocurrió hasta la noche del pasado miércoles, sino entre uno de estos grupos y comandos especiales de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.

El Servicio Nacional de Atención Integral (SNAI), a cargo del control y seguridad de las cárceles del Ecuador, informó que en la operación participaron 2.600 uniformados: 1.300 gendarmes y 1.300 militares. Esto fue ratificado por el comandante zonal de la Policía, general Víctor Hugo Zárate, quien explicó que el cruce de fuego empezó luego de que los reos del pabellón 2 (que está bajo el dominio de la banda Chone Killers) se opusieron a un registro del área.

Según el oficial, luego de verbalizarlo, incluso por medio de un dron, los presos habrían reaccionado con violencia: tumbando a tiros el dispositivo aéreo y disparando en contra de las fuerzas del orden.

Fue así que aplicando “el uso progresivo de la fuerza”, los comandos respondieron también con fuego y se produjo un enfrentamiento que duró aproximadamente ocho horas, pues según testigos empezó a eso de las 05:00 y culminó a las 13:12. A esa hora, el SNAI informó que el pabellón 2 estaba controlado.

Hasta el cierre de esta edición, el ente estatal no detalló si hubo presos heridos o fallecidos durante esta intervención. No obstante, aclaró en un comunicado que hubo dos muertos por un enfrentamiento entre bandas acontecido la noche anterior.

En los exteriores de la Penitenciaría, junto al cerco perimetral cercano a la cárcel de mujeres, algunos buses de una compañía de transporte interprovincial, con base en Santo Domingo de los Tsáchilas, aguardaban para el traslado de reos hacia otras cárceles del Ecuador.

Esta situación es la que habría generado malestar en los presos, quienes se opondrían a ser movidos hacia otros reclusorios. Eso es lo que decían sus familiares, quienes se encontraban desesperados en las afueras de la antigua Penitenciaría.

Los parientes lloraban y clamaban para ser escuchados y que los uniformados dejen de disparar, aunque el tiroteo fuera de lado y lado.

Desde el interior, supuestamente escondidos, algunos presos enviaban audios a sus familiares para pedirles que los hicieran llegar a los medios de comunicación y que los difundieran a través de redes sociales, para que se conociera el ‘infierno’ que estaban viviendo.

Eso llevó a que las madres de algunos reos hicieran todo lo posible para llegar hasta la Penitenciaría, cuyos accesos viales estaban bloqueados. Las progenitoras, entre sollozos, decían que querían estar cerca de sus hijos, porque no sabían si saldrían con vida.

“¡Los están matando!”, gritaban, mientras trataban de cubrirse del gas que, a causa de una correntada de viento, llegaba hasta el sitio donde protestaban. Otras mamás, en cambio, se concentraron en un parterre central, diagonal a la puerta principal de la cárcel, para pedir de rodillas a Dios por la vida de sus seres queridos. “Protégelos, Señor”, era la súplica.

En Durán, mientras tanto, los hechos de violencia también se hicieron presentes. En ese cantón se reportaron ataques con explosivos y bombas molotov en horas de la mañana y la tarde. Pese al temor que hay por esta ola de violencia, los ataques no dejaron ninguna víctima fatal o heridos.

Entre las 13:00 y las 14:00 en la ciudadela Girasoles, frente a la quinta etapa de El Recreo, se registró una explosión frente a las instalaciones de la empresa pública CNEL, proveedora de energía eléctrica.

Según el testimonio de un morador, que pidió no se publicara su nombre y reside frente a las instalaciones de la empresa eléctrica, cuatro motos llegaron a lanzar un artefacto explosivo. Sin embargo, por la altura de las mallas que protegen la pared, este no logró pasar hasta el recinto.

“En mi casa no se dañó nada, pero mi vehículo tiene el retrovisor del conductor partido y el parabrisas cuarteado” comentó.

Por otra parte, en la única Unidad de Policía Comunitaria (UPC) del sector conocido como El Arbolito, los uniformados sufrieron un atentado con bombas molotov, afirmaron varios testigos. Cinco hombres encapuchados llegaron a lanzar las bombas caseras a la edificación, en la que se encontraban dos policías, que son los que custodian este barrio.

Mario (nombre protegido) manifestó haber escuchado los gritos y órdenes que se daban los extraños y luego solo una pequeña explosión por el ‘reventón’ de la puerta de vidrio de la UPC.

Por otro lado, a las 15:00 un equipo de EXPRESO constató que los uniformados que se encontraban en el inmueble y que pertenecerían a este circuito estaban abandonando la edificación. Posteriormente se emitió otra alerta de bomba en la calle Jaime Nebot, frente a la cooperativa 5 de Junio. En esta ocasión fue un supermercado que recibió el atentado y tuvo daños materiales.                                                                                                              SCM/MF

• Hasta las viviendas vibraron

Vecinos de la Penitenciaría denunciaron que se sienten atemorizados cada vez que hay enfrentamientos en este lugar, debido a que los proyectiles suelen llegar hasta sus casas. Muchos de ellos, durante los disturbios ocurridos en el sitio desde la noche del 2 de noviembre hasta ayer, mostraron los casquillos de las balas y también, en videos, la tensión que vivieron.

En esta ocasión los habitantes de la urbanización La Rioja mencionaron que hubo detonaciones que hicieron que vibraran sus casas.