Policía acepta que no hay suficientes vehículos para mejorar patrullajes en Sauces 4
Habitantes de Sauces 4 elevan su reclamo por la poca o nula vigilancia del sector. La Policía acepta que faltan vehículos para brindar más patrullaje
Miedo, enojo, cansancio. Son los sentimientos que invaden a los moradores de la ciudadela Sauces 4, ante el incremento de la delincuencia en la zona, particularmente por el redondel ubicado a la subida del puente que conecta a Guayaquil con Samborondón y debajo del mismo.
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Leer másLa estructura fue inaugurada en mayo de 2018; y, si bien ha permitido aliviar el tráfico, desde entonces este punto se ha vuelto un foco de inseguridad, por los robos que han sufrido los residentes, ya sea a pie o en carro.
De acuerdo a cifras del Cuartel Distrito Modelo, los crímenes reportados (homicidio, robos a personas y de vehículos) acumulan un total de tres en enero del 2022 y cinco para el mismo mes en 2023. Sin embargo, los moradores aseguran que este número “nada tiene que ver con las cifras reales”. “De 5 y 10 robos al día se dan en este punto. No todos los vecinos reportan estos hechos a la policía porque el proceso es engorroso, porque hay trabas o por el mismo miedo a represalias; pero siempre nos avisamos entre nosotros. La cifra es grande, alarmante diría yo”, señala Martín Villegas, morador.
Jorge Rivadeneira y su esposa Guadalupe, quienes residen en los bloques del barrio, cerca del puente y del redondel, cuentan que pasaron un tremendo susto, pero no porque los asaltaron a ellos, sino a su hija. “A Valeria (nombre protegido) la mandamos a que compre una cubeta en la tienda que está cerca del puente, pero no esperábamos que la amenacen con cuchillo para robarle cinco dólares. Estaba temblando mi niña y, desde entonces, no quiere salir así nomás. ¿Es justo que pase esto incluso con menores de edad? ¿De qué barrio o tipo de sociedad estamos hablando”, relata Guadalupe.
Elasio Macías, también residente, manifiesta que la vigilancia policial en la zona no es suficiente en todos los hechos delictivos que reportan los moradores. “Ya son más de dos años con robos, en especial debajo del puente, pero en los últimos meses ha aumentado. Hay gritos a diario”, denuncia Macías.
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Leer másAgrega que la situación se extiende a otros puntos, como al semáforo del redondel, donde -según el morador- los delincuentes aprovechan que los carros se detienen y, ya sea en moto o a pie se acercan a los ocupantes de los autos para despojarlos de sus pertenencias y luego escapan por los callejones.
Los moradores coinciden en que la inseguridad se ha tomado sus calles, en especial aquellos puntos abandonados. “Necesitamos más vigilancia, cámaras, policías”, piden al unísono los residentes.
En la mañana, tarde y noche roban. No paran. Se llama a la policía para que vengan a socorrernos, pero no llegan. La vigilancia aquí no es suficiente.
Según el subteniente Bryan Yépez, jefe subrogante del Circuito Sauces, tanto en la mañana como en la tarde tienen a dos agentes patrullando la zona a pie y en auto. “Hacemos controles, por lo que vamos a mantener el modelo actual. Eso sí, se lo reforzará”, dice, al aceptar sin embargo que hay una falta de logística en cuanto a la cantidad de patrullas disponibles.
Esta problemática busca una solución urgente donde no solo los afectados son quienes viven cerca del puente de la avenida José María Egas. Los padres de los alumnos que estudian en el colegio ubicado frente al redondel también temen y exigen cambios. Ellos ya no quieren ser testigos de más desorden. Se han cansado de ver a motorizados estacionados en los alrededores de la estructura, y a consumidores de drogas o personas en situación de calle descansando bajo o a orillas del puente.
No se puede ni salir a la esquina porque te roban. En el callejón que está debajo del puente no hay luz, solo las de la estructura, pero no hay donde lo necesitamos.
Residentes como Ana Jurado exigen protección incluso cerca de los callejones adjuntos, también oscuros como prácticamente todo el entorno (se salvan apenas ciertos tramos, asegura, la ciudadanía) “Necesitamos acciones. Que nos den ayuda cuando la necesitamos. Hoy nuestras llamadas de auxilio no son atendidas, o lo son pero tarde, ya cuando hasta el ladrón se ha ido caminando”, reclama.