Vías deterioradas: “El polvo que respiramos nos obliga a vivir en una cárcel”
Una arteria del cantón Daule que conecta a 10 localidades permanece en mal estado. Los habitantes exigen obras y respuestas desde hace cinco años
El malestar es permanente. Transitar por los tres kilómetros de la vía que conduce al recinto Yurima en Daule es un verdadero viacrucis para los pobladores, arroceros y comerciantes de este y otros cantones aledaños, como Guayaquil. El pésimo estado en el que se encuentra la arteria es un martirio y no solo para quienes intentan llegar a Yurima, sino a al menos otras 10 localidades. Entre ellas, Boca de las Piñas, Las Marianitas y Los Quemados, cuya ruta obligada es este camino abandonado desde hace cinco años.
Quienes trabajan en motos lineales y tricimotos movilizando a pasajeros, ya no quieren laborar porque los huecos y baches han dañado sus vehículos “No es rentable trabajar de esta forma. Solo porque no hay empleo, nos vemos obligados a salir y desplazarnos en estas condiciones. Pero las pérdidas que tenemos son mayores y permanentes”, se queja el conductor Edison Mora.
Por varios años hemos enviado oficios a las autoridades, pero las respuestas no han llegado. Mientras tanto, el problema sigue. Las afectaciones las sentimos a diario.
Sin embargo, los transportistas no son los únicos afectados. Habitantes como Enma Sánchez, del recinto San Vicente, ubicado a un costado de la vía, exigen a las autoridades su inmediata reparación, puesto que -advierten- están cansados de vivir respirando polvo.
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Leer másA diario, por la cantidad de vehículos que circulan en la ruta, las familias se ven obligadas a cerrar las puertas y ventanas de sus viviendas. “Las nubes de polvo que se forman afuera las respiramos y entran a nuestros domicilios, nos han empujado a vivir en una cárcel. El encierro ha sido ya suficiente por la COVID-19, no queremos más esto”, sentencia Sánchez; quien exige que los trabajos lleguen antes que el invierno. Una temporada en la que generalmente las localidades quedan también incomunicadas.
El mal estado de la vía nos genera gastos. No solo en el vehículo, que siempre debe ser reparado, sino que en la salud. Las alergias han vuelto, mis pulmones están afectados.
El Gran Guayaquil, mucho más que puentes y aerovías
Leer másGlen Espinoza, quien conduce un furgón en el que transporta quintales de arroz pilado hacia Guayaquil, asegura que, además de lo gastado en arreglar su vehículo, se ha visto seriamente afectado en la salud. “El polvo ha afectado mis pulmones, no es justo”, piensa.
El guayaquileño Albo Guerrero, quien tiene su finca en el sector, se queja de lo mismo. Él viaja tres veces por semana al recinto Yurima, los fines de semana trabaja en el lugar y por ello reclama no ser atendido como se debe por la Alcaldía.
“Produzco en estas tierras, intento invertir aquí, quiero ir creciendo de a poco, pero todos los recintos de Daule están prácticamente en el completo olvido. Las lluvias ya vienen y ya sabemos lo que vendrán. Ahora, deberían estar ejecutando obras de prevención. No solo para evitar que la zona se inunde, sino que vías como estás no se conviertan en caminos minados...”.
Vivir cerca de la vía Yurima es una odisea cada invierno. Ir y venir de los distintos recintos con los que se conecta la vía, implica dañar tu vehículo, llenarte de lodo, ver solo polvo.
Una obra llamada a desahogar la rutina entre dos vecindarios
Leer másJosé Bajaña, dirigente de la comunidad del recinto Yurima, señaló que desde hace varios años han enviado más de ocho oficios a la Prefectura y la Alcaldía para que atiendan su requerimiento, pero no han obtenido respuesta.
Sobre esta situación, a través de un correo electrónico, EXPRESO solicitó al alcalde de Daule, Wilson Cañizares, que precise cuándo se ejecutarán obras en esta zona, de qué tipo y por qué no las han hecho; pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta. Este Diario también solicitó a la Alcaldía que detalles qué trabajos están proyectados -de forma inmediata- para mejorar el entorno de esas localidades, pero la reacción fue la misma. Silencio.
- Necesidades de la arteria
En la vía Yurima además existen otras necesidades. No hay seguridad, tampoco señalización e iluminación.
En las noches, según advierten los habitantes, toda la zona y la arteria permanece en penumbras, lo que incrementa el riesgo a que ocurran accidentes. “Solo nos iluminan los carros que vienen y van. El lugar está completamente abandonado”, coinciden.