¿Qué posibles escenarios le esperan a La Aurora en caso de separarse de Daule?

El olvido ha llevado a que la parroquia de La Aurora en Daule considere independizarse. La ciudadanía ve esta opción como una buena alternativa ante la gran cantidad de falencias en obras públicas que han percibido.

Las obras retrasadas, inseguridad, congestionamiento, promesas incumplidas, el alto costo de los servicios básicos y los fondos destinados a obras no prioritarias han llevado a la ciudadanía a contemplar esta posibilidad. De concretarse, expertos consideran que esta decisión podría tener efectos positivos, pero también negativos para la comunidad.

Lo positivo: Habría más representación

Desde lo positivo, el planificador urbano Héctor Hugo argumenta que la autonomía permitiría que la administración responda mejor a las necesidades de sus habitantes. Los fondos recaudados a través de impuestos prediales se quedarían en la parroquia, lo que facilitaría mejoras en vías, salud y educación, además de contar con una asignación directa del Estado.

“Las obras que tanto se piden serían atendidas por la nueva administración, y la gente se sentiría más representada por la Alcaldía que tome las riendas de este sector”, comenta.

Lo negativo: posibles divisiones internas

No obstante, explica que este nuevo escenario traería desafíos, como divisiones internas entre quienes apoyan que La Aurora se convierta en cantón y quienes prefieren mantener el estado actual de la parroquia.

Además, señala que con la proliferación de cantones, las asignaciones monetarias del Estado podrían reducirse, lo que podría derivar en un manejo deficiente del nuevo cantón. Este escenario podría empeorar si las asignaciones del Estado son insuficientes, lo que afectaría la eficiencia de la administración.

“Hay que sopesar si queremos mayor representación o enfrentar deficiencias. Ambas situaciones pueden darse, pero es necesario estudiar bien los pros y contras de esta decisión, que además de beneficiar a la ciudadanía, podría convertirse en un tema explotado por los políticos en busca de votos en esta zona”, advierte.

El arquitecto Jhonny Cóndor coincide en algunos puntos de vista, pero se inclina más hacia no tomar esta decisión.

“Sí, podría ayudar, pero el flujo económico podría ser menor. Al tratarse de una parroquia en crecimiento, el delimitarla frenaría su desarrollo. Además, una nueva administración buscaría formas de aumentar los ingresos para sostener su estructura, lo que podría derivar en un aumento de tasas de impuestos, creación de peajes y otros gravámenes. Es un panorama complicado”, sentencia Cóndor.

Sin embargo, ambos insisten que la única forma en que cese este pensamiento es a través de las obras públicas y su cumplimiento en los tiempos estipulados. “Deben consolidarse como parroquia y el Municipio debe servir a los habitantes. Con todo lo que se genera en ingresos e impuestos, merece un tratamiento especial”, concluye Hugo.

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