Lo presencial y virtual, juntos en una misma aula de clases
Los docentes adoptan tácticas para atender a los estudiantes que están en casa y en el salón recibiendo enseñanza. La educación combinada toma fuerza
Un poco a distancia y un poco presencial. Este es el desafío diario al que se enfrenta el profesor José Barriga, en su clase de Química, en la Unidad Educativa La Moderna, en la vía Samborondón.
El mal estado de las escuelas evita un retorno con garantías
Leer másEn el aula de clases, frente a él hay cinco estudiantes de tercero de bachillerato desplegados en escritorios separados a dos metros de distancia. Detrás de él hay casi una veintena de pequeños rostros sin cuerpo en la pantalla de una computadora: son sus estudiantes remotos, que aprenden desde casa.
Este es el sistema de enseñanza y aprendizaje (mixto o híbrido) que han adoptado varios planteles educativos del país que desde el 7 de junio pasado retornaron a las aulas de manera semipresencial, progresiva y voluntaria.
Hasta el momento, 46.598 estudiantes de 1.102 establecimientos educativos regresaron a la semipresencialidad.
El esquema híbrido consiste en que una parte de los alumnos esté presente en el salón de clases y la otra permanezca conectada desde casa a través de una plataforma virtual. Para lograr este objetivo se hizo necesaria una instalación tecnológica y una estrategia pedagógica que abarque ambos lados.
Es un trabajo complejo que hemos podido enfrentar gracias a la capacitación recibida a los equipos tecnológicos que se requieren para este tipo de enseñanza mixta.
Maestros destituidos en el correísmo claman amnistía
Leer másLa integración tecnológica del aula funciona mediante tecnología 4k, lo que permite al docente desplazarse en el salón de clases y no estar sentado frente a la computadora. Una cámara va siguiendo el trabajo en clase, y de esta manera los alumnos que se encuentren en casa tienen la percepción de estar en el aula.
Para Barriga el trabajo no ha sido sencillo. Ha tenido que adoptar nuevas tácticas en la planificación de sus clases para poder atender a sus alumnos que están frente a él y detrás de la pantalla. “Uno va aprendiendo y descubriendo nuevas cosas y con el tiempo puede corregir ciertos errores que puedan presentarse al comienzo de la jornada. Hay que estar pendiente de varios grupos y la tecnología nos ayuda mucho en este proceso”, enfatiza.
Ha sido un desafío interesante y los profesores han podido adaptarse a este esquema. Lo importante es que pueden responder de manera plena a las necesidades de ambos grupos.
Barriga cuenta con la ayuda de otro docente que hace el trabajo de acompañamiento. Él es el encargado de monitorear a los estudiantes que están detrás de la pantalla y advertir al profesor sobre alguna duda que los menores tengan sobre la clases que se está transmitiendo en tiempo real.
“Es un reto que han asumido los maestros; pero también la institución educativa debió dotarlos de la capacitación e implementos necesarios para este trabajo”, manifiesta Juan Carlos Rodríguez, rector de la entidad.
La enseñanza híbrida está hecha para cuidar a los docentes y estudiantes, al reducir al menos la mitad de la asistencia en persona para que haya una distancia de casi dos metros en los salones de clases y pasillos, mientras también se conservan, al menos en parte, los reconocidos beneficios educativos y emocionales de la educación presencial, anota Marcos Constante, psicólogo educativo.
Guayaquil: En los sectores populares la enseñanza llega a paso lento
Leer másEn cambio, la Unidad Educativa Ecomundo apostó por un aprendizaje combinado, donde los estudiantes de manera alternada tienen su experiencia de presencial y virtual. Los alumnos que están en los salones tienen la atención plena y total de sus profesores; mientras que el grupo que está en casa, recibe su clase de manera virtual con otro maestro, al mismo tiempo y con las mismas características.
Jorge Balseca, profesor de Química de segundo bachillerato, dice que en esta modalidad el punto de mayor complejidad es, quizás, la estandarización del contenido, ya que se debe impartir lo mismo tanto en lo virtual como en lo presencial. “Pero todo esto se vuelve placentero porque ya se cuenta con el estudiante en las aulas”, recalca.
Desde marzo de 2020, cuando los 16.000 planteles del país cerraron por la pandemia de la COVID-19, muchos de los aproximadamente 4’400.000 estudiantes, tuvieron que recibir clases de manera virtual y otros siguieron su formación desde casa, a través de fichas pedagógicas que el Ministerio de Educación les proporcionó.