Colapsa la morgue de Guayaquil: hay quejas por fuerte olor y daño de contenedores
Ciudadanía se queja por el hedor que despide el centro forense Guayaquil. Criminalística dice que “tiene capacidad operativa”
Una sensación de ardor en la garganta, en los ojos y en la nariz es lo que se siente al estar por los alrededores del Centro Forense Guayaquil, ubicado en la avenida Rodríguez Bonín, cerca del puente Portete, en el suroeste de Guayaquil. Quienes habitan en los alrededores hicieron llegar sus denuncias a EXPRESO, pues ya no soportan convivir con estos olores.
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Leer másEste 10 de junio, una mujer que solicitó la reserva de su nombre, denunció a EXPRESO que hace varios días, en la zona huele a formol. No da su nombre por temor a represalias, ya que debe retirar el cuerpo de un familiar. Con la brisa que corría en el sector, más lo percibía. Ella, al igual que otras personas, preferiría aguardar con mascarilla, bajo la sombra de un árbol.
Al igual que ella, otra mujer estaba indignada porque “no es forma de tratar a los cuerpos”. Para ella, el Ministerio de Salud Pública debería actuar, porque “una morgue no debe tener así a los muertos, sino en refrigeración para que no salga ese mal olor y no nos esté contaminando a los que estamos acá afuera esperando a ser atendidos”. “Nadie viene a ocuparse de los muertos, sea lo que sea que hayan sido”, dice.
Luis Carrasco
William Solórzano, quien cuida vehículos en los exteriores de esta entidad, dijo que hace varios meses “sale un olor putrefacto de los cuerpos”. Denuncia que en varias ocasiones ha tenido que oler eso. Él espera que el Laboratorio de Criminalística haga algo.
Pero el olor no solo afecta a quienes están en la parte frontal de la edificación, sino también a quienes laboran en la parte continua, atrás de la pared, donde están ubicados los tres contenedores, a la intemperie. Ahí se almacenan cuerpos, piezas osamentas y fetos.
Las personas que laboran en la Unidad de Servicio Centro Técnico Municipal del Cabildo porteño tampoco soportan la situación. Efrén Mesías, por ejemplo, labora como guardia de seguridad en esta entidad municipal y asegura que en las noches el hedor es insoportable. Ni la mascarilla le ayuda a no percibirlo. Al igual que él, su compañero Ítalo Coello, teme que su organismo esté siendo afectado por el formol. Esto ya ha estado ocurriendo hace más de un año, declaran. “No tenemos a quién denunciarlo”.
Francisco Plaza
Ellos almuerzan a la entrada de la garita. Aunque reconocen que se han acostumbrado al olor del formol: los ojos les lagrimean.
Pero ahora que el sol ha estado más fuerte, el olor no es soportable, “son olores muy fuertes”, expone Luis Carrasco, asistente de monitoreo del Servicio Centro Técnico Municipal. “Todo el centro municipal huele a formol”.
El aire contaminado se ha mantenido desde la época de la COVID-19, denuncia Carrasco, de acuerdo con lo que sus compañeros del área de mecánica le han dicho; ellos están atrás de la pared que los separa de la morgue. A través de una abertura entre dos muros se observan los tres contenedores, de los cuales dos están dañados, según informó personal del laboratorio de Criminalística.
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Leer másEn el contenedor No. 1, que está dañado hace 21 días, hay cuerpos sin refrigeración. Los cuerpos datan de 2023 y no han sido inhumados por falta de espacios en los cementerios, indican los funcionarios. Esto ha sido expuesto en reportajes anteriores por EXPRESO.
A criterio de Francisco Plaza, expresidente del Consejo Médico Andino y experto en salud pública, el Centro Forense Guayaquil debe ser declarado en inmediatamente en emergencia sanitaria.
El galeno advierte que, si la gente está percibiendo por más de 30 minutos el formol, le es dañino, ya que no solo les irrita las vías aéreas superiores, sino que puede lesionar altamente la mucosa respiratoria, provocando graves problemas de salud. También, enfatiza que “el aire está altamente contaminado por gases tóxicos, entre ellos el ácido sulfhídrico”.
William Solórzano
Plaza advierte que los cuerpos en descomposición expiden gases aún más tóxicos: como fenoles y nitrosamina volátil, que provocan cáncer. Por lo que “inmediatamente” los cuerpos ya deben ser inhumados, porque ya llevan 20 días sin refrigeración.
Alejandra Pérez, coordinadora técnica de Medicina Legal, dice que el olor “es el proceso natural de las personas fallecidas, derivados de su conservación”. No usan formol, asegura funcionaria.