La prueba Ser Bachiller tendrá dos procesos por separado

La prueba Ser Bachiller que se toma desde el 2012 y que sirve al estudiante para graduarse en el colegio y postular por un cupo en el sistema de educación superior, se convertirá en un instrumento para evaluar dos procesos por separado.

Así lo anunció ayer la ministra de Educación, Monserrat Creamer, durante una entrevista televisiva, en la que salió al paso a los cuestionamientos que ha tenido el examen, por parte de varios sectores, debido a la filtración de las preguntas, porque su contenido no está acorde a lo que se les enseña a los estudiantes en el aula y porque ha dejado a muchos jóvenes sin opción de ingresar a la universidad pública.

"Vamos a separar los procesos. Uno será el examen de grado, como siempre se lo ha tomado; y el otro será el examen de aptitud de ingreso a la universidad", manifestó la secretaria de Estado, al explicar que se está analizando si conviene tomar una misma evaluación con dos fases diferenciadas, o procesos separados y diferentes.

Creamer reconoce que se ha cargado de ansiedad y presión a los jóvenes que rinden la prueba y que eso afecta a su rendimiento. "Estamos recogiendo sugerencias y recomendaciones de varios sectores para mejorar la siguiente prueba Ser Bachiller", añadió.

La prueba Ser Bachiller sigue siendo cuestionada. Ayer, representantes de los gremios de la educación particular volvieron a reunirse para pedir a las autoridades educativas que implementen nuevos mecanismos de evaluación y que sean los colegios quienes gradúen al bachiller con las notas que ganaron en su trayectoria estudiantil. Además, que cada universidad implemente sus exámenes de ingreso con una nivelación acorde a la carrera que el chico quiera seguir.

Martha Córdova, presidenta de la Federación de Establecimientos Particulares Laicos (Fedepal), considera que el Sistema Nacional de Educación debe de articular el perfil de salida de los bachilleres en diálogo con el Sistema de Educación Superior, para mejorar la realidad existente a través de la creación de pruebas técnicas ajustadas al perfil de egreso del bachiller.

Abelardo García Meneses, presidente de la Corporación Ecuatoriana para la Calidad de la Educación, regional 2 (Corpeducar), reconoce que la educación particular está de acuerdo que exista un organismo autónomo de evaluación de la calidad del aprendizaje. "Pero no estamos de acuerdo con la estructuración y aplicación de la actual prueba y menos aún si se la considera como requisito de admisión a la universidad", acotó.

Andrés Rodríguez, presidente de Corpeducar nacional, solicitó la conformación de mesas de diálogos con la presidencia y vicepresidencia de la República, Ministerio de Educación y Comisión de Educación de la Asamblea, para buscar alternativas para la mejora del sistema educativo nacional y del subsistema de educación particular.

Además, resaltó la necesidad de crear la Subsecretaría de Educación Particular y Fiscomisional que vele por la excelencia educativa, garantice la estabilidad jurídica y regule el funcionamiento de este sector.

Señalan que la separación del cargo del director ejecutivo del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineval), Edwin Palma, dispuesta el miércoles pasado por el presidente de la República, Lenín Moreno, no soluciona el problema de fondo que tiene el sistema educativo. "Hay que buscar mecanismos y consensos en estos temas. Nosotros estamos dispuestos a dar propuestas para lograr buenos resultados", recalca Córdova, quien recomienda la revisión de la malla curricular en donde se vuelvan a incluir materias importantes para el conocimiento de los estudiantes, las cuales fueron eliminadas en el transcurso de los últimos 10 años.

Mencionó algunas asignaturas como Anatomía, Física avanzada, Computación, Cívica, entre otras, que sí son dadas en los planteles privados, porque estos tienen sus mallas académicas más actualizadas, que están aprobadas por el Ministerio de Educación.

A criterio de algunos rectores, este punto podría hacer la diferencia entre un colegio público que se rige estrictamente a lo que disponen las autoridades educativas, versus un plantel privado que siempre está implementando nuevas formas de enseñanza en beneficio de los estudiantes.