
Puente Durán - isla Santay: Alguna vez unió, pero hoy separa
El choque de embarcaciones afectó la estructura del viaducto. En ambas poblaciones se pide reactivarlo.
Ruinas es lo que se ve al ingresar al sendero peatonal en isla Santay. Un letrero deteriorado indica que hacia la izquierda estaba la ruta hacia Durán.
Estaba. Porque ya no existe la caminera que terminaba en el puente basculante que, desde el cantón ferroviario, aún se levanta como un monumento al abandono estatal.
Una década después de la inauguración del viaducto, solo quedan áreas sucias, hierro retorcido y oxidado, paredes despintadas... la rampa que conduce hasta la plataforma que conectaba con isla Santay, ya no recibe a moradores y turistas.
Allí llegó Jennifer Leone junto a sus dos hijos. “Deberían ponerlo a funcionar para el turismo y la comunicación”, dijo la mujer, que arribó en Aerovía hasta el malecón Roberto Gilbert.
Un guardaparques cuida lo que queda del puente en Durán
Pese al deterioro, la infraestructura atrae a turistas que no alcanzaron a verla en su esplendor. Pero ahora ya no hay la posibilidad de cruzarlo sino el peligro de caerse desde la parte alta, equivalente a cuatro pisos.

Para evitar que eso pase, el Ministerio del Ambiente tiene a un guardaparques junto al cuarto donde una vez funcionó la torre de control desde donde se operaba la maquinaria que levantaba el tramo basculante.
Enrique Sánchez es uno de ellos. Cuando Leone y sus hijos subieron, evadiendo la cuerda que trata inutilmente de impedir el acceso en la parte inferior, él les pidió que salgan.
El guardaparques cuenta que ellos colocaron tablas de madera para evitar que la gente suba, pero se las llevaron. En ocasiones, han llegado antisociales a robar. “Les decimos algo pero no podemos hacer nada más porque salen más violentos. Así es que controlamos y en parte podemos apoyar, no como antes que estábamos con guardias de seguridad”, lamentó Sánchez.
Habitantes de Durán e isla Santay piden que se recupere el puente
Los alrededores del puente lucen desolados. Tres agentes municipales estaban en los exteriores el pasado viernes, durante el recorrido de EXPRESO, en este sector de comercio informal y locales de fritada.
“Este problema tiene cuatro años, desde que una embarcación golpeó el puente y así ha quedado. A más de haber perdido conexión con isla Santay, ya no se pueden hacer actividades recreativas, por ejemplo, de lunes a viernes uno podía caminar en la mañana o en la noche hacer ejercicio, ir en bicicleta. El parque Roberto Gilbert resulta sumamente pequeño”, comentó Andrés Donoso, habitante de la ciudadela Abel Gilbert.
“Se ha pedido a las autoridades que nos ayuden nuevamente con el puente para que sea reconstruido”, añadió.
Camineras en Santay también están dañadas
Del otro lado, en isla Santay, Alberto Medrano comparte el mismo deseo. “Qué pena. Yo cojo la Aerovía, entro a Durán y me encantaría cruzar hasta acá. O ir en bicicleta, subirla a la Aerovía y hago un tour”, imaginó.
Él acudió con su hijo, del mismo nombre, a la Santay para recorrer por las camineras, que están llenas de huecos.

A 1,8 kilómetros del desvío donde estaba la ruta que iba a Durán, se llega a la comuna donde unas 300 familias habitan a la espera de mejoras en infraestructura y seguridad.

“Las personas que trabajan en Durán salían para allá (por el puente). Ahora madrugan más, se van por (la calle) El Oro, de ahí tienen que coger Metrovía hasta la (estación) Base Naval y de ahí cogen la (línea) 18. Antes se iban en bicicleta”, cuenta Bartolo Domínguez, administrador de la comuna.
“De Durán para acá venían turistas”, dice al consultarle sobre cómo incidió en Santay que ya no funcione el puente.
Él confirma que no han existido acercamientos con las autoridades. Se consultó tanto al Ministerio de Ambiente como al de Transporte y Obras Públicas pero de ambos no hubo respuesta respecto a quién tiene la competencia del puente.
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La falta del puente perjudica el traslado de quienes viven en Santay y que iban en bicicleta hasta el centro de salud Oramas González, en el vecino cantón. “También lo utilizábamos para hacer compras en el mercado de Durán, se nos hacía más fácil”, comentó una habitante que prefirió omitir su nombre.
Lo que no omitió es el sentir de Santay: “en el problema político no deberíamos estar nosotros involucrados porque nosotros somos quienes vivimos en carne propia las necesidades que tenemos aquí y ellos en cambio no”.
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