La pugna del narcotráfico somete y silencia a los pobladores de Posorja
En esta parroquia rural de Guayaquil, considerada el mayor puerto pesquero de Guayas, existe una lucha entre narcocriminales que genera zozobra
El aleteo de las gaviotas alerta que los pescadores se acercan en sus lanchas. Vuelan en círculos en espera de una oportunidad para arrebatar alguna presa a los jornaleros y así, de esa forma, librarse de cazar por su cuenta en el mar, sobre todo porque en estos últimos días de agosto hay un lobo marino que circula por la zona y se lleva gran parte de su alimento.
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Leer másPero no es lo único que ronda por el sector en estas últimas semanas: también hay droga, muerte y temor, porque la disputa entre grupos criminales somete y silencia a los pobladores de Posorja, una parroquia rural del cantón Guayaquil, en la provincia del Guayas.
Los lugareños no quieren hablar del tema. Incluso, las autoridades locales prefieren mantenerse al margen de los asuntos relacionados con la violencia: lo constató un equipo de EXPRESO la mañana del jueves 25 de agosto de 2022 al acudir a las instalaciones del gobierno parroquial. En el sitio, ni siquiera había un guardia de seguridad.
Dos días antes de la visita de este Diario hubo un triple crimen en la vía a Salica, cerca del puerto local. Las víctimas, dos hombres y una mujer, se movilizaban en una motocicleta y no fueron identificadas. Sus cuerpos fueron trasladados a la morgue del Puerto Principal.
En este caso, la Policía indagaba una posible relación con el tráfico de drogas, al igual que se hacía con el doble asesinato ocurrido otras 48 horas antes en la calle Posorja y callejón Guayaquil, cerca del barrio Quito, considerado por los investigadores como el más conflictivo de la parroquia.
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Leer másTanto en este hecho violento, como en el más reciente, los peritos de Criminalística recogieron indicios de proyectiles de un calibre denominado .40 (punto cuarenta), de menor potencia que el de 9 milímetros, de acuerdo a lo detallado en informes de la indagación. Por las coincidencias, se buscaba determinar si hay nexos entre estos casos.
EXPLOSIVOS
El 19 de agosto, seis días antes de la visita de EXPRESO, hubo dos eventos simultáneos en Posorja: en el sector Nuevo Amanecer, los agentes policiales decomisaron dos granadas de fragmentación, además de indicios balísticos, mientras que en el barrio 25 de Julio, diagonal al gobierno parroquial, unos criminales incineraron una camioneta. De esto, los habitantes tampoco quieren hablar. Hay temor.
Pedro, un joven canoero, sostiene que es mejor “no opinar y tampoco meterse con esa gente”, refiriéndose a quienes se dedican a actividades ilícitas. Lo mismo cuenta un miembro de una entidad dedicada al control de la vía Playas-Posorja: “de esa gente es mejor hacerse panas”.
Lo dice, sobre todo, porque existen largos trayectos desolados en la carretera, donde cualquier persona -incluyendo a los agentes de control- podrían sufrir una emboscada sin oportunidad a reaccionar.
CRECIÓ EL PROBLEMA
Una fuente policial, bajo reserva, relata que el problema de Posorja aumentó luego de la llegada del puerto marítimo (2019), pues eso habría motivado a los narcotraficantes a buscar el control total del poblado.
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Leer másLos problemas -según el oficial- iniciaron en el barrio Quito, pues pequeños expendedores querían mantener sus zonas de venta, pero las agrupaciones mayores, como Los Choneros y Los Lagartos, les habrían dado opciones antes de atacarlos: abandonar voluntariamente los territorios o unirse a ellos.
Sin embargo, con los unos o los otros, terminaron siendo parte de esta guerra que se mantiene entre las citadas bandas y una facción de que se desprendió de una de estas.
EXTORSIONES
Hace aproximadamente un año, los investigadores también detectaron que a los comerciantes empezaron a solicitar dinero, bajo amenazas. Sin embargo, fue una situación que no habría durado mucho tiempo o, por lo menos, dejó de denunciarse, revela la fuente.
ANHELO
Toda esta situación de violencia opaca los deseos de nuevos días que tienen los pobladores, quienes a inicios de agosto empezaron una campaña denominada ‘Posorja, cuna del Pacífico’, para atraer el turismo.
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Leer másIncluso, algunos creen que con la renovación del malecón desaparecerán los microexpendedores de droga que se habían apoderado de los alrededores. “Esto va a mejorar. Posorja será el mismo lugar tranquilo de antes”, comenta entusiasmado un residente.
Y en estos días de violencia, la visita del lobo marino les ha dado un tema positivo y jocoso del cual hablar y también molestar, pues se ha hecho común escucharlos gritar: “acá está el lobo marino...”, pero no se trata del animal costero, sino de algún compañero al que han decidido apodarlo de esa manera.
LA INSEGURIDAD, OTRO MAL DE POSORJA
Los habitantes aseguran que existe poco control en la parroquia rural y esto fue constatado por un equipo periodístico de Diario EXPRESO durante un recorrido el jueves 25 de agosto. En toda la mañana se observó un patrullero durante una ronda por uno de los muelles, y un motorizado que circulaba por la vía que conduce a la zona portuaria.
La ciudadanía comenta también que la reacción de los uniformados tampoco es como desearían, porque supuestamente tardarían en atender a sus llamados y, en otros casos, ni siquiera llegarían, como publicó en su cuenta de Facebook la cooperativa de buses Posorja, en un comunicado.
En el escrito se detalla que a las 10:37 del 18 de agosto, el bus 44 fue víctima de la delincuencia. “Contamos con un sistema de cámaras (...), lo cual nos permitió dar aviso inmediato del robo al ECU 911, dando a conocer ubicación y especificaciones de los asaltantes, pero el apoyo nunca llegó”.