La Puntilla en jaque: robos ponen a prueba la seguridad del entorno
Delincuentes ingresaron a Torre del Sol y robaron en ocho viviendas. El sector se siente vulnerable y exige respuestas
Aumenta el temor, tanto o más que la indignación, entre los habitantes de La Puntilla, en Samborondón; al enterarse de que en la ciudadela Torre del Sol, ubicada en el kilómetro 4,5 de la avenida principal, ocho delincuentes ingresaron para robar en ocho viviendas el pasado 3 de noviembre, durante el feriado. Según información preliminar de la Policía, en ninguna de las casas se encontraban los residentes. El atraco sucedió a las 19:00.
Delincuentes ingresan a ciudadela privada de La Puntilla y asaltan ocho casas
Leer másHasta el cierre de esta edición, ninguna persona había sido capturada. Y el caso, según detalló el teniente Jonathan Peñafiel, jefe de la Policía del subcircuito Samborondón, estaba en investigación. Lo que se sabe, aseguró, es que el guardia de la urbanización fue amarrado por los delincuentes que lo amordazaron en la garita luego de ingresar en dos vehículos a la zona residencial, con ayuda de un dispositivo de entrada de los residentes (TAG); que permanecieron por alrededor de dos horas en la urbanización; que rompieron las puertas y las seguridades de cada vivienda y se llevaron todo lo que encontraron a su paso: dinero, cajas fuertes, joyas, electrodomésticos...
Hermetismo por parte de las autoridades
Sobre el caso, los afectados no se pronunciaron ni tampoco lo hicieron los miembros de la directiva del complejo habitacional, con quien EXPRESO buscó un acercamiento, pero aseguró que no se referirían al tema. La Alcaldía tampoco lo hizo.
“El tema está ya en investigación, pero lo que conocemos es que los criminales habrían usado el dispositivo de entrada de los residentes en uno de los vehículos y habrían exigido el ingreso del otro carro. Los sujetos usaban mascarillas... Sobre si uno de los residentes o personal interno de la urbanización les facilitó el TAG a los antisociales para ingresar es algo que está ya siendo manejado por el personal de investigación”, detalló Peñafiel; que aseguró que no hubo detonaciones al momento del crimen según lo relatado por el guardia de seguridad.
#URGENTE :Durante el feriado, al menos ocho casas de una urbanización en Samborondón fueron saqueadas, según información Un agente de la Policía confirmó que entre ocho y nueve hombres, armados y con mascarillas, ingresaron al conjunto en dos vehículos y sometieron al guardia . pic.twitter.com/HubGyQ2faV
— Unidad Nacional de las Organizaciones GUAYAS (@UnidadN593) November 5, 2024
Según la versión de Peñafiel, fue el mismo guardia de seguridad quien, al instante que logró liberarse, dio aviso al ECU 911- “Sabemos que cuando logró liberarse procedió a llamar al ECU 911 y nos dieron aviso. Hay muchos detalles que se están investigando, todo se dará a conocer en su momento”, dijo.
Compañía de seguridad privada será investigada
Samborondón exige al Gobierno acciones a través de un manifiesto público
Leer másPor su parte el coronel Pablo Ramos, subcomandante de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), adelantó que investigará al personal de la empresa de seguridad privada de la ciudadela. “Recordamos que existe una empresa privada en la garita en exteriores, estamos abordando a todas estas personas con líneas investigativas que nos permitan resolver este caso”, comentó.
Este hecho, del que el alcalde de Samborondón Juan José Yúnez no se ha pronunciado (lo que ha generado críticas entre los residentes), suma reclamos y cuestiona la “facilidad que hay en las urbanizaciones privadas para que haya fuga de información”.
Miedo generalizado
“Esto solo nos demuestra lo vulnerables que somos al delito. Y no solo en La Puntilla, sino que en Guayaquil y Daule, donde estamos rodeados de ciudadelas privadas. En el caso de Samborondón pagamos alícuotas altísimas, de más de cien dólares, la más barata; y aún así pasan estas cosas. Lo que yo veo aquí es que la fuga pudo venir de un mismo residente o, mejor dicho, de un inquilino, no veo otra forma de obtener el dispositivo que tienen solo los residentes. A veces no ser tan minuciosos a la hora de saber a quién alquilo un bien es lo que da cabida a los problemas. Ahora, otra cosa, ¿qué pasó con el centro de monitoreo municipal? ¿Captó algo? ¿Notó alguna rareza? ¿Por qué el alcalde no habla? Son cosas que quedan en el aire”, se quejó Martina Rendón, residente de Ciudad Celeste.
Lucy Cabello, residente del sector
Sobre estos últimos puntos, EXPRESO solicitó a la Alcaldía información respecto a si conoció del caso a través de las cámaras de videovigilancia que están conectadas al sistema de monitoreo; y cuál será el actuar ahora en la parroquia urbana La Puntilla, donde según ha dicho en repetidas ocasiones el alcalde Juan José Yúnez hay botones de pánico instalados en la mayoría de ciudadelas levantadas a lo largo de los 10 kilómetros que integran la arteria; pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.
“Creo que urge una reunión con las autoridades. Y es que siempre se las escucha decir que Samborondón no es tan frágil o sangrienta como otras ciudades, y claro, si nos comparamos con Durán o Guayaquil que conviven con las balas y asesinatos es verdad. Pero eso no quiere decir que tenemos que normalizar que esto pase. No hay que normalizar la violencia, los robos ni los ataques. En La Puntilla los residentes invertimos en seguridad, pagamos un impuesto por ello, y además alícuotas que, como EXPRESO mismo publicó, pueden llegar a ser de 500, 600 o más dólares al mes. Hacemos todo lo que podemos, pero no tenemos seguridad. Exigimos seguridad, es lo mínimo que un ciudadano merece”, sentenció Jéssica Gonzáles, residente que solicitó no se publique la residencia en donde vive porque como el resto, confesó, siente temor.
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La desconfianza, el denominador común en los vecindarios
Viviana Zevallos, residente de Samborondón
En La Puntilla hay un miedo ya generalizado, que ayer se evidenció en las voces de las personas con quien EXPRESO habló.
“Me cambié de Ceibos porque pensé que acá, por vivir en una ciudadela cerrada, tendría más garantías de tener paz, pero no es así. El hecho de dudar de todos me tiene mal. Eso impide hasta que busques relacionarte con tus vecinos, te frena. Y no es bonito vivir así. Creo que en Ecuador no hay sitio alguno en el que todavía se pueda convivir: cada quien se ve obligado a vivir en su mundo y no está bien. Definitivamente no lo está”, pensó Vilma Romero, residente de Entre Ríos.
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