Queman réplica de la primera nave pirata que atacó Guayaquil hace 400 años
El artista plástico quiteño Francisco Baquerizo presentó un proyecto que pretende mostrar en Europa “la otra historia”
Pestes, piratas e incendios. A lo largo de su historia, Guayaquil ha sido azotada por estos tres males. Y es una constante que va mutando, ya no con riesgos externos sino locales.
Podemos citar, por ejemplo, en el siglo XIX la epidemia de fiebre amarilla que casi arrasa a la población, y hace pocos años, la del coronavirus covid-19. El horror de aquellos días sigue latente en nuestra memoria.
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Por su apertura al río, a Guayaquil llegaban flotas de piratas europeas durante la época colonial para saquear y destruirla.
Precisamente en el 2024 se cumplen 400 años de la incursión en la ciudad de la flota neerlandesa Nassau, una expedición de embarcaciones aupadas por la corona de esa nación.
El artista plástico quiteño Francisco Baquerizo vive en Países Bajos desde hace tres años. A finales del 2022, comenzó a investigar en Amsterdam sobre este suceso.
En los archivos del Museo Nacional Marítimo de dicha ciudad europea halló documentos sobre el ataque a Guayaquil por parte de esa flota, cuyos ocupantes terminaron saqueándola e incendiándola.
Por ello, Baquerizo planeó un proyecto para poder mostrar otras historias “fuera de la historia oficial”. Y pensó en recrear la réplica del barco Amsterdam, de la Compañía neerlandesa de las Indias Orientales, exhibido con orgullo en esa nación en el museo antes mencionado, y que en esta zona del Pacífico solo dejó muerte y desesperanza.
La idea consistía en elaborar esa embarcación en un monigote a través de artesanos en Guayaquil y quemarlo junto al río Guayas. Todo ese proceso sería grabado en un documental.
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Leer más“Para mi la idea es mostrar otra forma de entender el fuego mediante la tradición nuestra de los años viejos y entender al fuego de una forma distinta a la que ellos entendieron hace 400 años atrás. En nuestro caso no es destructivo, sino es renovador, es reconciliador, es propositivo”, indicó Baquerizo.
Y así fue. A mediados del presente año se contactó con Joshua Jurado y Diego Cuesta, del Estudio Taller Infinito, ubicado en García Goyena y Villavicencio, en el sur de Guayaquil.
Cuesta contó que ponerse de acuerdo no fue difícil, pues se entusiasmaron con la idea. Luego de varias reuniones virtuales, definieron cómo sería fabricada esta gran embarcación.
Un mes les tomó la elaboración del año viejo, en el que usaron materiales tradicionales como madera, cartón, papel, almidón y pintura de caucho.
Baquerizo llegó esta semana a Guayaquil. Con afiches y por redes, anunciaba la gran quema del barco pirata holandés, que sería realizada el jueves 28 a las 18:00 en La Pradera 3, sur. Esa tarde, se ultimaban detalles del traslado del año viejo de la embarcación.
Este gran navío estaba apostado en la calle Villavicencio sobre una pequeña plataforma móvil. A las 16:30, una moto comenzó a remolcarla y se inició el recorrido hacia La Pradera. Pero antes llevaron la nave de paseo por la tradicional 6 de Marzo, abarrotada de monigotes.
Los ciudadanos que caminaban por esa vía fotografiaban el vistoso barco que lucía colores verde y café, aún sin saber el significado de su creación.
Finalmente, a las 18:00, la nave llegó hasta La Pradera 3. Ingresó en un callejón de la zona y luego hacia un predio junto a la orilla del río Guayas.
El sol comenzaba a ocultarse. El momento cumbre estaba por llegar. Luego de varios intentos, la embarcación quedó firme sobre el irregular suelo. El olor a combustible inundaba el lugar, mientras que algunas lanchas cruzaban a varios metros de distancia en el interior del río.
Joshua Jurado roció con gasolina la embarcación y prendió el fuego, que lentamente la consumía. La noche se hizo presente. Fue cuando entró en total combustión la nave. Baquerizo tomaba fotos desde una cámara.
Las llamas envolvían totalmente al galeón. “Esto es lo que estaba esperando, esto es lo que buscaba”, repetía. Que no buscaba revanchismo ni sacar a relucir rencores pasados, reiteraba el artista plástico.
Unas 20 personas se acercaron para observar la quema. “Feliz 2024”, incluso gritó uno de los asistentes, provocando vítores y aplausos de los demás.
El objetivo, según explicó Baquerizo, es “encontrar alivio en nuestras luchas a través de la reflexión y la acción en el campo de las artes”.
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El documental sobre esta actividad artística tendrá una duración de aproximadamente 15 minutos. Será exhibido en la exposición colectiva ‘Prospects’, curada por el Mondriaan Fund durante la Feria Internacional Art Rotterdam, donde se espera la asistencia de 22.000 personas, en febrero del año 2025.
Hoy, después de 400 años de esa incursión, Guayaquil sigue siendo incendiada por fenómenos similares a los piratas, que dejan muertes como en pestes. Pero seguirá resurgiendo.
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