Los capitalinos recuerdan con alegría a su ciudad a lo lejos
La comida, los bailes y el clima: lo que más extrañan de Quito
Las costumbres no las dejan. Tampoco lo hacen con ciertos recuerdos de su tierra y menos el marcado acento que los identifica con orgullo como quiteños.
Cerca de la culminación de las fiestas los eventos continúan en Quito
Leer másPese a no poder celebrar las fiestas de Quito en su ciudad natal, algunos ‘mijines’ regados por el país recuerdan con orgullo, alegría y nostalgia los 488 años de fundación de su tierra, que se conmemoran este martes 6 de diciembre.
“Me encantaría estar en Quito celebrando con mi familia, comiéndome un rico hornado y bailando la buena música clásica de las fiestas. Este año no pude, pero siempre llevo puesta la piel de mi ciudad”, dice emocionado Carlos Beltrán, quien llegó hace 16 años a Guayaquil, donde reside, por un negocio que pensó llevaría a cabo apenas por unos meses, y terminó radicado allí con su familia. “Guayaquil me trata muy bien y me gusta mucho su gente, pero no hay nada como el frío de mi Sierra y la comida de mi ciudad. Soy un chulla quiteño de corazón”, comenta el hombre de 42 años, mientras muestra la camiseta que hace referencia al monumento de la Mitad del Mundo, un ícono de la capital.
Para Luisa Ortiz, una joven universitaria de 25 años, este ha sido uno de los años más duros. “Es la primera vez en la vida que vivo esta fecha fuera de mi ciudad. Uso unas pulseras que me compré allá y son muy famosas en mi ciudad, es mi manera de sentir cerca mi tierra”, dice la joven, quien confiesa que los espectáculos que se brindan en los estadios capitalinos son irrepetibles. “Este año llegan grandes artistas, siempre los hay, y me perderé de todo eso, no lo puedo creer”, se lamenta la joven, que estudia y trabaja en La Puntilla, en Samborondón, desde hace 10 meses.
Extraño la gastronomía, especialmente el mote con papas y cuero que acudía a comer a La Magdalena.
Otro recuerdo de los quiteños al estar lejos de su ciudad es la gastronomía, coinciden. Por ejemplo Juan Diego Lascano, quien vive en Santa Elena, sonríe al recordar cómo se alimentaba en Quito. “Extraño el mote con papas y cuero que acudía a comer a La Magdalena, también el yahuarlocro que prepara en casa la familia y el pan con higo”, indica sonriente al recordar su ciudad natal, que durante estos días vive sus fiestas.
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Leer másJuan Diego, quien es gestor cultural y forma parte de la Casa de la Cultura de Santa Elena, está radicado desde hace 13 años en la Península. Llegó a dictar unas conferencias de quehaceres ancestrales y le gustó tanto el sector costero que decidió quedarse allí. “Nunca imaginé que al venir a intercambiar conocimientos referentes a costumbres y tradiciones, me quedaría por completo. Ahora también me siento un quiteño peninsular”, comenta entre risas.
Ahora en esta provincia, Lascano Terán promueve el arte y algunas costumbres de la Carita de Dios, como se conoce a la capital; entre las que se destacan los bailes folclóricos como el denominado ‘diablada’. “A las personas de la Costa también les gustan las danzas y han aprendido muy bien”, resalta.
Este año no podré celebrar las fiestas en Quito, pero siempre llevo la piel de mi ciudad con algún recuerdo.
Una de las cosas que le traen recuerdos es que cada vez que hay alguna festividad en las comunas de esta zona se quema el tradicional castillo, algo similar a lo que también ocurre en Quito con la colorida pirotecnia en los días festivos.
‘Guayaquiteños’ de corazón
Leer más“Todos somos un mismo país. Es verdad que se siente nostalgia de no celebrar las fiestas de Quito junto con los amigos y allegados, pero lo importante es que la sal quiteña que nosotros tenemos nos hace sentir orgullosos de donde nacimos”, resalta.
En otro punto del país, esta vez en General Villamil (Playas), Miguel Ángel Rivera Garcés, de 42 años, confiesa que lo que más extraña de su ciudad son los populares carros alegóricos. “Los desfiles en la avenida Los Shyris y los bailes conocidos como Chavezazo y Amazonazo, que se hacen con grandes orquestas, son los eventos que más se extrañan de las fiestas”, dice el hombre, que lleva 20 años radicado en el balneario.
“Ahora las fiestas por los 448 de fundación las viviré como otros años, viendo lo que pasan brevemente por la televisión, las redes sociales y lo que relata el periódico; pero no es lo mismo”, acepta Rivera, mientras le pregunta a su esposa Lenny Ávila, a quien conoció en Playas, si le podía preparar un yahuarlocro.
Cuenca también acoge a los capitalinos, y pese a que ambas urbes tienen similitudes en su clima y gastronomía, resalta una que otra diferencia, a decir de los capitalinos. “Se extrañan las reuniones familiares, las comidas especiales y el tradicional canelazo, que aunque también se preparan en Cuenca, no son iguales a los que se hacen en Quito. Son una delicia y los extraño mucho”, exclama Juan Torres, quien lleva cuatro años lejos de Quito.
Él coincide con la mayoría de quiteños que aseguran extrañar las noches capitalinas. “Me perderé los festivales artísticos con bandas invitadas, eventos que guardo en mi memoria porque, al ser una ciudad capital, sus fiestas siempre son particulares”, sostiene el hombre, de 29 años de edad, con un sonrisa y lleno de recuerdos de las reuniones con amigos y familiares.