Guayaquil: Las ramas invaden ventanas y se enredan en los cables
Los árboles sin podar afectan a los habitantes de Sauces IV. En el sector proliferan mosquitos y ratas. Piden al Municipio que solucione el problema
Ramas, hojas y copas de árboles. Eso es lo primero que observa Carmen González al asomarse a la ventana de su casa ubicada en Sauces IV, norte de la ciudad.
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Leer másY aunque tiene tan cerca de su casa el frescor de los árboles, señala que esto acarrea más inconvenientes que ventajas, por lo que pide al Municipio que ponga en marcha un plan de poda de carácter urgente.
“Las ramas se están metiendo por los balcones y ventanas. Hay árboles que superan los techos de las viviendas, pese a que algunas de ellas tienen varios pisos de altura”, menciona Carmen, quien vive en la manzana F 366 del sector.
Ella considera que tener los arbustos tan cerca es un peligro, sobre todo en los días que hace mucho aire o llueve muy fuerte. “Estos pueden venirse abajo y causar algún accidente”, sentencia.
Teófilo Macías (65) ya perdió la cuenta de los años que permanecen abandonados los parques, calles y callejones de la decimatercera etapa de la ciudadela Alborada, norte de la ciudad, donde él habita hace más de dos décadas.
— Diario Expreso (@Expresoec) February 15, 2022
En el callejón de esa manzana hay cinco árboles de 15 metros de altura que están ocasionando problemas a los habitantes; ya que por el tamaño que tienen golpean constantemente con los techos de las casas y generan abundante basura.
Carlos Cornejo, quien habita en uno de los bloques de esta ciudadela, dice que la altura y frondosidad de los árboles generan la proliferación de mosquitos, palomas y pájaros a tan solo centímetros de los ventanales de las viviendas.
Además, resalta que hay muchas ratas alrededor que, incluso, han llegado a metérseles a las casas, como le sucedió a una de las vecinas de la zona. “Los roedores son visibles a plena luz del día; quienes pasan por aquí, fácilmente pueden verlos”, agrega.
Las ventanas de varias viviendas están cerca de las ramas y desde ellas se ve un paisaje casi salvaje. También se debería revisar algunas palmeras que están podridas.
Pero las quejas no solo se centran en el estorbo que supone la ausencia de poda, sino en el riesgo que conlleva para los ciudadanos que los árboles hayan crecido de manera tan incontrolada.
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Leer más“Las ramas han causado daños sobre algunos vehículos e incluso en los vidrios de las ventanas de las villas. Tenemos miedo que alguno caiga y aplaste a alguna persona o vivienda”, menciona Matilde Cáceres, quien habita desde hace cinco años en la manzana F 377. Ella se ha unido con otros vecinos para instar al Municipio a que tome medidas antes de que haya daños personales que lamentar.
La falta de poda de los árboles no es el único problema en este sector. Tampoco existen veredas, porque están cubiertas de maleza que no ha sido cortada en mucho tiempo.
El problema no es solo ese. Los árboles también están muy cerca del cableado del tendido eléctrico que pasa por esa zona del norte. En algunos casos las ramas han traspasado el nivel de los cables y en otros están a punto de tocarlos.
Daniel Mestanza, vecino del sector, denuncia que desde hace dos años no se le ha dado un mantenimiento adecuado y existe el peligro de que se produzca un cortocircuito o que las ramas caigan sobre alguna persona.
A pesar de que los grandes árboles proporcionan buena sombra en las calles, también quitan mucha luz a quienes viven junto a ellos. De allí la necesidad de podarlos.
“Cualquier día va a ocurrir una desgracia de la que vamos a arrepentirnos, ya que alguna de esas ramas pueden partirse y romper el tendido eléctrico o caer encima de alguien que esté en la calle”, advierte.
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Leer másLos cables de alta tensión en diversas manzanas de esta ciudadela se enredan con las ramas de árboles ubicados en parterres y veredas que, en algunos casos, se prolongan de lado a lado de la calle, lo que ocasiona riesgos y posibles causas de accidentes.
Esta situación ocurre en la avenida Antonio Parra Velasco y en la Gabriel Roldós Garcés, donde las ramas se mezclan entre sí y mantienen los cables telefónicos tensos y con el peligro de que se puedan caer.
“Desde hace dos años no han venido a realizar una poda”, apunta Mariano Cedeño, para quien la altura y frondosidad de los árboles comienza a ser una verdadera molestia.
Mariano, quien habita en el bloque 52, afirma que este no es el único inconveniente.
Menciona que los parques están descuidados y cubiertos por césped que no ha sido podado en mucho tiempo. También hay árboles que necesitan ser intervenidos.
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Leer más“Los vecinos hemos pensado podarlos, pero nos da miedo no hacer un trabajo correcto, ya que no se trata de cortar por cortar las ramas, sino de hacer una buena labor sin que se sacrifique la especie y que al mismo tiempo los habitantes recobren la tranquilidad que han perdido por la falta de poda de los arbustos”, puntualizó.