Guayaquil: El recelo del casco comercial se propaga al norte de la ciudad
Una leve calma se respira en calles y zonas turísticas. Dueños de negocios no bajan sus brazos y procuran mantener el ritmo. Hay cautela por protestas
Como si fuesen los días de un fin de semana o de un feriado. Ese es el panorama que se percibe en el casco comercial desde el pasado lunes, que se registró la primera marcha en Guayaquil, en relación al paro nacional. El escenario se ha mantenido desde que el reloj marca las 12:00, y hasta se extiende a otras zonas comerciales y de mayor flujo de personas, como en la ciudadela Alborada o Urdesa, en el norte de la ciudad.
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Leer másDiario EXPRESO realizó un recorrido por diferentes puntos de la urbe porteña y constató, además, que en algunas calles donde el denominador común era el agobiante tráfico, también se han reducido las largas columnas de vehículos. Está claro, hay un recelo que se respira en el ambiente.
“Como está la situación del país, la delincuencia y las marchas, hace que nos inquiete si salimos o no. En el trabajo nos mandan más temprano o hay compañeros que se van en grupos de expresos”, cuenta Mellisa Pilay, una contadora guayaquileña, quien se lamenta que por estos motivos no podrá ir este fin de semana como ya lo tenía previsto a Olón (Santa Elena) junto con sus amigos.
La mujer, de 34 años, labora cerca del Malecón 2000 y espera que “todo esto se mejore” para poder estar en la playa el próximo sábado.
A unos metros, en la bulliciosa Bahía, algunos módulos se mantienen cerrados, mientras que los propietarios de otros locales han decidido no quedarse con los brazos cruzados y sacan a flote toda su mercadería. Pese a los esfuerzos de los comerciantes, los compradores no se asemejan a los que allí aterrizan en días normales.
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Leer másAsí opina Carlos Matute, un vendedor de maletas, quien afirma que la situación se agravó la tarde del martes cuando se registraron diferentes marchas por esta parte de la urbe.
Con sus otros compañeros, recuerda, se puso a buen recaudo, pues el ‘fantasma’ del saqueo volvió a pasearse por este territorio.
“Desde ese día es que algunos no vienen o abrimos a media llave, o sea, atendemos con recelo que vandalicen nuestros puestos y por eso la gente tampoco viene”, menciona Matute, que ahora baja las puertas de su negocio a las 15:00 o 16:00.
Los compañeros mantienen cerradas sus puertas por vandalismo, muchos también son ordenados. El Municipio ahora nos ha dado libre albedrío, espero que mejore esto.
No abrí el martes mi restaurante porque el mercado de José Mascote estaba cerrado y no pude comprar, el miércoles no hubo la misma demanda de los comensales.
Esto se repite en otras zonas como las ciudadelas Sauces, La Garzota o la Alborada, en el norte de la ciudad. En el último punto, decenas de establecimientos que se levantan a lo largo de la avenida Guillermo Pareja no registran la misma afluencia de personas que tienen usualmente. Lo mismo sucede con los restaurantes y restobares, pues no todas las sillas y mesas lucen ocupadas por los comensales.
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Leer másEn la avenida 9 de Octubre, aquellos locales que exteriorizan la atención sobre las aceras también registran pocas visitas. El panorama se multiplica y alcanza a la calle Guayacanes, popular arteria urdesina por concentrar, en su mayoría, a establecimientos de venta de comida árabe, pero tampoco están despuntando como lo hacían.
mercados
del centro, que integran la red municipal, cerraron el martes como “medida preventiva”.
Allí, Mauricio Maldonado, propietario de un restaurante, se queja que no laboró el pasado martes debido al cierre de uno de los 50 mercados que integran la red de abastos municipales.
No pudo preparar el almuerzo para la poca clientela que hubo ese día y lo resume como un día perdido. Nadie se lo devolverá. La tarde del miércoles, asimismo, habían escasos clientes, pero no deja su entusiasmo y portando su mandil anhela que haya mejores días.
Laura Páez, moradora de la ciudadela, reconoce que son días de incertidumbre, por lo que volvió a pedir a domicilio comida. “Ahora nuevamente da miedo salir con este ambiente de protestas y por eso otra vez en casa volvimos al delivery hasta para las medicinas”, comenta.
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