La receta urbana para que la seguridad en Guayaquil sea más que un anhelo

Volver a tener la libertad para caminar sin temor por las calles de la ciudad es más que un anhelo una necesidad que piden a gritos las familias que quieren volver a convivir y recuperar el espacio público que, advierten, lo han perdido a causa de la inseguridad.

Hoy que Guayaquil está de fiesta y a fin de convertir a la ciudad en un espacio más amigable y habitable, expertos en seguridad y urbanistas consultados por EXPRESO trazan la hoja de ruta para luchar contra esta problemática que, aseguran, requiere de cambios en las leyes y las políticas públicas, y mejoras en el espacio urbano.

Algo tan sencillo como habilitar los sitios de entretenimiento e iluminar los vecindarios y dotarlos de murales y sitios de descanso que incentiven al ciudadano a salir de casa, generará un sentimiento tal de pertenencia, que el barrio entero se unirá para defender su territorio y convertirlo en un sitio de paz.

No obstante existen otras medidas que apuntan a que las penas sean más duras, incluso para los menores que cometen infracciones, y a que se habilite un centro de rehabilitación social pero integral. Y es que, a decir de los consultados, lo que existen ahora lamentablemente son centros que ayudan más a especializarse en los delitos. A continuación el detalle de los planteamientos.

• LAS FERIAS SON OTRO MEDIO PARA CUIDAR

Para Ivonne Pinzón, líder comunitaria de la ciudadela 9 de Octubre, una de las medidas para reducir los índices de inseguridad recae en los eventos que la comunidad pueda hacer en sus barrios a fin de que tengan vida.

“Los festivales, las ferias, los juegos, siempre ayudan. Permiten vivir en comunidad, ocupar tu espacio público. En nuestro vecindario, esto por ejemplo, nos ha permitido mantener el barrio seguro”, explica Pinzón.

La líder comenta que en su barrio hacen falta más agentes y cámaras para el cuidado de los moradores que, a su juicio, es otra medida para blindarse frente a esta problemática. Que la inversión de las autoridades debería apuntar a estos dos puntos, advierte; a la par del desarrollo de shows comunitarios y turísticos a lo largo del año.

• LA SEGURIDAD INICIA DESDE LA COMUNIDAD

Abraham Correa, consultor en seguridad, comenta que entre las acciones más efectivas que pueden llevar a cabo las comunidades está generar una patrulla ciudadana, en conjunto con la Policía Nacional.

“Es necesario poder hablar con las autoridades y mantener una comunicación constante, denunciar toda irregularidad entre vecinos y los agentes de seguridad, solo así comenzaremos a ver un cambio”, asegura Correa.

Explica que estas acciones ayudarían y podrían dar un alivio al ciudadano, a corto y largo plazo, siempre y cuando la ayuda policial esté presente. “Estas estrategias, que son viejas, pero exitosas, los comités barriales deberían emularlas, y salir por las noches a cuidarse unos a los otros”, dice.

• SEGURIDAD Y COMERCIO EN PUENTES

Para el presidente del comité de Mucho Lote 2, Antonio Barco, una de las medidas para reducir la ola delictiva en la ciudad, se centra en iluminar de forma adecuada los espacios públicos, entre ellos los parques, los callejones y los puentes.

Barco asegura que debido a que han sido comunes los atracos en estas estructuras, urge que los doten de la suficiente iluminación para que los sitios se conviertan en sitios seguros para el peatón.

A la vez, este líder comunitario apunta al comercio. Para él es importante que se permita a los residentes de los barrios a tener kioscos para vender sus productos. “Eso le permitirá al barrio levantar su economía y será un imán para los vecinos, lo que hará que las calles estén llenas y siempre con vida”, resaltó.

• HACER CAMBIOS MACRO, JUNTO A CAMBIOS MICRO

“Hay tres pilares importantes que hay que cambiar, las leyes a favor del ciudadano, control del sistema de justicia, e incrementar el presupuesto para la acción eficiente de la policía”, detalla Jhon Garaycoa, experto en seguridad.

Explica que si bien la necesidad de estos cambios macro por parte de las instituciones públicas funcionan, es oportuno que la ciudadanía también actúe.

“La rutas macro nos sirven como una guía para cambiar la situación de Guayaquil, sin embargo, también como individuos, debemos actuar, desde nuestra seguridad propia, hasta la seguridad barrial”, comenta.

Añade que acciones micro como formación de consejos barriales, grupos de cuidado sectorial, dará un sentimiento de seguridad general.

• EL BARRIO TAMBIÉN DEBE CUIDARSE SOLO

Galo Ruiz, líder comunitario de las manzanas 12 y 13 de la onceava etapa de la Alborada, considera que si bien se debe pedir ayuda del Cabildo y a la Policía, es necesario comenzar con acciones inmediatas entre los mismos vecinos.

“Nosotros tenemos un grupo de Whatsapp donde alertamos de cualquier irregularidad, y además instalamos un cerramiento eléctrico, para nuestra propia seguridad; cada uno puso un poco de dinero para comprarlo. Nos organizamos”, relata Ruiz, quien junto al resto de vecinos, por miedo a las constantes olas delictivas han adoptado múltiples medidas para su protección.

“Es una opción viable que funciona. Tal ha sido el éxito, que otras etapas de la Alborada hicieron lo mismo. En Guayaquil, que la idea se replique podría dar resultados favorables”.

EL COMERCIO PARA SALVAR LA LA CIUDAD

Luis Alfonso Saltos, especialista en planificación urbana, comenta que un proyecto inicial efectivo sería sectorizar la seguridad, primero en calles importantes para el flujo tranquilo de los ciudadanos. “No me parece un plan bueno a largo plazo, pero permite conocer los puntos más necesitados de la ciudad, a partir de la implementación de esta técnica”.

Asegura que traer el comercio a las calles es necesario llevarse a cabo. “El comercio mueve a las personas, y entre más personas, esto requerirá mayor vigilancia, y entre mayor sea esto, los delitos en el sector serán menores”.

Saltos detalla que la situación de cada barrio será distinta, pero en calles abandonadas, es necesario incrementar el flujo de ciudadanos y vigilantes activos.

• LA URGENCIA DE IDENTIFICAR LOS PUNTOS CRÍTICOS

“Lo primero en lo que se debe trabajar es en levantar información de las zonas conflictivas de la ciudad, a fin de intervenirlas pero estratégicamente para que no haya vías de escape”, señala Jorge Villacreses, máster en Criminalística y Seguridad.

Para eso, advierte, el departamento policial de Inteligencia debe reforzarse y tener identificados estos sectores y las caletas donde se refugian las mafias, explica.

“Es necesario dotar a las fuerzas del orden público, de armamento y equipo necesario para el control de las bandas, medidas más severas”.

A partir de estas operaciones, detalla que deben instalarse zonas y vías seguras, espacios que permitan un desplazamiento seguro para la población, en los horarios que más se registran hechos delictivos.