La ropa de segunda mano gana espacio en el ropero del guayaquileño
En la ciudad crecen las tiendas de ropa de segunda mano. Los precios que se encuentran aumentan los compradores. La tendencia ayuda al medio ambiente
“Más económico, en buen estado y marcas exclusivas. ¡Es una ganga!”, dice emocionada Daniela Santos, al realizar su compra en ‘Hallados’, uno de los locales de ropa de segunda mano, tiendas que empiezan a tener mayor acogida en Guayaquil.
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Leer másEl término ‘moda sostenible’ cada vez toma más fuerza en la ciudad y es la forma en la que muchas tiendas apuntan a disminuir la contaminación ambiental y aumentar las ventas con el comercio de prendas de vestir que se puedan reutilizar. “Muchas veces las personas usan ropa una o dos veces y luego la dejan olvidada en su clóset por años. Nunca más la utilizan y están en buen estado. Lo que la tienda hace es poder darle un nuevo uso a esas prendas”, comenta Nicole Perdomo, propietaria de ‘El clóset de todos’, que asegura que las clientes (porque quienes más la visitan son mujeres) se van maravilladas con los precios. “Se quieren llevar toda la tienda. En esta clase de locales se ofrecen buenas marcas a precios cómodos”, comenta.
La industria textil es muy dañina. Lo que se busca es reducir la contaminación ambiental al darle un nuevo uso a la ropa.
Para Perdomo, la idea es que esto vaya más allá de la moda. “Que se consigan prendas a buen precio es importante, pero realmente esto va más allá de la moda. Lo que se busca es que se disminuya la contaminación ambiental”, sentencia.
El ambientalista Ricardo Colman explica cómo estas tiendas ayudan al medio ambiente y disminuyen la contaminación. “La segunda industria, después de la petrolera, que más daño ambiental provoca es la textil. Hay millones de prendas que son botadas íntegras y estas, al ser de poliéster (la mayoría), se vuelven en plástico, creando contaminación en los mares y posteriormente a los animales”, explicó.
Colman asegura que esta clase de iniciativas reduce en gran medida esta problemática. “Es muy beneficioso porque ayuda a que esa inversión de recursos naturales tenga más vida útil y se le saque más provecho”, explica.
EXPRESO realizó un recorrido por varias tiendas de Guayaquil donde se evidenció que la clientela es numerosa y, a decir de Paula Ferreti, la demanda ha crecido. “Cada día modificamos casi todas las prendas porque los clientes compran bastante. Antes había el tabú de que esto era malo o las clientas venían y pedían otra funda para que no se vea que es moda sostenible. Sentían vergüenza, pero ahora, eso ha disminuido, ya la gente viene con confianza. Hay clientas que vienen hasta dos veces a la semana”, comentó la representante de la tienda ‘Hallados’.
Para ella es muy importante cerrar el círculo de la moda. “Lo ideal es que las personas que vienen y nos venden su ropa que no usó pueda también comprar prendas nuevas y a buen precio. De esa manera cerramos el círculo de consumo”, explicó.
Prendas que están dañadas se pueden reconstruir y darle una nueva vida a la ropa. Lo importante es contribuir con el medio ambiente.
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Leer másEn el sitio estaba Romina y Lourdes, dos jóvenes que aseguran que esta tendencia toma fuerza, incluso entre sus amigas universitarias. “Resulta muy conveniente venir a comprar aquí, me llevo marcas internacionales súper buenas a precios que no encuentro ni en la bahía. Lo mejor es que siempre hay variedad y cosas nuevas que comprar”, comentó, mientras cogía la tercera prenda para comprar. Para Lourdes, atrás quedaron las compras costosas en tiendas reconocidas. “Solía hacer shopping mensualmente, pero con lo que gasto en otras tiendas, aquí lo hago casi semanal”, mencionó entusiasmada.
Se encuentran buenas marcas a excelentes precios. Soy fiel compradora de estas tiendas que siempre tienen algo que ofrecer.
En septiembre, en Estados Unidos se realiza el ‘Second Hand September’, una campaña que tiene como objetivo que se compre ropa de segunda mano durante todo el mes, en lugar de ropa nueva. Esta iniciativa es impulsada por Oxfam, una confederación de ONG que identificó la necesidad de disminuir el consumo de ropa de primera mano debido al impacto negativo que tiene esta industria sobre el planeta.
“Con la moda sostenible se busca crear conciencia en los compradores, que ahorren sí, pero que también usen las prendas que se llevan porque entienden su valor”, argumenta Ferreti, además añade que suelen venderse 200 prendas en un día.
La mayoría de los locales trabaja bajo el sistema de venta a consignación. Se revisan las prendas, se oferta y luego de ser vendidas en un plazo determinado, se procede al pago.
Liliana Martínez considera que se ha visto muy beneficiada con la moda circular. “Sinceramente creo que soy compradora compulsiva, siempre que tengo la posibilidad compro ropa. El problema es que muchas veces tengo demasiada y no la uso toda y algunas otras ocasiones la uso una vez y luego ya no me gusta y se queda ahí”, cuenta. Además confiesa que hace cuatro meses le ha encontrado un lugar a más de cien prendas. “Ya hasta perdí la cuenta, pero cada vez que hago una limpieza de clóset envío por lo menos 30 prendas y la ganancia no es mala, sinceramente. Creo que han sido más de cien prendas”, comenta la mujer de 32 años.
Antes existía un tabú sobre la ropa de segunda mano, ahora cada día la clientela crece más. Ya hay mucha confianza en los compradores.
Sin embargo, no solo la ropa de venta de segunda mano toma fuerza, la reconstrucción de ropa también se hace conocer más. “La gente viene con un jean y lo podemos convertir en una chaqueta o traen varias prendas dañadas, la procesamos y hacemos una sola nueva. A veces ellos tienen la idea, otra nosotros se la damos. El objetivo es que no se desperdicie la ropa en la basura”, comenta Alejandra Durán, de ‘Aguja Mágica’, quien detalla que para hacer solo un jean se puede usar hasta tres mil litros de agua. “Tenemos una lucha contra la contaminación. Hay demasiada en la industria, pero la gente no lo conoce y lo que hace es comprar y luego botar. No hay que hacerlo, debemos buscar sacarle el máximo provecho a la ropa. Esto debería importarnos a todos”, explicó.