El reclamo ciudadano de ser una Salinas más verde fue finalmente atendido
Los vecinos pedían que planten las especies que le daban identidad a sus barrios. Exigen además más sombra para el balneario
Algarrobos, tamarindos, guayacanes, almendros, acacias, entre otros árboles; fueron sembrados por los niños en Salinas el pasado fin de semana. Los sitios escogidos fueron las albarradas y los barrios donde precisamente, hace años, las especies explicaban el por qué del nombre del vecindario. Eran su identidad. La misma que fue reemplazada por tierra, cemento y áreas grises.
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Leer másAsí, tras una serie de quejas ciudadanas que exigían al Cabildo que le dé sombra al cantón, la acción ha empezado a ser ejecutada. La parroquia Muey fue una de las intervenidas. La finalidad es que el sector vuelva a contar con ese extenso cordón verde que lo recorría y que ha desaparecido.
Vecindarios como Barbasco, Los Almendros, Los Algarrobos, están considerados en el plan de reforestación. Ellos adoptaron ese nombre por las especies que se levantaban en sus calles. “Queremos que su identidad sea recuperada. Y es que la perdimos al igual como lo perdieron en Guayaquil barrios como Sauces, Guayacanes, Samanes. Allá y aquí vivimos lo mismo”, aseguró Willy Mejía, de Los Almendros.
Lo que vivimos en Salinas, en nuestros barrios, no es alejado a lo que vive Guayaquil con los suyos. La falta de sombra es un problema común y que responde a la falta de acciones por parta de la autoridad. Siempre se ha priorizado el cemento, por eso vivimos sin color, sin árboles y cada vez perdemos a más animales.
El espacio público se fractura ante el avance del vandalismo
Leer más“Para ir hacia los pozos de sal, en Salinas, uno tenía que pasar por una zona montañosa repleta de árboles. Era increíble ver tanta área verde cerca del mar, ahora todo está seco", recordó el octogenario Isidro Yagual, quien vive en Mar Bravo, uno de los lugares que el pasado fin de semana fue ya reforestado.
En esta jornada se plantaron 500 especies y todas fueron sembradas por los niños, quienes además de adoptarla, a fin de que la amen y respeten; recibieron charlas sobre cómo cuidarla y dónde replicar la acción con la familia.
Me encantaría que Mar Bravo vuelva a tener ese corredor verde que hace décadas tuvo. Apenas un árbol creo que queda. Lo dejamos perder todo. De hecho toda esa zona está hoy en abandono. Es zona gris y roja, la inseguridad es tremenda; aun cuando el lugar era sitio para los amigos, la familia y las parejas que iban en busca de la mejor caída del sol. La postal sigue siendo hermosa.