La recolección de escombros se estanca durante el trámite
Puerto Limpio ha identificado 10 puntos críticos de desalojo de material de construcción. Un acuerdo cesó la responsabilidad directa de esa entidad
María Giler se siente vencida. Los alrededores de su casa, situada en las calles 29 y S, en el sur de Guayaquil, son un botadero de escombros desde hace siete años, calcula. Tan frecuentes son las descargas, que hasta un parque de recreación infantil del sector quedó sepultado por el material de construcción.
“Todos los días llegan volquetes a lanzar piedras, cemento, escombros... Cuando se llena empiezan a botar al estero (Salado). Yo me cansé de pedirles que no nos llenen el sector de cemento, no hacen caso. Puerto Limpio viene solo para recoger la basura y lo demás queda ahí”, relata.
Ana Sánchez y Soraya Esquetine, vecinas de Giler, lamentan que el abandono de material de construcción también haya provocado la obstrucción del alcantarillado pluvial. “Cuando llueve todo se inunda, no existe un espacio para el desfogue”, dice Sánchez, quien vive al pie de los escombros.
De acuerdo con la concesionaria Puerto Limpio, encargada de la recolección de desechos de la ciudad, existen 10 puntos críticos de mala disposición de los desechos de actividades de construcción o demolición. La mayor parte de estas zonas, como pudo constatar este Diario, se concentran en el sur de la ciudad y en el oeste, en el sector de la vía a la costa.
Karla Aguas, vocera de Puerto Limpio, reconoce que, desde 2011, un cambio en las cláusulas del contrato de recolección impide a la empresa de limpieza recoger los escombros sin autorización de la Dirección de Aseo Cantonal Municipal. “Si Puerto Limpio recoge material de construcción sin autorización del Municipio, puede ser multada”, agrega.
En la avenida 25 de Julio, en el sur de la urbe, cerca al Centro de Rehabilitación Integral Especializado 2, que atiende la discapacidad física e intelectual de niños y adultos mayores, la situación se repite. En ese sector, los escombros abandonados interrumpen el paso de los transeúntes y pacientes de la entidad en mención.
“Deberían de vigilar que la gente no lance los desperdicios de esta manera. Y ya que sucede, levantar el material pronto, para que no se llene. Uno viene con sus hijos que están en rehabilitación y se choca con esto”, se queja Vilma Baque, habitante del Guasmo.
Según Geofredo Calle, tesorero del Comité Barrial de la ciudadela Urbanor, en el norte de Guayaquil, el desalojo clandestino de material de construcción no se relega a 10 puntos críticos, sino que es una problemática que afecta a todo Guayaquil.
“Solo en Urbanor tenemos cuatro puntos donde la gente abandona este material. Es un problema social y de educación, pero también hay una traba en el trámite para que estos restos sean desalojados”, afirma.
El líder barrial explica un caso concreto: el Sendero Bosque Palo Santo. “Yo no le pongo la culpa a Puerto Limpio. Lastimosamente, la concesionaria no puede intervenir porque esas tierras son privadas, y el bosque en conjunto es un área protegida. Botan la basura, pero nadie puede legalmente hacer nada, hasta que se expropien los terrenos”, sostiene.
En los otros puntos, asegura Calle, en reiteradas ocasiones se ha pedido al Municipio, a través de Justicia y Vigilancia, que se multe a los responsables, pero sin resultados. “Nos piden videos de los infractores. Uno no puede estar allí para grabar el momento exacto”, menciona.
La vocera de Puerto Limpio reconoce que falta potenciar la labor municipal y de la concesionaria, pero enfatiza que no se trata de una mala comunicación entre ambas entidades, sino que también depende de la “cultura de la gente”. Por ello recuerda que existen dos puntos que reciben este material: uno en Bastión Popular y otro en la Cooperativa Nuevo Horizonte.
Respecto a los motivos del cambio legal que obliga al Municipio a emitir autorizaciones constantes a Puerto Limpio para recoger los escombros, Aguas dice que desconoce sobre el tema.
Este Diario contactó, durante la tarde de ayer, a Gustavo Zúñiga, director de Aseo Cantonal, para conocer las soluciones a las trabas legales que implica recolectar los desechos de construcción. Sin embargo, explicó que por motivos laborales no podía atendernos.