La reforestación del manglar brota en una Puná vulnerable
65 hectáreas de mangle entregó DP World a Ambiente como compensación por zona talada. Se ‘hundieron’ en el fango para sembrar. Anhelan una continuidad
Puná comienza a sanarse. La llegada del puerto de aguas profundas a Posorja implicó que se talen 10,4 hectáreas de manglar; y la empresa concesionaria, DP World, tuvo que resarcirlo con la siembra de mangle rojo. De eso han pasado más de tres años y el verdor ha comenzado a llegar al golfo de Guayaquil (vulnerable por la tala de manglar, cuyas denuncias EXPRESO ha registrado), con 65 hectáreas donde brotan 150.000 plántulas, que ya fueron entregadas al Ministerio del Ambiente.
Con la plantación de 2.000 especies, el lunes 27 de septiembre, se ‘cerró’ esta compensación, que inició en 2017 y cuya meta es la siembra de 100 hectáreas. Un equipo de este rotativo acompañó a los voluntarios, trabajadores y ciudadanos a la zona para enterrar las pequeñas matas. Ellos partieron en canoas desde el muelle de Puerto El Morro y recorrieron el manso golfo durante sesenta minutos.
No eran astronautas, pero estaban forrados con trajes blancos para no ‘ensuciarse’, pues para plantar el mangle es obligatorio ‘deslizarse’ sobre el terreno fangoso. Pero eso fue lo de menos, pues la mayoría tuvo lodo hasta en su cara.
El ministro del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, Gustavo Manrique, calificó este acto como un hito y también se bajó de las embarcaciones para tener el agua hasta el pecho. En medio de la siembra invitó a otras personas a que se sumen a estas acciones que, a su juicio, sirven para “salvar los servicios ecosistémicos”.
El funcionario recordó su época de deportista y dijo bromeando que invitará a los otros ministros. Fue allí que uno de los miembros de las fundaciones soltó el nombre de Niels Olsen, quien está al frente de la cartera de Turismo, ya que concuerdan en que esta iniciativa puede ser explotada turísticamente, a la par del avistamiento de delfines o de las fragatas.
Una urgente voz de alerta por los delfines de Posorja y El Morro
Leer másManrique argumentó que acciones como estas tienen que ir de la mano con la conservación para que exista un país verde y productivo. Recordó que las plántulas sembradas en 2017 hoy miden más de cuatro metros, lo que, según él, comprueba su supervivencia.
#Guayas | El Ministro @GustavoManriq_M junto a @DPWorldPosorja, @CALISURALIANZA, Mancomunidad, Asociaciones Pesqueras y guardaparques del Refugio de Vida Silvestre Manglares El Morro, participó en la reforestación de 2 mil plántulas de mangle rojo. pic.twitter.com/h3XjeobpzY
— Ministerio Ambiente, Agua y Transición Ecológica (@Ambiente_Ec) September 27, 2021
“Luego viene la auditoría ambiental de cumplimiento que DP World tiene que seguir, y como Ministerio de Ambiente (tenemos) la responsabilidad de controlarla y autorizarla (...) Seremos implacables en los controles”, prometió el ministro.
¿Eso será suficiente y garantizará mejores días para los pescadores? Y más aún, ¿será suficiente para lograr que vuelvan los delfines que, como publicó el año anterior este Diario, se han ido de esta zona, entre otras razones, por el intenso tráfico marítimo del sector? Manrique afirmó que, en relación a la flora, está seis veces compensada la afectación que genera el desarrollo de estas actividades y defendió que, con este tipo de siembra, se garantiza el hábitat de las especies.
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Leer másEl voluntario John Cárdenas, quien viajó desde Guayaquil a la isla, espera que eso suceda. Fue la primera vez que se adentró al manglar de esta zona, que alberga una amplia comunidad de fragatas, y anhela que los compromisos que tiene la empresa privada con la comunidad se multipliquen en otras zonas que registran manchas por la depredación del manglar.
Emocionado y empapado contó su experiencia. “Planté 20 mangles. Es bueno que haya este compromiso, pero es necesario que continúe”, subrayó el joven, quien, al igual que otros voluntarios y miembros de fundaciones, hace un llamado a las autoridades para que no descuiden estos sistemas.
Nelly Bohórquez, miembro de la Fundación Calisur, se sumó a ese criterio. Ella ha abanderado acciones a favor del manglar desde su campo: el lodo; pero en esta ocasión le tocó dirigir y entregar las especies a los participantes desde el bote. Desde allí contó a este Diario que la siembra del mangle rojo es una actividad poco conocida en la provincia y cuya experiencia gusta a más de uno. Por esto es que le encantaría que se pongan en marcha proyectos para su visibilización.
“Ojalá que venga el ministro de Turismo y se dé cuenta de esto, pero aparte de eso sería genial que se reforeste todo el golfo de Guayaquil”, expresó la joven, al recordar que en zonas forestadas de Balao, sede de la fundación, han aterrizado aves que antes eran migratorias y ahora se han instalado del todo. Ese escenario es parte de los efectos del cuidado de los ecosistemas, remarca.
Paúl Simball, responsable de sostenibilidad de DP World, confesó que el modelo moderno de sostenibilidad les ha dado a entender que trabajar solos no es posible, por lo que es primordial la participación de la comunidad y las organizaciones.
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Leer másAdelantó que en la isla Zapatero se trabaja en un piloto de 10 hectáreas donde también se está plantando mangle. “Estamos explorando otras áreas; es un pilotaje y estamos estudiando qué tan factible sería”, explicó Simball, al recordar que en 2024 se completará la entrega de 100 hectáreas de mangle rojo.