La reinserción escolar es una tarea pendiente en el país
Hay 150.000 niños que dejaron la escuela. El acceso a Internet y nivelación de los aprendizajes son otros deberes por hacer
El panorama no ha variado ni mejorado en el sistema educativo ecuatoriano.
Los problemas de conectividad, la falta de herramientas tecnológicas, la falta de maestros capacitados, la deserción escolar, los vacíos de aprendizajes son algunos inconvenientes que persisten desde la emisión de clases virtuales, por el inicio de la pandemia de COVID-19 en marzo de 2020. Esto mantiene un saldo negativo y una baja en la calidad de la educación del país.
Una estocada final a los expresos
Leer másCifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) revelan que alrededor de 90.000 menores se quedaron sin estudiar en el primer año de la pandemia. Ellos se unen a los aproximadamente 268.000 que ya habían dejado las aulas desde antes de la crisis sanitaria.
La situación se torna alarmante cuando son las propias autoridades las que reconocen que las cifras de abandono escolar son inéditas. Hasta noviembre de 2021, cerca de 150.000 habían dejado de estudiar.
En muchos hogares los niños no se pudieron conectar a un computador. Las fallas en internet fueron constantes en el inicio del año lectivo. 👇🏻
— Diario Expreso (@Expresoec) June 2, 2020
Estos datos muestrales fueron recabados en los Puntos de Encuentro que se desarrollaron en julio pasado, con un censo para medir, entre otras cosas, los avances en los procesos educativos de los niños y jóvenes que aún no retornan a la escuela.
Los niños llevan perdidos cerca de dos años de sus vidas por la mala calidad en la educación, por deficiencias en el acceso y por problemas en la comunicación.
De acuerdo con esa información, la mayoría de estudiantes que abandonan sus estudios son los que pasan de séptimo a octavo de básica (transición entre escuela y colegio) y quienes van a primero de bachillerato.
Los motivos para desertar siguen siendo los mismos: que los padres no tienen empleo, Internet, ni equipos tecnológicos para la educación virtual, que deben cuidar a sus hermanos o salir a trabajar para ayudar con los gastos de la familia.
Unos 60.000 alumnos de 163 colegios de la Zona 8 volvieron hoy a las aulas
Leer másEn varios sectores populares de Guayaquil, como Monte Sinaí, Bastión Popular, Flor de Bastión, Janeth Toral 2, en el noroeste de la ciudad; Guasmos e Isla Trinitaria, en el sur, hay cientos de menores en edad escolar que nunca han conocido lo que es una escuela. Ellos se dedican a jugar, cocinar, limpiar la casa, etc.
La educación virtual no ha sido una opción para los niños que carecen de equipamiento tecnológico y otras condiciones que les permitan seguir las clases desde sus casas.
Tampoco lo ha sido para los docentes que implementaron el uso de plataformas virtuales como Zoom y Google Meet para dictar sus clases. Ellos además han contratado planes de telefonía celular para comunicarse con sus alumnos vía WhatsApp para preguntarles sobre su avance o explicarles alguna parte de la asignación que no se haya entendido. Todo eso lo han hecho con sus propios recursos económicos y con un sueldo que, según dicen, no ha sido elevado desde hace varios años.
A pesar de que el abandono escolar es uno de los mayores problemas que afronta el sistema educativo, el Plan de Desarrollo del Gobierno 2021-2025 no contempla mecanismos para disminuirlo; por ello, la reinserción se convierte en uno de los deberes pendientes.
Es necesario que el retorno a las aulas se generalice pronto para que el panorama educativo cambie su rostro y los niños puedan nivelar conocimientos”.
El retorno a clases será solo en cantones con el 85 % de su población estudiantil vacunada
Leer másA la deserción se suma otro problema poco atendido: el rezago escolar. Un diagnóstico de la Unicef revela que más de 187.000 niños no cuentan con el nivel de aprendizaje que deberían tener a su edad.
Así, nueve de cada diez menores de entre 10 y 12 años no cumplen el estándar mínimo de lectoescritura establecido para un niño de siete años, correspondiente al tercero de educación básica. En razonamiento matemático tienen el mismo inconveniente.
Las diferentes pruebas evaluativas receptadas a los estudiantes (Aprendo, Ser Ecuador, Ser Estudiante y Ser Bachiller) han demostrado que el mayor porcentaje de alumnos no alcanzan la excelencia educativa y que muchos de ellos se encuentran en el nivel elemental de rendimiento académico.
Hasta el momento, el Ministerio de Educación no ha presentado cifras oficiales de esta problemática, que tampoco es nueva, pues antes de la crisis sanitaria ya había déficit de aprendizaje en estas áreas.
La presencialidad todavía no llega a todas las universidades
Leer másLa corta nivelación formativa en Lenguaje y Matemáticas en las primeras cuatro semanas del inicio del año lectivo, tanto en el régimen Costa como Sierra, no ha podido llenar los vacíos en los aprendizajes de los alumnos.
A criterio de los propios maestros, las deficiencias se mantienen porque la mayoría de los 4’4000.000 estudiantes del país no han pisado un aula desde la pandemia.
“Es complicado enseñar a un niño de cinco, seis o siete años a leer y escribir por Zoom o por WhatsApp, como hemos venido trabajando los docentes fiscales desde 2020”, explica Mauricio Castro, maestro de educación básica, quien destaca que en la presencialidad hay interacción entre estudiantes y profesores y es posible despejar duda de ambas partes.
A Sonnia Rivadeneira, experta y consultora educativa, le preocupa que la competencia lectora sea una de las dificultades que tengan los estudiantes, ya que ello mermará la capacidad de comprender, utilizar, reflexionar e interactuar con textos escritos. “Si no sabe leer no aprenderá a escribir y mucho menos podrá entender otras asignaturas”, anota.
El optimismo del regreso a clases invade a chicos y padres
Leer másAlgo similar manifiesta Carlos Betancourt, analista educativo. “El hecho de que un niño no pueda leer es un claro indicador de que los sistemas escolares no están bien organizados para ayudar a los menores a aprender en áreas como matemáticas, ciencias y humanidades”, enfatiza.
Desde al año lectivo anterior, los maestros fiscales están calificando a los niños por los portafolios de actividades entregadas, y a través de evaluaciones por teléfono o videollamada, cuando se puede, pues muchos no tienen Internet.