Puente de la Unidad Nacional
Así permanece ahora el puente. El miedo entre los peatones es latente.CARLOS KLINGER

La reparación del puente y el mal olor en una calle del norte, entre las demandas del ciudadano

La comunidad se muestra preocupada de que las barandas que se llevaron en el Puente de la Unidad Nacional todavía no se repongan. Piden ayuda urgente, les preocupa que el proceso tarde más de lo esperado 

El 29 de noviembre pasado, EXPRESO denunció del robo de metal en las barandas del Puente de la Unidad Nacional, en el tramo que conecta a La Puntilla con Durán; y a la fecha ese daño se mantiene, lo que preocupa a la ciudadanía. 

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En ese entonces el MTOP indicó a este Diario que iniciaron los trámites para reponerlo. "Se calcula que hay un faltante de 450 metros de tubería. También hay afectación en las tapas de hormigón a lo largo del puente y se evidenció que han sido sustraídas ocho tapas y hay daños en otras 15 más”, informó el MTOP,  que precisó además que la Dirección provincial inició los trámites para la reposición de las tuberías (de metal), pero no precisó la fecha de cuando se las colocaría o para cuando estarían ya listos los trámites. Esta situación, hoy aqueja a los habitantes. 

"¿Y si la reposición la hacen recién el próximo año? Dios, no. Existe un elevado riesgo a caerse entre los espacios faltantes. Los accidentes se dan. Me preocupa mucho que el arreglo no sea inmediato", informó Nicolás Rueda, quien habita en La Puntilla y a diario utiliza esa ruta para trotar.  "La vista es maravillosa. Es una ruta ideal para ejercitarse de una forma distinta. Sin embargo ahora no lo estoy haciendo. Me da algo de temor", reconoció. 

Frente a ello, piden a las autoridades que aceleren el proceso. "Solo queremos eso, que todo se haga más rápido. De Durán a La Puntilla hay mucha gente que por allí camina", agregó Lorenzo Avellán, de ese cantón. 

En otro punto de la ciudad, las quejas ciudadanas que han llegado a la Redacción de EXPRESO se centran también en el ruido y el mal olor que se percibe en ciudadelas del norte de Guayaquil 

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En Álamos Norte, los habitantes dicen que se han cansado de pedir al Municipio que haga controles del ruido en el vecindario. Aseguran que pasadas las 19:00 los negocios e incluso una iglesia ubicada en la avenida Guillermo Cubillo generan contaminación auditiva. “Gritan como si se fuera acabar el mundo. La iglesia está frente a las lavadoras de carro del sector. La gente les ha pedido que bajen el volumen, que coloquen amortiguadores de ruido, lo que sea. No digo que no profesen su fe, solo pido que dejen de gritar”, se quejó Lorena Peña, quien habita a escasos 15 metros del templo. 

Cerca de este vecindario, en la sexta etapa de la Alborada, cerca de la calle Benjamín Carrión, en cambio, los habitantes exigen a Interagua que revise qué está pasando con el sistema de alcantarillado, puesto que -denuncian- los olores que emana son insoportables. 

El problema se da entre las calles Algrada Hugo Salazar y César Borja Lavayen. Las familias se ven obligadas a cerrar sus ventanas, incluso las más pequeñas para evitar sentir la fetidez. "Exijo una solución. Es como vivir junto a un baño público. Estos olores me mantienen con migraña. No sé a quien acudir", señaló María Fernanda Ledesma, habitante.