Resiliencia, el plato fuerte de los hogares guayaquileños en esta Navidad
Personajes con historias de superación y de esfuerzo celebran las fiestas de forma diferente
Con la mirada y las manos apuntando al cielo y sus ojos llenos de lágrimas, Ruth Alarcón celebra la Navidad: su primera Navidad sin cáncer, una enfermedad que la había atormentado por más de tres años. Una Navidad diferente, una Navidad de salud, paz y resiliencia.
En la mayoría de casas se celebra esta fiesta católica, pero en algunos hogares tiene un sabor distinto este año, un sabor a victoria para algunas personas que lograron vencer procesos importantes que habían marcado su 2024, o en otros casos varios años de su vida.
Ruth Alarcón (45) abre las puertas de su casa y su corazón a EXPRESO y relata cómo han sido sus últimas Navidades. “Ha habido mucha tristeza y preocupación porque desde el 2021 me detectaron un tumor maligno en el pulmón. Desde ahí, mi vida no ha sido igual”, inició relatando la mujer, quien recordó que poco después de que le dieron la noticia de su enfermedad, su padre falleció, lo que volvió la situación aún más compleja.
“Fueron tres años muy duros, pero hace poco la situación cambió. Gracias a Dios y a unos doctores, hoy puedo decir que estoy completamente sana y mi estado de salud y de ánimo ha cambiado completamente. Esta Navidad es diferente y la estoy disfrutando al máximo”, dice sonriente y emocionada Ruth, madre de tres hijos.
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Leer másPara ella, esta fecha será más que una celebración con comida y dulces. “Dios me ha dado un propósito en mi vida y esta fecha, más que todo, es para agradecer. Hoy tengo una oportunidad más”.
Ciudadanos alejados de sus familias en Navidad hoy vuelven a casa
Casos como el de Ruth demuestran resiliencia y lucha. Personas que han atravesado procesos largos, pero hoy viven una Navidad distinta. Una época que en años anteriores era de tristeza, ahora es de gozo y paz.
José Cáceres, un joven de 27 años, también cuenta cómo está viviendo una nueva etapa de su vida. “Durante muchos años pasaba la Navidad lejos de mi familia porque era consumidor de drogas y en estas fechas me perdía. Ahora esta Navidad ha sido distinta. He realizado toda la novena con la gente que más amo y ya no estoy en ese mundo de vicios”, expresa feliz Cáceres, que durante cinco años fue adicto a las drogas, pero ahora está libre de ese peso.
Una Navidad para estar agradecido
Para muchas personas, esta Navidad tiene un sabor muy distinto, y no necesariamente a pavo o chancho (alimentos tradicionales en estas festividades), sino a vida. Un problema que también sufrieron los guayaquileños fue la inseguridad. De hecho, muchas personas, producto de esto, hoy no han podido celebrar las fiestas. Sin embargo, algunos otros sobrevivientes han logrado ser testigos de que luego de momentos difíciles, hoy disfrutan junto con su familia.
“Se metieron delincuentes a mi casa a robarnos. Yo me encerré en el baño junto con mi hija para que no nos hicieran nada. Gracias a Dios no nos tocaron, pero prácticamente se llevaron 15.000 dólares (entre todas las cosas sustraídas)”, relata Andrea Sandoval, que aún recuerda el momento de pánico que vivió. No obstante, la situación actualmente cambió.
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Leer más“Hoy, varios meses después, puedo decir que he recuperado todo, no porque los delincuentes me lo hayan devuelto, sino porque Dios ha sido bueno con nosotros. Las finanzas se restablecieron y de eso solo quedó el susto”, añade calmada Sandoval, quien agradece no haber sido víctima de robos posteriores, ya que los asaltantes obtuvieron toda su información personal.
“Esta Navidad la disfruto como nunca. Celebro la Navidad, celebro que puedo estar con mi familia y que Dios nos ha guardado en todo tiempo”.
En este 2024 algunas familias vivieron también desgracias inesperadas, que a lo largo del tiempo fueron superadas. Andrea y Fabián, una pareja de esposos, todavía recuerdan cómo el 6 de mayo último recibieron una llamada para decirles que la casa que recién habían comprado se estaba incendiando.
“Parecía una película. Me dijeron que mi casa se prendió en fuego y yo sabía que mis hijos estaban adentro. Afortunadamente no hubo heridos, solo pérdidas materiales. Gracias a Dios no se quemó toda la casa, solo la parte de arriba”, recuerda Andrea, quien con una sonrisa en su rostro dice: “Todo se recuperó”.
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Fabián, su esposo, explica que a partir de ahí empezaron a valorar más las cosas. “Vimos la vida diferente. Esa fue una lección de vida. Gracias a Dios, de eso solo quedan recuerdos. La casa fue totalmente recuperada y ahora vivimos en paz”, cuenta Fabián, al destacar que aprendió a apreciar lo bueno y lo malo en este tiempo.
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