Restaurantes de La Alborada aportan al desaseo de la urbe

La suciedad en Guayaquil es algo que se ha normalizado. Encontrar basura en la calle, en los parterres, en las esquinas, en las jardineras, en cualquier lado, es parte del paisaje de la Perla del Pacífico. Pero este maltrato a la ciudad no solo lo cometen algunos residentes de barrios o urbanizaciones, sino que también se suman a este perjuicio quienes laboran en restaurantes.

Uno de los tramos más transitados de la ciudadela Alborada, ubicada en el norte de la urbe, luce con grandes fundas negras de basura. La avenida Rodolfo Baquerizo Nazur, vía que cruza este sector, es una de las rutas más transitadas y concurridas de Guayaquil, pero tanto en sus parterres como en sus aceras, calles y cualquier espacio se observa que la gente coloca sus desechos.

Comedores no respetan los horarios

Antes de las 16:00, en una esquina de un estacionamiento, debajo de un poste de luz que está diagonal a la picantería Olguita, ya hay un saco con cascaras de naranjas exprimidas, un cartón con restos de comida y grandes fundas negras de basura, así como de otros colores. Y a su alrededor, hay palomas que buscan picotear algo.

A unos cuantos metros de allí, el paradero se ha convertido en la zona de basura del restaurante Lomo a lo Pobre. A las 16:50 los trabajadores, uno por uno (en total fueron dos), sacaron la basura del local, dentro de un bote mediano. Lo arrastraban unos metros. Una vez en el paradero, sacaron del tacho grandes fundas negras de basura, a vista de todos los que transitaban por el sector.

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Uno de los trabajadores, quien habló con EXPRESO sin identificarse, señaló que desde las 16:50 sacan la basura porque el lugar donde trabaja debe cerrar a las 17:00. Pero esto es algo que no solo ellos hacen, sino también los demás restaurantes del lado sur-norte de la avenida Rodolfo Baquerizo Nazur. Según el ciudadano, a las 19:00 pasa el carro recolector.

Pero la recolección de basura se realiza los días lunes, miércoles y viernes, señala Stefany Camacho, vocera del Consorcio Urvaseo. Sin embargo, esta actividad se ejecuta en el rango de recolección en la etapa 11 de la Alborada, de 21:30 a 23:30; en la etapa 12, en cambio, de 00:30 a 02:30.

Malestar por la mala imagen de la urbe

A Víctor Villamar, quien labora en este sector de la ciudad, este desorden por parte de los restaurantes le “parece mal; se supone que hay un horario de recolección que hay que respetarlo”. A su criterio, esto no solo da mala imagen a esta ciudadela, sino también a los restaurantes.

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A Wilman Muñoz le toca siempre esperar el bus al lado de dos paquetes grandes de basura. A él le genera malestar el hedor que le toca percibir. Además, como la basura pasa tanto tiempo a la intemperie, los animales “destrozan las fundas” y riegan los desperdicios que contienen. Para él, “esto no debería hacer un restaurante”.

Douglas Sabando vive cerca de esta zona de restaurantes y comenta que siempre se ha quejado de esta situación. Incluso ha hecho denuncias en el Municipio, pero nadie le toma atención. “Nadie hace nada”. Reveló que cuando él les ha reclamado a los restaurantes, su personal se enoja.

José Briones también concuerda con los otros ciudadanos. A su juicio, eso también causa inseguridad y cuando los chamberos andan en la basura, dejan todo en peores condiciones. “Es un caos total”.

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¿Qué dice la normativa?

Asimismo, Camacho indicó que hoteles, restaurantes, supermercados, empacadoras de especies del mar y todo tipo de establecimientos que generen desechos putrescibles deberían tener un depósito frío para almacenarlos y evitar malos olores hasta su recolección.

Además, dijo que para quienes incurran en multas leves, se aplican sanciones que corresponden al 20 % del salario básico unificado (SBU); para las graves, el 42 % del SBU; y cuando son muy graves, en cambio, corresponden al 125 % del SBU.

Por otro lado, la entidad municipal que debe notificar y multar es la Dirección de Aseo y Justicia y Vigilancia.

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