Reto ‘Rompecráneos’ preocupa a rectores tras lesión de alumno
Expertos en salud física, mental y en educación advierten del peligro de esta tendencia en redes sociales. Estudiante guayaquileño está hospitalizado
El relato que Patricia compartió en Facebook llegó hasta el chat de WhatsApp de los 80 rectores de la Federación de Colegios Particulares Laicos del Guayas (Fedepal).
La publicación, en la que contaba cómo su hijo había quedado inconsciente tras caer de espaldas y golpearse en la cabeza por el reto ‘Rompecráneos’, alertó a las autoridades de los planteles guayaquileños, pues este accidente ocurrió dentro de una institución educativa, comentó Martha Córdova, presidenta de esta organización.
El adolescente, que según el texto está hospitalizado en el Roberto Gilbert, fue invitado por un par de compañeros de colegio para grabar un video bailando, que luego subirían a redes sociales. Sin embargo, la verdadera intención era hacerlo partícipe, sin que supiera, de este desafío que se originó en la red social Tik Tok, que tiene mayor popularidad entre niños y adolescentes.
“Nos parece que hay que hacer consciencia entre los chicos del peligro que significan estos juegos. Estamos muy preocupados y preparando una campaña para el regreso a clases”, adelantó.
La rectora describió la práctica de este reto como una falta “muy grave”. De acuerdo con el artículo 134 de la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI), que habla del régimen disciplinario de las y los estudiantes, esto puede desembocar en la separación definitiva de la institución.
Para quien cae al piso, las consecuencias pueden ser mortales, advirtió Miguel Mite, traumatólogo y docente coordinador de Posgrado de Traumatología y Ortopedia de la Universidad de Guayaquil. “Una mala caída puede provocar un trauma de cráneo, fractura de columna cervical y las lesiones pueden ser devastadoras. El traumatismo craneoencefálico lo puede dejar en estado vegetativo”, detalló.
El golpe que recibió el hijo de Patricia, en primera instancia, le hizo perder el control de sus esfínteres y vomitar. Mite presume que fue una lesión medular. No obstante, de acuerdo con el texto de la madre de familia, “los médicos descartaron una sospecha de fractura del parietal derecho, empezaron los chequeos de la columna, que también resultó afectada, pero a decir del traumatólogo, nada que con terapia no se pueda solucionar”.
Hasta la tarde de ayer, su publicación había sido compartida por más de 390 usuarios y tenía más de 60 comentarios de otros padres de familia, expresando su apoyo o preocupación por este tipo de actividades que ponen en peligro la integridad física de sus hijos.
Pero para el sociólogo Homero Ramírez, exdirector de la escuela de Sociología de la Universidad de Guayaquil, estas conductas han existido desde siempre en la cotidianidad guayaquileña y ecuatoriana. Actualmente la única diferencia son las redes sociales.
“Es una forma de hacer bullying (acoso escolar) a algunos compañeros. Es propio de la niñez y juventud hacer bromas pesadas. Ellos hacen grupos, y cada grupo o adolescente busca reconocimiento y distinción para demostrar que es avezado”, manifestó.
Por lo general, añadió, este tipo de conductas se dan en adolescentes o niños que no destacan en otros ámbitos como los académicos, artísticos o deportivos, y buscan una forma de resaltar. Precisó que si bien estas conductas no son nuevas, el acceso a la información que hay en la actualidad con Internet y los celulares, las hace más visible y, por tanto, más imitables.
👉#RompeCraneo Reto peligroso #NoEsUnJuego Adolescentes se ubican uno a lado del otro y saltan, los de ambos extremos tiran al del medio provocando una fuerte caída llegando a posibles fracturas de cráneo, de ahí su nombre. Quién cae no sabe que lo tirarán, no puede defenderse.
— Romina TARIFA (@romina_tarifa) February 10, 2020
Andrea Sánchez, psicóloga y docente, insta a no tomar a la ligera estas tendencias. Insiste en que es obligatoria la atención que padres y docentes deben dar a los menores de edad, pues estas actividades normalizan la violencia y pueden develar el perfil de un posible psicópata.
“Hay juegos en los que se puede avizorar algún peligro, y los niños pueden, sin querer, entrar a ellos. Son niños que tienen tendencia al ‘Borderline’ (trastorno límite de la personalidad), y lo hacen, sin pensarlo, por querer ser aceptados en un medio. Tienen que cumplir con muchas expectativas”, explicó.
Aconsejó a los responsables de la educación y guía de los menores de edad que estén pendientes de la información que consumen en Internet y del contenido que comparten en redes sociales.
“Hay que trabajar en reforzar la personalidad de los niños para que ellos aprendan a decir que no”, recomendó.
