Guayaquil: El ruido y los atascos hacen invivibles a cinco ciudadelas
El caos vehicular en la avenida Ernesto Albán trastoca la paz de los vecinos del sur. Un hospital, farmacias y negocios se suman a los perjudicados
Bernarda Rosero vive desde hace 20 años en la ciudadela Huancavilca. Está cansada del ruido, el humo y el peligro que provoca el caos vehicular que se forma a lo largo de la avenida Ernesto Albán, desde el sector de Las Malvinas hasta la 25 de Julio, en el sur de la ciudad.
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Leer másEn esta vía se asientan otras ciudadelas como la Morejón Almeida, del Periodista, del Maestro y la Guangala, cuyos habitantes dicen estar preocupados por el fuerte tránsito que ha convertido a la zona en peligrosa y ruidosa.
Aproximadamente, 1,8 kilómetros en doble sentido, afrontan este problema. Se estima que por esa vía circulan diariamente más de 10.000 vehículos, entre buses de transporte urbano, carros particulares y hasta tricimotos.
El problema vehicular es preocupante en los alrededores del hospital Teodoro Maldonado Carbo, del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), donde los familiares de los pacientes se quejan por la cantidad de buses que no dejan fluir el tráfico; sobre todo de las ambulancias, como lo ha dado a conocer EXPRESO en otros reportajes.
Pero esta situación se presenta a todas horas. Eso lo confirma Marcelo Tutivén, quien menciona que transitar por la zona también se torna arriesgado porque los automotores no respetan las luces de un semáforo colocado hace dos años a la altura del área de urgencia, para dar paso a los pacientes y evitar algún tipo de accidente.
Esta avenida es un laberinto en horas pico; al caos vehicular se suma la proliferación de vendedores informales que se adueñan de los parterres y veredas de las ciudadelas.
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Leer más“No hay nadie que controle estos inconvenientes que abonan a la preocupación y al estrés que ya tienen los enfermos y sus familiares”, manifiesta el habitante de la ciudadela del Maestro.
Al reclamo se unen los dueños de las farmacias, quienes viven de los consumos que hacen pacientes, familiares y personal del hospital. “Las autoridades de tránsito deberían vigilar y realizar más controles en el sector para evitar el caos que se produce por una mala planificación vehicular”, sentencia Marcela León, mientras despacha varias recetas.
Las autoridades de tránsito deberían realizar un mejor control vial en esta avenida caotizada; mientras la policía debería ejecutar más patrullajes para la tranquilidad de los residentes.
Luis Lalama, director de operaciones de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM), informó a EXPRESO que en la avenida Ernesto Albán se ha realizado la reubicación de las líneas urbanas y tricimotos, así como un estudio técnico de factibilidad para restaurar y repotenciar la semaforización y la señalización horizontal y vertical. Además, añade que hay rondas permanentes de unidades motorizadas y personal fijo en los puntos conflictivos y el control conjunto con la Policía Nacional y la Metropolitana.
Sin embargo, pese a estas acciones que Lalama menciona, el tránsito permanente de vehículos de transporte público, particulares y taxis mantiene caotizado el sector, provocando la vulnerabilidad de los vecinos de ciudadelas ubicadas a lo largo de esa zona.
“Esto es insoportable, es una situación ya invivible, nosotros estamos hasta pensando en mudarnos a otro lugar”, comenta Marlene Pita, quien habita desde hace 20 años en la ciudadela del Periodista y asegura ser una de las afectadas por el congestionamiento vehicular cerca de su casa.
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Leer másEn cambio, Susana Pazmiño, quien reside en la Guangala, se queja porque muchos taxistas optan por no coger carreras hacia esas rutas en horas pico o aumentan el precio aduciendo que el tráfico es lento.
A lo largo de la avenida Ernesto Albán, también hay una variedad de negocios cuyos dueños dicen padecer por el ruido diario de los automotores. “No solo la pandemia nos ha quitado clientela, también lo ha hecho el claxon de los vehículos que retumba a cada momento”, indica Carlos Rivera, propietario de un restaurante ubicado a un costado de la ciudadela Morejón Almeida.
Rivera menciona que los comensales prefieren llevar a sus casas el pedido y no consumirlo en el local que está inundado por el bullicio y en cuyos alrededores no hay espacio para parqueo, debido a la cantidad de carros que allí circulan.
El área posterior al centro comercial Mall del Sur (Calle 1er. Pasaje) también se torna conflictivo en las horas pico (07:00-08:00 y 18:00-19:00).
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Leer másAllí hay un paradero de buses donde se producen atascamientos vehiculares, por las malas maniobras de los conductores y los parqueos indebidos de carros que impiden una libre circulación de peatones.
Los pasajeros también denuncian haber sido víctimas de los delincuentes mientras esperan el transporte. “La Policía debería realizar rondas para salvaguardar la integridad de los ciudadanos que no tienen más opciones que la de abordar una unidad de transporte público”, concluye José Vera, quien al igual que su vecina Bernarda Rosero está cansado de estos problemas.