Salón Nacional de la Mujer, un espacio de resistencia ante la crisis social
Un total de 23 creaciones exponen la violencia, la apatía cultural y la esperanza
En la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión Núcleo del Guayas se encuentra abierto el Salón Nacional de la Mujer, que llegó a su edición número 25. Con el nombre ‘Resisto, camino y creo’, reflexiones sobre la violencia en Ecuador, este espacio busca exponer, a través del arte plástico, la crisis social que vive el país en manos de la delincuencia, el machismo y la falta de apoyo cultural.
El homenaje a la mujer se vive en diversos escenarios de la ciudad
Leer másMartha Rizzo, directora de la Casa de la Cultura, manifestó a este Diario su perspectiva del arte y la importancia de esta exposición en la ciudad. “El arte es una herramienta poderosa para transformar realidades, es por eso que este salón se convierte en un espacio de resistencia. Aquí se rompen patrones de machismo y violencia, que nos llevan a una fragmentación social muy fuerte. Este espacio abre una oportunidad a que niños y jóvenes, puedan ser más sensibles, que en vez de pensar en actos violentos, mediten en el arte”, enfatiza.
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María Fernanda López, directora del Salón, también hace un análisis de la exposición como curadora y da a conocer el por qué este evento marca un hito en la historia artística de nuestra ciudad. “El país vive un período de crisis que se ve reflejado en diversos espacios e instituciones. La apatía de los actores culturales respecto a las iniciativas de Estado y el desinterés por las convocatorias es palpable. El abandono de la práctica artística y el camino de la creación debido a la poca o nulas salidas laborales también es un elemento importante de anotar. Nos encontramos frente a 23 propuestas que marcan este deterioro estructural y las complejas condiciones de producción en la escena nacional”, sostiene.
‘Vajo Lívido’, la muestra de arte emergente en Guayaquil
Leer másCristina Enderica es la ganadora en esta edición del primer premio de adquisición con su obra bidimencional ‘Caperucita Roja’. Su creación representa a un niña pequeña atrapada y sometida a una especie de jaula. “Mi caperuza representa a todas esas niñas y niños, y por qué no, a esos adultos que han sido víctimas del “lobo”, la violencia”, relata Enderica a EXPRESO.
Por otro lado, el trabajo ‘La Karishina’, de Estefanía Suárez, se llevó el primer lugar en la categoría mural; se evidenció la resistencia e intergenaracional ancestral de la mujer andina desde Machachi.
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