Samanes 4 recupera parque, pero 70 casas siguen en riesgo
Los residentes insisten en la construcción de un talud en las riberas de un canal que amenaza sus viviendas. La erosión del terreno daña las edificaciones
La tranquilidad para los residentes de la ciudadela Samanes 4, norte porteño, ha llegado a medias. Después de 20 años de exigir el mejoramiento de su parque central, por fin han tenido respuesta. Sin embargo, aún sigue pendiente el pedido de construcción de un talud de protección en la ribera del canal de drenaje de aguas lluvia, que colinda con 70 viviendas que corren el riesgo de desplomarse.
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Leer másDesde octubre pasado, personal contratado por el Municipio trabaja en el área verde, en la construcción de un muro de cemento en el que se levantará un cerramiento perimetral que reemplazará al que se está viniendo abajo, debido a las erosiones continuas del canal que también lo rodea.
El muro se edifica cuatro metros hacia adentro del área del parque, junto a una nueva caminera que rodea las bancas y los juegos infantiles, que también están siendo intervenidos.
Pero estas tareas no tienen del todo contentos a los residentes de las manzanas 401, 408, 414 y 415, quienes señalan que sus quejas han sido acogidas a medias.
“Estamos contentos de que se arregle el parque; pero se han olvidado del principal problema: el canal de drenaje 31, que separa a las ciudadelas Samanes y Guayacanes, y que cada día se ensancha por el deslizamiento de tierra que se produce por la limpieza anual que realizan las maquinarias”, expone Jannina Carrera, presidenta del consejo barrial de Samanes 4, que se creó el año pasado precisamente para buscar solución a los problemas originados hace más de dos décadas por la zanja.
Hace veinte años el canal tenía menos de un metro de ancho y en la actualidad tiene 12. La erosión del terreno de la zanja está afectando 70 casas, en donde existen fisuras, humedad y moho permanente en las paredes. “Tenemos miedo de que nuestras casas se desplomen en un futuro cercano”, indica Carrera, al explicar que es por eso que han pedido en reiteradas ocasiones la construcción de un muro de contención para evitar que el suelo siga cediendo. “Pero no hemos recibido respuesta”, lamenta.
Seguiremos insistiendo en la construcción del talud para proteger nuestras casas que están cerca del canal 31, que desde hace más de 20 años está causando problemas.
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Leer másLa zanja está cubierta de maleza y basura, que la convierten en un sitio contaminante y un criadero de mosquitos. “Allí las lechuguillas se multiplican de manera inmediata, así como las fundas de basura y todo tipo de desechos (desde material de construcción hasta animales muertos), que personas inescrupulosas echan a diario”, denuncia Patricia Baque, quien habita en el sector desde hace tres décadas.
Ha sido un logro haber conseguido que el Municipio tome en cuenta nuestro sector, que pensábamos que había sido borrado de su mapa. Ojalá cumpla todo lo prometido.
Marcos Sánchez, quien hace 37 años llegó a la zona, comparte la preocupación de sus vecinas. Revela que ellos han tenido que sembrar árboles en la parte posterior de sus casas, que colindan con la zanja, con la finalidad de que las raíces impidan que el terreno siga cediendo.
Queremos que el parque tenga cámaras de videovigilancia y nuevas luminarias para que ofrezca seguridad a quienes lo visitan. También maquinarias para ejercitarse.
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Leer másLos vecinos de Samanes 4 muestran a EXPRESO los daños que presentan sus viviendas. “Debido a las filtraciones en las paredes, siempre existe un olor a humedad dentro de la casa. Además, cada seis meses debemos pintarlas porque la pintura se sopla o se desmorona. Son gastos que tenemos que asumir nosotros y que muchas veces no están dentro del presupuesto”, añade Idilia Espinoza, otra residente.
Me complacen los arreglos que le hacen al parque, ya que yo soy uno de los que más visitan esta área. Pero el Cabildo también debe atender el problema de la zanja.
Los habitantes señalan que Emapag prometió solucionar el problema. “Lamentablemente no ha puesto fecha para realizar la obra. ¿Hasta cuándo tenemos que esperar? ¿Será que están esperando que suceda una desgracia para actuar? ¿Por qué no intervienen ahora y se evitan futuros inconvenientes?”, se preguntan los vecinos, quienes sufren por los daños de sus casas y por la insalubridad que rodea la zanja.