El Santa Ana vive en el Puerto y agoniza en las escalinatas
La zona de edificios y restobares al pie del río es preferida. El cerro, en crisis, requiere un plan urgente de reactivación
Un sector turístico de Guayaquil, pero dos mundos. El Puerto y el cerro Santa Ana tienen dinámicas diferentes pese a estar cerca el uno del otro y pese a ser parte ambos de la agenda de desarrollo urbanístico de la administración de Jaime Nebot Saadi, en tiempos diferentes.
La reactivación no sube al Santa Ana
Leer másPor un lado, la mirada al río y los locales con apuesta gastronómica variada que tiene el primero atraen a numerosos turistas. Por otro, la regeneración de hace casi dos décadas de las escalinatas se ha visto opacada por varios factores y pide a gritos reactivación.
Para entender por qué estos proyectos están separados por diferencias abismales es preciso remontarse a la historia.
Hace falta un estudio para saber qué tipo de usos pueden darse en el cerro. Así como programas de capacitación que muestren a los dueños de locales ofertar un buen servicio.
El cerro fue regenerado hace casi dos décadas y la ordenanza que rige su aparición, que alienta la diversidad de oferta turística, hoy es letra muerta. En contraparte, el Puerto Santa Ana aparece desde 2005 y a lo largo de estos años ha sumado locales, frente al río, con una conexión peatonal desde la Numa Pompilio Llona.
No hay guardias en el cerro Santa Ana
Leer másUn sondeo rápido en redes determinó que los turistas locales prefieren Puerto Santa Ana por su ubicación, seguridad y oferta, mientras que otros, como Jorge Moreno, creen que es un asunto de target.
Con él coincide el urbanista Luis Saltos. “El nivel de inversión no es lo mismo, pero también influye el usuario al que va dirigido”. Lo que pasa ahora con esos dos lugares ocurrió, recuerda, con la zona rosa y Samborondón y Urdesa. Estos últimos terminaron por opacar el proyecto del centro, que había logrado alzarse hace unos años, pero cayó, como hoy lo hace el Santa Ana.
Otro tema es la accesibilidad, observa la urbanista Lisseth Mena. “Mientras a Puerto Santa Ana llegas en vehículo particular, casi al pie de los locales, al cerro tienes que acceder caminando”. Además, añade, al primero llegan quienes tienen el nivel adquisitivo más notable”.
El cerro Santa Ana espera no solo mejorar la imagen
Leer másLa antropóloga Karen Andrade, investigadora de Flacso, visita con frecuencia Guayaquil y cree que ambos lugares tienen su encanto; pero reconoce que es notable que no hay un dinamismo de la economía en el cerro. “Y esto ocurre porque la comunidad no está integrada al proyecto turístico. Aquello solo es posible con planificación integral y participativa”, analiza la experta.
Coincide con ella la catedrática universitaria y urbanista Edith Rada. “Falta trabajar con la comunidad. El cerro no ha resucitado económicamente. Y ahora mismo decae su imagen en torno al tema de seguridad y oferta turística. Hacen falta administraciones que hallen proyectos que sean sostenibles en el tiempo. Y a eso está llamado el Municipio”.
Los dos lugares tienen su encanto, pero es preciso que en el cerro se incentive el turismo participativo, que reivindique el papel de la comunidad en esa zona regenerada.
El Cabildo, como lo ha contado EXPRESO, no tiene un plan concreto para la reactivación del cerro Santa Ana todavía. Y ahora mismo trabaja en un proyecto para la calle Panamá, cerca de esa zona. Tampoco hace al cerro parte de su agenda en fiestas, una crítica de la comunidad del lugar.
La urbanista, investigadora y catedrática de la Universidad Espíritu Santo, Daniela Hidalgo, cree que lo que hacen falta son incentivos y capacitaciones, así como puntos de información turística e impulsar con proyectos puntuales una ruta histórica en el cerro.