Sauces IV: “El Municipio nos engañó otra vez, la regeneración nunca llegó”
Los vecinos de los bloques caminan por lodo y piedras. Con autogestión quieren curar los males. Buscan que el alcalde electo los escuche
Decepcionados y engañados. Así dicen sentirse los habitantes de los bloques 58, 59, 60, 61 y 62 de Sauces IV, junto al mercado municipal, norte de la ciudad, quienes ven culminar el período de una administración municipal que prometió atender las necesidades de la zona, pero que en cuatro años no hizo nada para cumplir lo pactado.
Las necesidades a las que se refieren los residentes son: la regeneración de las calles, la instalación de nuevas luminarias y la construcción de un parque donde los niños puedan recrearse.
“El Municipio nos engañó, la regeneración nunca llegó; seguimos igual que hace más de 15 años, con los mismos problemas y con la esperanza de que el alcalde electo, Aquiles Álvarez, una vez que se posesione, se acuerde de este sector olvidado”, indica Giovanny Molina, presidente del comité promejoras de Sauces IV, sector del mercado municipal.
EXPRESO consultó al Municipio de Guayaquil, ¿por qué no se ha iniciado el proceso de regeneración del sector? y ¿qué pasó con la promesa de construir un parque?, pero hasta el cierre de esta nota no hubo respuestas.
La desidia de las autoridades ha unido al vecindario para, a través de la autogestión, colocar reflectores en lugares estratégicos, así como una sirena que les advierta la presencia de algún intruso en el área del parqueadero, donde han instalado pequeños pilares con cadenas para evitar el robo de carros, que en lo que va del año suman cinco.
Ahora, quienes quieren ingresar al parqueadero deben bajarse del vehículo para sacar las cadenas de los pilares; y una vez adentro del área, tienen que hacer lo mismo para colocar el enlace en su lugar.
También han adquirido piedra chispa para tapar el lodo y algunos huecos que se han acentuado con las lluvias, y están intentando recuperar las rejas de una jardinera que fueron sustraídas por los delincuentes.
“Hemos hecho rifas, bingos y festivales de comidas para recaudar recursos. No es mucho lo ejecutado, pero sí es más de lo que debieron haber hecho las autoridades. Pero no podemos seguir haciendo un trabajo que le compete al Cabildo. Ya es hora de que este asuma su responsabilidad”, cuestiona el dirigente, quien recuerda que llevan más de 15 años caminando por calles empedradas en verano y lodosas en invierno.
“Son las mismas vías que han visitado varios concejales, quienes llegaron con promesas que nunca cumplieron”, remarca, al insistir en la regeneración de esta zona para que los vecinos puedan vivir mejor.
Junto a EXPRESO, Molina realiza un recorrido por las calles y peatonales llenas de grietas, por las veredas destrozadas y las alcantarillas sin tapas que se han convertido en botadero de basura que emanan malos olores y propicia la presencia de insectos y roedores que, muchas veces, ingresan a las viviendas.
Durante más de 15 años nos han engañado con falsas promesas. Hemos tenido que recabar dinero para arreglar nuestras calles, pero eso no ha sido suficiente.
Ya queremos que las nuevas autoridades municipales se posesionen para exponerles todas las necesidades que tiene este sector desde hace varios años.
Al recorrido se unieron otros vecinos, entre ellos Rógulo Domínguez, quien calzaba botas de caucho para caminar con algo de facilidad por el lodazal que se ha formado por la entrada principal a los bloques. También llevaba camisa de manga larga para protegerse de los mosquitos que se esconden entre la maleza y los arbustos.
“Este es mi look diario”, dice con ironía, al mostrar el lodo que cubre la entrada de su casa, en donde habita hace un lustro. “Este panorama se forma no solo por la lluvia, sino también por el paso de los carros recolectores de basura y de los camiones que entran a llevarse el contenedor instalado al pie del mercado, para que allí se depositen los desechos”, remarca.
Lo dicho por Domínguez lo corrobora Eduardo Chuquimara, quien habita hace seis años en la zona. Él, además, se queja de la falta de luminarias en ciertos tramos. “A partir de la seis de la tarde da miedo salir de casa por temor a ser atacados por personas de dudosa procedencia. Ya tenemos mucho tiempo viviendo de esta manera. La verdad es que esto no es vida”, lamenta indignado.
Elvis Aponte, otro residente, cuenta que a los problemas antes mencionados se une el cablerío que hay en los postes, que vuelve más deprimente el paisaje. “No hay orden ni control; los cables atraviesan las calles y cruzan las fachadas sin importar el tipo de sus edificaciones”, denuncia.
Reitera que los vecinos de los bloques de Sauces IV están a la espera de que las nuevas autoridades municipales se posesionen para buscar dialogar con ellas y hacerles conocer sus necesidades. “Ojalá que estas nos escuchen y cumplan con nuestras aspiraciones”, puntualiza.
