"El fin de semana Guayaquil parecía un pueblo fantasma"

Un nuevo golpe al sector. Así es el escenario que percibe la mayoría de establecimientos de Guayaquil, entre ellos restaurantes y restobares, tras el paso del primer fin de semana sin la venta de bebidas alcohólicas y la reducción del aforo en estos establecimientos. Una decisión tomada por el COE cantonal para frenar los contagios, pero hay quienes la cuestionan y temen que se pierdan más empleos.

Uno de ellos es Ernesto Vásquez, presidente de la Asociación de Centros Nocturnos de Guayas, quien califica como “catastrófico” el panorama que se evidenció en los locales de la ciudad. “Guayaquil parecía un pueblo fantasma. Todos los negocios en general cayeron. Será un pueblo fantasma mientras estén estas medidas”, afirma.

Ante ello, una de las propuestas que Vásquez entregó el lunes 9 de noviembre al Municipio es que se les permita también vender bebidas alcohólicas y de moderación (cocteles, micheladas, entre otras), de jueves a sábado en el horario de 17:00 hasta las 24:00, que fue una de las prohibiciones recién tomadas.

La escasa afluencia de usuarios también la evidenció el bartender guayaquileño Andrés Damerval, pero explica que eso no ocurrió en los cantones aledaños como Daule y Samborondón, donde no rige la disposición.

“La medida fue tomada apresuradamente. Nos afecta a todos porque estamos controlando, reactivando y tuvimos que frenar”, se lamenta Damerval, quien proyecta que los próximos días estarán marcados por la incertidumbre.

Según datos de la Asociación de Restaurantes del Guayas, las pérdidas alcanzan un 65 % que corresponde al 40 % de la falta de venta de bebidas alcohólicas, y el 25 % por la reducción del aforo, que fue del 75 al 50 %. Mientras que la venta de jueves a domingo representa el 75 % de la facturación.

La presidenta de la Asociación, Francesa Ferrero, asegura que desde que inició la pandemia se han articulado esfuerzos con las autoridades locales para buscar soluciones y estimular la reactivación económico en estos establecimientos. Sin embargo, ahora cree que se necesita más campañas de concienciación.

“Cuando hablamos de medidas de restricción cuando ya había restricciones, nos preocupamos. Con medidas como las de ahora se ven afectadas 176.000 plazas de empleo (...) No podemos cerrar tanto la llave más que nada en una economía tan frágil como la nuestra”, argumenta Ferrero al hacer énfasis que con estas medidas se origina la clandestinidad e informalidad.

• El 75 % de la facturación representa la venta de jueves a domingo, según la Asociación de Restaurantes del Guayas.

Por ello, el gremio solicita mantener el aforo al 75 % y permitir el consumo de bebidas alcohólicas y de moderación como acompañante de alimento y para consumo en los locales.

Además, mantener parques, malecones, áreas abiertas operativas ayudando de esta manera a evitar las aglomeraciones en otros sectores siendo lugares más seguros, y quienes incumplan con las ordenanzas sean sancionados.

Las autoridades deben pensar en que tomar una cerveza con un ceviche en un restaurante no afecta el incremento en los casos de coronavirus, consideran, asimismo, los administradores de estos negocios.

“Nosotros en esta semana hemos tenido menos ingresos porque sumado al aforo limitado está que no se pueden vender bebidas alcohólicas”, dijo a EXPRESO Rodri Marcillo, administrador del restaurante Los Arbolitos.

Agregó que los clientes en promedio se toman dos cervezas con la comida típica, un restaurante no es un bar, por lo tanto sugirió que se permita vender hasta dos cervezas por cliente en los comedores.

De igual manera se quejan los dueños de los cangrejales porque desde que no se puede acompañar la comida con una cerveza, las ventas bajaron más.

"En los cangrejales de Sauces en esta semana se nos desplomó la venta. Si vendíamos 100 dólares por día ahora fue de 50 dólares. La tradición es comer los cangrejos con una cerveza y los clientes no se emborrachan. Se debe analizar la medida, porque los clientes buscan ir a comer a los cantones donde no hay estas restricciones”, comentó Martha Vileña, dueña del cangrejal Marthita, y es quien apoyó a su familia a abrir otros nueve locales que están ubicados en el mismo sector.

Por su parte, la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG) también se ha pronunciado respecto a las medidas adoptadas por el COE cantonal. A través de un comunicado la entidad ha detallado algunos puntos donde expresa que esa prohibición afecta a más de 21 mil pequeñas tiendas de barrio de la ciudad, sin contar las licoreras y restaurantes.

Y hace un llamado a reforzar los controles de bioseguridad en lugar de volver a las restricciones, medidas que, según la CCG, son un retroceso en el camino hacia la reactivación.