Siete mitos y verdades sobre la influenza y su vacuna
Dos nuevos casos de AH1N1 se confirmaron en una unidad educativa del centro de Guayaquil.
El pasado 12 de diciembre, a través de un comunicado, una unidad educativa del centro de Guayaquil, anunció que dos de sus alumnos tenían AH1N1. Esto encendió las alarmas de autoridades y padres de familia sobre ese tipo de influenza.
824.053 dosis de vacunas contra la influenza se aplicarán en la Zona 8
Leer másMildred Zambrano, infectóloga del hospital Roberto Gilbert de la Junta de Beneficencia, dice que a propósito del aumento de casos de esta enfermedad durante este mes, es necesario descartar mitos que hay en torno a ella, por desconocimiento. Esta es una lista que elaboró en base a recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Mito 1. La influenza es como un resfriado: Falso. La influenza estacional se caracteriza por el inicio súbito de fiebre, tos (generalmente seca), dolores musculares y articulares, dolor de cabeza y puede presentar complicaciones graves que requieran hospitalización e incluso causar la muerte en personas con alto riesgo. Los resfriados son causados por otros virus y suelen presentarse como secreción nasal, irritación en la garganta y quizá un poco de fiebre.
Mito 2. La influenza siempre puede ser una enfermedad muy grave y mortal: Falso. Hay grupos de la población que tienen más riesgo de sufrir complicaciones por la influenza: embarazadas, niños menores de 5 años, gente mayor y personas con enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades pulmonares y cardíacas, aunque a veces niños y gente joven sin factores de riesgo también pueden presentarlas. Estudios muestran que pacientes hospitalizados con influenza que no han sido vacunados, tienen entre 2 y 5 veces más riesgo de morir que aquellos que han sido previamente vacunados. El personal de salud, dada su exposición a los pacientes, corre mayor riesgo de infectarse y de transmitir la enfermedad, y por ello su vacunación es fundamental. Pero si te toman los correctivos necesarios, esta puede ser sobrellevada con tratamiento médico.
Mito 3. La vacuna puede causar la infección por influenza: Falso. Las vacunas contra la influenza se han usado desde hace décadas, son seguras y no causan la influenza. Ninguna de los dos tipos de vacunas existentes -la que se administra con un pinchazo y contiene virus inactivados, o la que se aplica por espray nasal y contiene virus atenuados-, pueden producir la enfermedad. Luego de vacunarse, el cuerpo necesita alrededor de dos semanas para estar protegido, tiempo durante el cual la persona puede contraer la influenza u otros virus respiratorios con síntomas parecidos, y creer erróneamente que contrajo la gripe de la vacuna.
Mito 4. Los eventos adversos de la vacuna son graves: Falso. Como cualquier otra vacuna o medicamento, existen eventos adversos a la vacunación de influenza. Sin embargo, los eventos adversos más frecuentemente relacionados con la vacuna son leves, y se trata principalmente de dolor y enrojecimiento en el sitio de inyección.
Mito 5. La vacuna de la influenza no es efectiva: Falso. La efectividad de la vacuna, es decir, la protección que brinda, suele ser moderada (del 40 al 60%) y varía cada año. Su efectividad también varía según la edad, el estado de salud y si los virus que circulan son similares a aquellos para los que protege la vacuna. La vacunación de las embarazadas es clave para proteger al bebé, dado que la vacuna no se recomienda en niños menores de seis meses.
En la temporada de influenza 2017-18 en Estados Unidos, se estimó que la vacuna evitó 7 millones de casos, 109.000 hospitalizaciones y 8.000 muertes relacionadas con la influenza. Asimismo, la evidencia sugiere que, si una persona se vacuna frente a la influenza y se contagia, la enfermedad será menos grave que si no se hubiera vacunado, lo que puede evitar complicaciones, hospitalización y hasta la muerte.
Mito 6. No tengo que vacunarme porque ya lo hice una vez: Falso. El virus de influenza muta todos los años, por lo que la vacuna es modificada cada año y es diferente cada temporada. La vacuna nos protegerá de la cepa particular para la que fue diseñada, que es la próxima, no las anteriores.
Mito 7. Si sigo las medidas de higiene no se me pega: Falso. Las medidas de higiene como lavarse las manos frecuentemente; toser o estornudar tapándonos la boca y la nariz con el antebrazo, sirven para disminuir la dispersión del virus. Sin embargo, no evitan en un 100% la propagación del virus ni los contagios.