El skatepark, el logro de los Patinadores
Las peticiones de los skaters de La Puntilla, publicadas por EXPRESO, se zanjaron con la obra. Aterrizan jóvenes hasta de Guayaquil y Daule. Relatan sus experiencias
La emoción de treparse a las patinetas y deslizarse por las rampas no se borra de los rostros de un grupo de niños que por primera vez conoce este deporte. Da igual si llevan o no rodilleras; no temen, ruedan por toda una cancha, como si se tratase de un torneo, y dan rienda suelta a las piruetas más audaces. Si no les resultan exitosas, se levantan y van de nuevo.
El Buijo histórico apunta a ser mágico
Leer másAquella pista, de 1.050 metros cuadrados, se levanta en el malecón del Buijo Histórico (La Puntilla) y es considerada por la comunidad de patinadores de Samborondón como un triunfo. Se cristalizó luego de reclamos por los que lucharon por años, tanto adolescentes como adultos, y que Diario EXPRESO publicó en sus páginas. Hoy el skatepark ya es una realidad y los chicos lo celebran sonando sus tablas en cada maniobra o salto que ejecutan.
Entre los grupos que llegan cada tarde sobresalen aquellos más grandes que llevan varios años ansiando que Samborondón tenga un lugar así. Este es el caso de Juan Javier Velasco, de 25 años, quien desde que tenía memoria estaba acompañado con una patineta, pero quedaba limitado a resbalarse por un espacio de su vivienda.
Ahora que llega a la pista, la observa y se le dibuja una sonrisa, no solo por ver lo colorida que está, ya sea por los grafitis o áreas de esparcimiento, sino por la presencia de menores de edad que, así como él, son amantes de la patineta.
“Es un buen lugar para que aprendan, pues muchas veces quedaba solo la calle. Es increíble y espero que sea el primer paso”, comenta el joven, quien se lució, hace pocos días, con un ollie o flip (trucos) entre las pendientes del lugar. Promete venir más seguido, claro, cuando no tenga mucho trabajo.
Un comentario similar otorga el surfista guayaquileño Carlos Ortega, quien espera acudir a este lugar los fines de semana junto con su grupo de amigos, aquellos que rodaban con mayor intensidad hace unos cinco años en el skatepark de la intersección de la Francisco de Orellana y Juan Tanca Marengo, en el norte de Guayaquil.
Sé de la lucha que llevó la comunidad skater de Samborondón, y ahora veo a muchos niños. Eso es bueno, nos anima y motiva a seguir.
“Es un punto a favor del Cabildo, que no solo piense en el índor, hay muchos deportes que explotar y que necesitan espacios. Hoy, el skate ganó, y esperamos que más aficionados alcen su voz”, recalca.
Soy de Durán y allí no hay un skatepark como este. Se lo debe aprovechar y seguir impulsando este deporte en los más pequeños.
El skate por fin halla pista en La Puntilla
Leer másSe corrió la voz que Samborondón ya tiene su propio skatepark y de a poco aterrizan adolescentes y jóvenes de otros cantones como de Guayaquil, Daule o Durán. De este último punto, por ejemplo, llegó Daniel Estupiñán, de 28 años, quien lleva patinando desde hace 9, pero se lamenta que en el cantón ferroviario no haya un espacio como este.
“Me da gusto ver que se fomente el deporte, sobre todo porque hay muchos niños que quieren practicarlo y hacer los trucos básicos”, comenta el joven, quien conjugó sus destrezas con los pequeños del Buijo Histórico, que tampoco se quedaron atrás y dieron ‘riña’.
Uno de ellos es Carlos Villón, que con 9 años y apenas una semana patinando, ya se avizora realizando piruetas más arriesgadas sobre su tabla. Antes de dar un salto, dice que aún le “falta bastante para las maniobras”, pero le fascina rodar por las pendientes con la ayuda de sus amigos y vecinos.
Así como él, otros niños de este sector se aventuran a aprender más sobre este deporte. Algunos utilizan la patineta simplemente para sentarse y que otro lo empuje. En fin, se divierten a como dé lugar.
La pista de patinaje fue inaugurada el pasado fin de semana y está dirigida para patinadores principiantes y de nivel intermedio. Junto a ella se luce una cancha de índor y baloncesto, separadas de un muro donde se han plasmado murales en los que sobresalen, por supuesto, patinetas y caricaturas.
El alcalde de la localidad, Juan José Yúnez, reconoció que la comunidad de skater no contaba con este espacio, por lo que con la estructura apunta a “popularizar un deporte que es sano, divertido y alcance de todos los samborondeños”.
Con este escenario, atrás quedaron las miradas hostiles, gritos y hasta desalojos que padecieron los muchachos que disfrutaban del skate por las calles de sus ciudadelas. Incluso, por más de una ocasión, tuvieron problemas con los policías metropolitanos.
El cantar actualmente es otro y, finalmente, el skate halló una pista en La Puntilla.