Guayaquil: Del subsidio al transporte público solo se conoce el anuncio
¿Cómo se implementará? ¿De dónde saldrán los recursos? Son incógnitas que rondan en ciudadanos y expertos
Un anuncio atestado de incertidumbre. El pasado 20 de mayo, el alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, recordó en su cuenta de X que la tarifa del transporte público pasará de 30 a 45 centavos puesto que, con el pasaje actual, no es posible incorporar nuevas unidades que brinden un mejor servicio.
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Leer másPero desde hace meses recalcó que, con el fin de no afectar el bolsillo de la ciudadanía, el propio Municipio subsidiaría los 15 centavos adicionales. Sin embargo, hasta ahora no se conoce cómo se implementará esta decisión y de dónde se sacará el dinero. En busca de respuestas, EXPRESO solicitó información al Cabildo, pero hasta el cierre de este artículo no hubo contestación. Silencio.
Bajo la lectura de Carlos Jiménez, experto en movilidad, es fundamental que la entidad precise esta resolución ya que, subraya, un subsidio implicaría que se dejen de atender otros proyectos y subsistemas de la urbe.
“Si van a subsidiar puede que dejen sin plata a un programa de áreas verdes o mantenimiento de parques, por ejemplo. Es importante saber dónde se está asignando y cómo se está utilizando cada dólar de los impuestos prediales y patentes que pagamos. Ya es momento que digan cómo lo van a hacer”, dice.
Para el también máster en planificación urbana, asimismo, se debe evitar la “discrecionalidad”, ya que lo calificó como un problema que se arrastra de administraciones anteriores. En medio de la incertidumbre, Jiménez teme que el subsidio no esté bien presupuestado.
Carlos Jiménez
“Con los $ 0,45, probablemente, se van a quedar cortos: ahora hay un diésel subsidiado, pero si mañana sube de precio o ya no tiene subsidio, se quedarán cortos. Veo que quieren wifi, aire acondicionado, creo que no les va a alcanzar. Haciendo un análisis exhaustivo de los costos, sincerando los números, con todos los mantenimientos bien hechos, podría costar $ 1 o $ 1,25”, argumentó.
Mientras que Isabel Escobar, máster en urbanismo sostenible y docente de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), considera que se debe subsidiar el servicio, pero que aquello requiere de un análisis técnico por parte del Municipio. Ella lo explica.
“En un contexto de extrema desigualdad y pobreza en que vivimos, el derecho a transportarse para la población de bajos recursos no es discutible. Lo que el Municipio debe estudiar y definir técnicamente es de dónde se debería extraer recursos para cubrir estos subsidios porque, si se toman recursos de otro servicio público que no es rentable, se forma un círculo vicioso que no es sostenible y perjudica a la ciudadanía”, dijo.
Por su parte, la falta de información sobre la medida ya genera recelo en algunos ciudadanos. “(El subsidio) es un atentado para el país porque se maquillan valores y con cuántos millones saldrán (los políticos) para utilizar nomás solo una cuarta parte de todo eso y al final perjudican al pueblo”, sentenció Manuel Añazco, residente de La Atarazana de 40 años.
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Leer másÉl toma casi a diario las líneas de buses 55 y 42 para ir al centro o centros comerciales del norte y también cuestionó de dónde saldrán los recursos, y espera por mejoras. “Si van a subsidiar solo para amagar, maquillar la situación y quedar en lo mismo, creo que no va a haber mayor mejora para el pueblo”.
La usuaria Emérita Ramos dijo que ya es costumbre que los políticos no comuniquen el 100 % de lo que harán, pues siempre tienen un “as bajo la manga” que deja como perjudicado al ciudadano. “Al momento en que quieren un voto prometen mucho, pero cuando ya están arriba se olvidan de esas promesas. Hasta ahora eso no está claro de dónde va a salir el subsidio y preocupa”, manifestó la mujer, que utiliza frecuentemente las líneas 128 y 108.
Un comentario similar soltó Keno Estéfano, de 27 años y usuario de la línea 89: “Sé que el alcalde tiene una forma de comunicar distinta, ya que él mismo se autodenomina como un no-político, pero es verdad que no hay números claros, no está detallado el tema. Debería cambiar aquello”, subrayó.
SIN FECHA DE ARRANQUE
Tanto el alcalde de Guayaquil como Christian Sarmiento, presidente de la Federación de Transportadores Urbanos del Guayas (Fetug), han coincidido en que lo recomendable es que en Guayaquil circulen nuevas carrocerías progresivamente para poder ofrecer un mejor servicio a los ciudadanos. Sin embargo, hasta el momento no existe tampoco una fecha definida para el inicio de la circulación de estas nuevas unidades.
Sarmiento señaló que la actualización tiene que incentivarse por medio del alza de la tarifa, lo que permitirá invertir en los nuevos vehículos que, según sus estimaciones, costarían entre 145.000 y 150.000 dólares cada uno. La propuesta del alza de pasajes continúa en manos del Concejo Cantonal, que deberá aprobar lo determinado por las mesas técnicas entre transportistas y el Municipio. Pero en la sesión de ayer, este tema no estaba en la orden del día.
Isabel Escobar
SIN UNA HOJA DE RUTA CLARA
Además de la falta de detalles en torno al subsidio a la transportación público, los expertos consultados por este Diario consideran que no se está viendo la problemática desde una mirada integral.
Por ejemplo, Isabel Escobar puntualizó que se debe considerar lo referente a la accesibilidad universal, perspectiva de género, mayor cantidad de unidades en servicio y mejora de frecuencias en horas pico. “Y también en mejora de la infraestructura para acceder a las paradas de buses (aceras), mejora en el mobiliario de las paradas de buses, entre otros aspectos que no se consideran importantes por los municipios y transportistas, pues elevan el costo de la inversión”, explicó, al resaltar que se requiere urgentemente estructurar todo a partir de un plan de movilidad multimodal a largo plazo.
En tanto, Carlos Jiménez, resumió que la ciudad no está pensada para el transporte masivo, sino que ha priorizado la movilización en carro. Por ello, debe buscarse un mecanismo para que la ciudad sea más densa y se asegure que las unidades tengan suficientes pasajeros. Así, la transportación pública será sostenible, concluyó.
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