Surgen acuerdos para la recuperación del Conservatorio Antonio Neumane

Solicitar documentos de investigación por la rehabilitación del antiguo edificio y el nuevo proyecto de edificación, contactar con un profesional de ingeniería eléctrica y gestionar mayor seguridad en el ingreso y retiro de los estudiantes. Son los acuerdos que se suscribieron en la primera sesión que convocó la Defensoría del Pueblo por la recuperación del antiguo edificio del Conservatorio Nacional Antonio Neumane, ubicado en Guayaquil.

En la reunión, celebrada este 7 de junio, participaron directivos del Conservatorio, padres de familia y representantes del Ministerio de Educación.

Durante la sesión se expusieron los problemas que atraviesan los estudiantes para poder recibir clases. Uno de ellos, como lo ha publicado EXPRESO, apunta al sistema eléctrico de las instalaciones del colegio Vicente Rocafuerte, entidad que presta sus aulas para los alumnos del Antonio Neumane.

Carlos Ibatino, padre de familia, manifiesta que el edificio no brinda la seguridad necesaria para los estudiantes. “El sistema eléctrico no sirve. Los cables están sulfatados y llenos de óxido. Presentan recalentamientos en las líneas y, por ende, el riesgo de incendio es latente”, señala Ibatino.

Frente a esta demanda, Balerio Estacio, director distrital de Educación, se comprometió con los padres de familia para contactar con profesionales en ingeniería eléctrica que den solución al problema. “Son aulas que tienen más de 60 años. Los cables que se utilizaron ya no son adecuados para el tiempo que vivimos, es necesario que cambiemos todo el cableado”, consideró Estacio.

Respecto a la seguridad, se propuso como solución previa remitir un listado de los estudiantes para que los guardias del colegio puedan identificar a sus representantes y permitirles el ingreso. Esto, con la finalidad de que los padres puedan supervisar a los niños durante las horas de clases. Aseguran, como detallaron los padres y alumnos la semana anterior que hicieron un plantón, que se han presentado casos de delincuencia en contra de ellos.

La salud e higiene también suponen un problema. “En uno de los espacios donde estudian los chicos hay una ventanilla en una esquina que está cubierta completamente de moho. El aire empieza a circular y todos estamos constantemente respirando eso”, sostuvo Ibatino. Sin embargo, este punto no se menciona en los acuerdos expedidos por la Defensoría.

Sobre el antiguo edificio, el organismo se comprometió a solicitar los documentos que investigan el proceso defensorial con respecto a la rehabilitación y/o potenciación de la estructura inmobiliaria, actualmente abandonada. “Entendemos que soliciten una respuesta inmediata sobre nuevas instalaciones, pero eso es algo que no podemos prometer aún porque estamos trayendo el caso a esta reunión, por vez primera. Debemos recordar que este es el inicio”, puntualizó un integrante de la Defensoría.