El taxismo golpeado en el mes más rentable del año, por las restricciones
Las medidas causan inquietud en los conductores. Diciembre alzaba vuelo hacia la reactivación, pero se ha vuelto a atrás.
La pandemia ha golpeado a todos los sectores laborales, que veían en diciembre la oportunidad para medianamente salir a flote en torno a la reactivación, pero las nuevas medidas socializadas por las autoridades, que incluyen restricción vehicular y de horarios comerciales, han frenado a raya esos intentos.
En ese escenario, el taxismo es uno de los más golpeados. Con las calles llenas hasta hace algunos días, las carreras tenían alta demanda y los conductores, la esperanza de poder guardar algunos verdes para estas fiestas.
Los taxistas reconocen que esta semana pudo palparse con más fuerza la disminución de sus ingresos con esas medidas.
René Camacho, quien trabajaba tiempo completo en una cooperativa, reconoce que se percibió hasta el 50 % menos estos días, un escenario parecido al de marzo.
Por eso explica que la pandemia lo obliga a reinventarse y a llevar a cabo otras actividades para poder subsistir.
Con lo de las placas, son tres días menos de trabajo, que recrudecen el escenario que dejó la suspensión de clases presenciales y el que empresas se hayan acogido al teletrabajo. Es grave lo que vivimos.
George Mera, presidente de la Unión de Cooperativas de Taxis del Guayas, que asocia a 138 centros y 14 mil conductores, ratifica la afectación al gremio.
"Las autoridades deben observar si realmente esto es necesario. La reactivación se vino abajo con la decisión del Gobierno. Este mes de diciembre es cuando nos amanecemos trabajando. (...) Si es para salud, ¿qué le vamos a hacer?", opina el líder.
Antes de las medidas, la reactivación para este sector alcanzó un 80 %. Ahora volvió a menos del 50 % de ingresos normales, señala.
Kevin León, otro conductor asociado a una cooperativa, observa que además de la merma en ingresos, la pérdida es cuantiosa porque muchos conductores pagan guardia de vehículo.
De hecho. Es un efecto dominó. “Si antes la guardia costaba 35 dólares, ahora está entre 20 y 25 las ocho horas. Todos pierden”, reseña el conductor, que trabaja siempre en el norte de la urbe.
