El terror de subirse al transporte público en Guayaquil

Utilizar el transporte público en Guayaquil se ha convertido en un verdadero desafío. Ser víctimas de la delincuencia, recibir malos tratos de conductores o cobradores, o sentirse intimidados por otros pasajeros es parte de la cotidianidad en buses y unidades de la Metrovía.

“Andar en bus es saber que vas a recibir miradas incómodas, roces inadecuados y hasta piropos molestos. Es lo que la mayoría de mujeres sufrimos a diario”, dijo Rebeca (identidad protegida), quien confesó que en más de una ocasión ha llegado a casa y ha roto en llanto por cómo se siente. “Es horrible sentirte prácticamente manoseada. Hay días que ya no doy más y simplemente me lleno de impotencia y asco y echo a llorar”, añadió.

El testimonio de Rebeca refleja la experiencia del 61 % de mujeres que han utilizado el transporte público en Guayaquil, según cifras del colectivo Guayaquil Cómo Vamos. Este grupo, dedicado a estudiar la percepción de los guayaquileños en distintas situaciones, determinó que al menos el 44 % de ciudadanos (hombres y mujeres) han sido víctimas de silbidos, miradas persistentes e incómodas, besos o gestos vulgares y manoseos en el transporte público.

Además, el estudio reveló que el 42 % de las mujeres consultadas han sufrido maltrato por parte de otros pasajeros y el 38 % por parte de conductores o cobradores. “Realmente es muy incómodo viajar en bus o Metrovía. Siempre que puedo, tomo taxi para evitar malos ratos”, reveló Diana Gamarra, una joven de 23 años que asegura tener amigas que han sido víctimas de acoso, aunque prefieren no hablar al respecto.

Los hombres también son víctimas de maltrato

Las estadísticas muestran que no solo las mujeres sufren esta situación. El 33 % de los hombres también han sido víctimas de maltrato por parte de otros pasajeros. EXPRESO conversó con el sociólogo Alberto Mendoza, quien revisó las cifras y brindó una interpretación profesional de los resultados de Guayaquil Cómo Vamos.

“En la sociedad guayaquileña, muy poca gente denuncia estos abusos formalmente. Muchos ni siquiera lo cuentan por vergüenza o miedo. Me atrevería a decir que esa cifra, aunque alta, es inferior a la realidad”, comentó Mendoza, quien considera que los hombres difícilmente relatan estos abusos.

Para el sociólogo, el tema del “maltrato o abuso” termina siendo relativo, según la crianza o el estilo de vida de cada persona. “Debemos comprender que es una encuesta de percepción. Para alguien que no está acostumbrado a tomar un bus, una mala mirada o un grito del conductor puede ser tomado como maltrato, pero quien toma el bus a diario ya normaliza estos actos”, explicó, resaltando la parte del estudio que indica que el 78 % de los usuarios de estrato social alto han sentido maltrato por parte de conductores o cobradores de buses.

Según Guayaquil Cómo Vamos, el problema principal y más recurrente en la ciudadanía no son precisamente los maltratos o los abusos, sino que siguen siendo los atracos.

El 45 % de hombres y mujeres han sido víctimas de asaltos en estos espacios, manteniéndose este como el principal problema para los usuarios de buses. “De esto, son muy pocos los que se salvan. El maltrato e irrespeto se ha incrementado, pero nuestro principal problema es la delincuencia”, dijo Amy Bejarano, quien también ha sido víctima de robos y abusos.

“Esto ocurre más en los buses urbanos. En la Metrovía más ocurre el bolsiqueo o los arranchadores, pero que igual afectan a la ciudadanía”, manifestó la mujer de 27 años.

Mientras la ciudadanía reclama por maltratos en el transporte público, la Federación de Transportadores Urbanos del Guayas (Fetug) y las cooperativas de transporte urbano debaten sobre el aumento del costo del pasaje.

Desde el lunes 21 de octubre el pasaje de la Metrovía costará 45 centavos, pese a que el propio alcalde de la ciudad, Aquiles Álvarez, advirtió que el guayaquileño “seguirá subiéndose en las unidades destartaladas”, al menos hasta que lleguen los nuevos buses. 

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