Coronavirus en Ecuador: “A mi primo se lo reconoció por el color de su pantaloneta”
Una muestra de que cualquier característica física es válida para identificar a los cuerpos perdidos en los hospitales en Guayaquil
Es domingo 10 de mayo y Leonela Bermeo está en la fila de los familiares que han asistido al cuartel de la Policía Judicial (PJ) de Guayaquil, para dar más información a los agentes de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased) de su primo desaparecido en el Hospital del Guasmo, del Puerto Principal, durante la cuarentena del coronavirus. La huella dactilar no permitió encontrar el cuerpo perdido.
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En Guayaquil hay más 100 fallecidos sin reconocer y el Gobierno está en la tarea y obligación de identificarlos y entregarlos a sus familiares. Los deudos han formado un grupo para exigir el derecho de dar cristiana sepultura a los muertos por COVID-19; y para ello han puesto una demanda judicial. Están asesorados por el bufete de abogados de el concejal y doctor en leyes Héctor Vanegas.
Guayaquil llora por los fallecidos por coronavirus, pero lamentan más los cuerpos perdidos por una no adecuada logística en los hospitales. Durante la emergencia sanitaria, según denuncian los familiares, aunque ninguna autoridad lo ha confirmado, no rotularon adecuadamente a los fallecidos y esa es la razón por la que la policía ahora está en la tarea de reconocer a los NN del COVID-19.
A Leonela al ingresar a la PJ le indican que no se había logrado encontrar a su primo, Dario Pilay Rodríguez, mediante la huella dactilar por lo tanto era necesario que indique características antropológicas que permita ubicarlo. Los sentimientos de tristeza se activan más en ella, son varios días en que espera saber dónde está Dario.
La mezcla del humor decaído junto a la incertidumbre afectan sus recuerdos, solo logra decir que su primo vestía una pantaloneta azul con franjas naranjas cuando la ambulancia lo recogió en la casa por tener dificultad para respirar.
Regresa a casa con la angustia multiplicada por no haber podido dar más características para encontrarlo.
Ese mismo día acepta una entrevista con EXPRESO y relata su odisea. Está tan afectada que no es capaz de precisar cuántos días lleva buscando a su familiar y solo dice: “Un día parece meses cuando uno tiene el sobresalto de no saber dónde está el cuerpo de un ser querido que ha fallecido. No basta con saber que está en los contenedores de más de 100 personas que la policía debe identificar. No basta, porque lo natural es llorar a su muerto, velarlo y darle cristiana sepultura”.
Ese día a Leonela le pareció que el dato que dio no era tan importante como para hallarlo y regresó a conversar con su tía Georgina, madre de su primo. Una mujer de 81 años de edad, quien también se contagió del COVID-19; pero con los cuidados de la familia en casa se recuperó.
Leonela pregunta más características físicas de Dario a su tía:
- ¿Mi primo tenía tatuaje?
- No, mijita.
- ¿Tiene cicatriz de alguna operación?
- No
A cada interrogante, las mismas que le habían hecho en la Policía Judicial, Leonela le hizo a su tía y no logró más datos relevantes. La policía debía hacer su labor únicamente con la descripción de la pantaloneta.
Leonela explica que Georgina y Dario vivían solos. “Mi primo era guardia de seguridad, tenía 50 años de edad, pero era diabético. Él, por su trabajo, debía salir a diario pese a la cuarentena. Es posible que así se contagió. Él es único hijo de mi tía Georgina, vivían solos y al enfermar los dos tuvimos que ir a auxiliarlos. Los encontramos casi desmayados, a mi primo se lo llevó la ambulancia al Hospital del Guasmo”.
El domingo de Leonela terminó con esa sensación de que decir solo el color de una pantaloneta no sería información suficiente. Pero, la sorpresa fue tal al día siguiente (lunes 11 de mayo) que Leonela se contactó con EXPRESO para contar con emoción: “¡Encontraron a mi primo!”
- ¿Cómo sabe que es su primo?
- Porque me enviaron su foto, y ese fallecido tiene puesta la pantaloneta que describía.
- ¿Ahora cuándo lo entierren?
- Los agentes me indicaron que la información la deben enviar a la fiscalía y luego me indicarían el día del entierro. Ahora tenemos una tristeza menos, que era de no saber exactamente dónde estaba el cuerpo de Dario. ¡Me parece increíble!, a mi primo se lo reconoció por el color de su pantaloneta.