Molestias por trabajos de pavimentación en la calle Febres Cordero
Artesanos de la calle seis de marzo alegan sentirse afectados por los trabajos
Los trabajos de mantenimiento vial en la concurrida intersección de las calles Febres Cordero y Lorenzo de Garaycoa, que se extienden hasta la conocida calle Seis de Marzo, han generado descontento entre trabajadores, comerciantes y conductores que frecuentan el lugar.
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La ejecución de estas obras en pleno cierre de año, una temporada caracterizada por el aumento del tráfico y las festividades, ha provocado malestar generalizado entre los afectados, quienes exigen respuestas y soluciones a las autoridades.
Lilibeth Suazo, de 30 años, quien trabaja en una tienda de medicina natural en el sector, expresa su frustración por la falta de planificación.
“Siento que no era el mes correcto para hacer este tipo de mantenimientos, si es que así se los considera. No solo porque es el mes más caótico en cuanto a tráfico vehicular, sino por el tema delincuencial, donde los ladrones aprovechan los estancamientos de las calles para asaltar a los vehículos en los embotellamientos”, comenta indignada.
La percepción de Suazo refleja un sentir colectivo entre quienes trabajan en el área. Joyce Sevillano, diseñadora gráfica que lleva dos años laborando en el sector, muestra su descontento al ver cómo incluso las familias que van hacia la Seis de Marzo para comprar su monigote, lo hacen con dificultad.
“Siempre para finales del año comienzan a destruir, a romper las calles. Lo mismo pasó el año pasado. Y justo en estos meses, noviembre y diciembre, que es cuando más la gente sale a comprar y hay más tráfico”, señala Sevillano, pidiendo a la Alcaldía que considere el impacto de estas decisiones y cree un hoja de ruta para facilitar la movilidad.
El panorama es igual de complicado para quienes transitan diariamente por la zona, como Andrés Campos, conductor de Uber. Según él, los trabajos viales, sumados a las ventas de monigotes y otros productos por la temporada, han convertido las calles en un caos. “El tráfico empeora con las ventas de años viejos, y estos trabajos en las vías solo complican más las cosas. Ya de por sí, manejar en Guayaquil es un desafío, y ahora con esto, se vuelve casi imposible. Ahora entiendo que no se puede hacer nada, el hecho está hecho. Lo que pido es al Municipio que planifique. ¿Es tanto pedir?”, cuestiona.