El trueque de alimentos cobra vida en La Libertad
Una fundación intercambia frutas y hasta ropa por botellas y cartones. La iniciativa busca ayudar, pero también recuperar los espacios públicos insalubres
Luisa Tomalá, moradora de la ciudadela Nueva Esperanza, de La Libertad (Santa Elena), intercambió cientos de botellas plásticas vacías por huevos, harina y mantequilla. Lo hizo en la ecotienda que hace apenas 15 días fue instalada en el cantón. Un proyecto de la fundación Funvival, que apunta a incrementar la cultura del reciclaje en el cantón, hasta ahora prácticamente inexistente, advierten los ciudadanos.
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Leer más“En La Libertad todavía hay calles donde se observa la basura regada, y no siempre son los chamberos quienes generan el desorden. Acá la gente no tiene ese respeto hacia la ciudad como debería. Además, hay sitios, incluso turísticos, donde no existen tachos; la recolección tampoco es la más óptima. Por lo que espero que con este incentivo la gente al menos empiece a organizarse para verle un provecho al hecho de ser más limpio”, señaló la residente Vilma Paredes, habitante de Las Acacias.
Este tipo de trueque, que se lo realiza en el barrio 5 de Junio, donde se ha levantado una especie de depósito, se ha convertido en el apoyo principal de Marcia González; quien perdió su trabajo al igual que su esposo durante la pandemia, y ahora se dedican al reciclaje.
“Por meses nos ha tocado ver a quién le vendemos el material que recogemos, lo que ha resultado bastante agotador. Ahora, ambos almacenamos todo tipo de plástico y cartones, y tenemos cómo alimentarnos, que es lo que nos urge”, dice la mujer; quien ha logrado conseguir, en promedio, a diario 2 libras de arroz, un atún, una funda pequeña de lenteja y otra de aceite, con los casi 5 kilos de plástico que entrega.
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Leer másPor cada kilo de este material, solo por citar uno de los materiales con los que se hace trueque, se paga $ 0,30. De allí que en el lugar es posible ver a ciudadanos llegar con 3, 4, 5 sacos repletos de botellas. “Aquí saco para el almuerzo y la merienda”, dicen, entre risas.
Para la directora de la organización, Geomayra Figueroa, el proyecto busca también contribuir al medioambiente. “Buscamos el desarrollo sostenible de la ciudad a través de un gesto simple y útil. La motivación es que todos podamos proteger nuestro entorno, desde mercados y parques, hasta las playas”, resaltó.
El plan viene bien en estos tiempos difíciles. Ayudará mucho a las familias que no tienen cómo conseguir trabajo, peor aún algún ingreso para comprar los alimentos.
Pero no solo son personas de La Libertad quienes han decidido participar en esta iniciativa, que canjea también las botellas por ropa o productos de limpieza y fruta. También llegan de Salinas y Santa Elena. “Vemos que no se está alterando el peso de lo que entregamos, como sí suele pasar en otras recicladoras, casi todas informales. Me parece bien que finalmente la península esté pensando en proyectos que lo tienen ya países de primer mundo y han dado resultado. Nos estábamos demorando”, comentó Franklin Vera, morador de la parroquia Muey, quien a diario lleva decenas de residuos al sitio.
Esta iniciativa debe mantenerse y replicarse en toda la provincia. Es la única forma de incentivar a no botar más desechos, a ser limpios y a cuidar sobre todo nuestros espacios.
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Leer másPara la directora de la organización, Geomayra Figueroa, el proyecto busca también contribuir al medioambiente. “Buscamos el desarrollo sostenible de la ciudad a través de un gesto simple y útil. La motivación es que todos podamos proteger nuestro entorno, desde los mercados, callejones y parques, hasta las playas”, resaltó.
Antonella Rueda, de 23 años y habitante de la ciudadela Costa de Oro, cree oportuno que esta actividad pueda ser replicada en los barrios y los colegios, y hasta en las plazas comerciales de la provincia, con el fin de obtener alimentos que luego puedan ser entregados a familias que lo requieren. “En la península hay necesidades, carencias de todo tipo. Esta, la alimentaria, es una bastante grave”, advirtió.