El turismo florece en medio del abandono en Puerto Engabao
Cada vez más extranjeros hacen de este sitio su hogar. Sueñan con buganvillas floreciendo y calles sin huecos
Jitka (de República Checa), Dris (de Bélgica) y Max (de Canadá) llegaron el pasado 24 de noviembre a Puerto Engabao, atraídos por la gastronomía y los relatos que habían escuchado de amigos de sus amigos. Que había paz, pequeñas cabañas y pescadores que se iluminaban con fuego, les dijeron.
Surfeando sobre el cemento en Puerto Engabao
Leer másTras disfrutar de una cazuela de langostinos se hospedaron en uno de los 22 hoteles que ahora tiene el lugar, donde habían planeado quedarse una semana, ya que el pueblo (ubicado a pocos kilómetros de General Villamil, Playas) les parecía “encantador”. Esto, pese a tener sus calles aún llenas de huecos y tierra, problemática que no ha sido atendida en décadas por las autoridades de Playas, territorio al que pertenece Puerto Engabao.
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La vida barrial, un factor que atrae
Guillimethe Birhui, una turista francesa que ya lleva seis meses radicada en Puerto Engabao, comentó a EXPRESO que los extranjeros se enamoran de la naturaleza de la que está rodeada la población, porque ya están cansados de vivir en “las selvas de cemento” que constituyen sus ciudades de origen.
“Nos encanta ver llegar por la noche a los pescadores artesanales iluminados con antorchas en sus embarcaciones, y luego comprar la pesca fresca, que al prepararla tiene un sabor distinto a lo que estamos acostumbrados a comer. Aquí además todos se conocen. Nadie es indiferente a lo que le pasa o le falta a tu vecino. Es como vivir en un vecindario rodeado de agua”, expresa la francesa.
“Nos encanta sentir que vivimos en paz. Esa paz que no se siente quizás en otro parte del país, que la tuvo en su momento Salinas, en Santa Elena. Por eso decidí venirme a este rincón, llevo tres meses y me siento tranquila. Este lugar, como vemos en las películas, fácil podría convertirse en un pueblito turístico. Las calles adoquinadas o veredas con áreas verdes le darían ese toque amigable y acogedor al lugar. Me encantaría ver buganvillas sembradas en cada cuadra, cafeterías pequeñas y artesanales. Ojalá que con el tiempo existan. Mientras tanto, no pienso quejarme de vivir en este lugar rústico, pero que me va sanando la ansiedad”, señala Kelly Buestán, argentina que llegó al país hace siete años y vivió en la provincia de Santa Elena más de seis.
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Se hartó de los sicariatos y de los robos que en la Península se han registrado, admité. A ella se le metieron a robar a su casa en Chipipe. Pensó en irse hasta del país, pero ahora está analizándolo.
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Carlos Jiménez, turista guayaquileño, asegura que cuando llega a Puerto Engabao prefiere dedicarse a pescar con anzuelo desde la orilla de la playa. Jiménez pertenece a un grupo de amigos que hace pesca deportiva todas las semanas, donde capturan robalos, corvinas y ostras en la zona rocosa. Esta zona es preferida por los turistas para tomarse fotos y observar a los deportistas surfear.
Me encanta este sitio porque tiene agua, gente linda y paz, pero hay carencias que urge atender.
“Todos estos detalles atraen al turista, tanto nacional como extranjero, que ahora ve aquí un espacio para vivir. Creo que Puerto Engabao puede resurgir. Hacerlo sin quitar su esencia, pero mejorando la calidad de vida”, piensa Roberto Castro, guayaquileño que anhela vivir en la localidad, al menos quedarse durante los fines de semana.
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Leer másCastro está cansado de la inseguridad de Guayaquil y de la violencia que se ha apoderado de General Villamil, donde tiene una casa vacacional. Su familia tiene una vivienda allí, en la ciudadela La Victoria, “abandonada por las autoridades”.
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“Llegué a mi límite. Por cinco años escuché a los alcaldes decir que intervendrían La Victoria, que está llena de polvo, no tiene servicios básicos y ahora es insegura. Prefiero vender esa propiedad y levantar una casa a orillas del mar en Puerto Engabao. Aquí, si se hace un buen proyecto, el sitio puede convertirse en un rincón mágico de verdad. Ya estoy viendo sitios donde podría levantar mi casa; algo pequeño, de madera y cemento, con espacio para guardar un kayak o un bote. Es lo que proyecto”.
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El desarrollo turístico es visible
William Suárez, promotor turístico de la comuna, afirma que el turismo en Puerto Engabao se está desarrollando de manera positiva, ya que los turistas encuentran maravillas naturales, paisajes marinos vírgenes, diversidad gastronómica y sobre todo tranquilidad. “En el puerto ya se están formando pequeñas comunidades de turistas suizos, norteamericanos y franceses. Para nosotros, el turista es como un miembro más de la familia; así lo tratamos para que regrese y se quede, que es lo que está pasando desde hace un par de años”, reconoce.
Este pueblito sería perfecto si le metieran más cariño urbano: luces, parques, calles con piedras de colores.
En el sitio, donde los servicios básicos no llegan en su totalidad (por ejemplo, alcantarillado no hay), eventos como el Festival de la Cometa, que se celebra en agosto, y los campeonatos nacionales de surf, que se llevan a cabo en diciembre, lo mantienen activo. “Ahora estamos en el radar del turista, al fin”.
Ante la creciente demanda de alojamiento por parte de los turistas, la misma comuna construyó ya un hotel de nueve habitaciones. Además, muchos emprendedores han invertido en la construcción de hospedajes, un total de 22, incluyendo las cabañas, que son frecuentemente ocupadas por turistas extranjeros, indica Katherina García, directora de turismo de Puerto Engabao.
Conviviendo con baches desde hace décadas
Lo que más anhelan los moradores es que este año se concrete el arreglo de la vía que conecta Puerto Engabao con Engabao, otro sitio turístico que requiere de atención. La ruta está llena de huecos por los que resulta imposible pasar. Además, en cada invierno se inunda. Los ríos que colindan con ella se desborden y, ante la falta de estructura que canalice el agua, las carreteras prácticamente desaparecen, dejando aisladas a las familias y a los turistas.
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Leer másA la par, los habitantes solicitan la instalación del alcantarillado y que todas las vías internas sean asfaltadas.
“Si tuviéramos buenas vías, el turismo se multiplicaría en la comuna, incluyendo el turismo en Playa Paraíso, en Engabao, que también es visitada”, dice Katherine García, directora de Turismo.
La promesa de que el lugar tenga vías nuevas ha sido recurrente, mas no cumplida. Como publicó EXPRESO en un reportaje anterior, apenas el tramo de 5 kilómetros que enlaza Engabao con Playas fue reparado, pero por la Prefectura.
Sobre cuándo serán asfaltadas las vías de Puerto Engabao, EXPRESO solicitó información al Municipio de Playas, que tiene la competencia en esta obra, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.
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