El avistamiento de aves busca más espacios en Guayaquil

Un grupo de diez personas caminaba por la parte alta del malecón del estero Salado, a la altura del puente 5 de Junio, y rápidamente alzan sus binoculares. El sonido de un pájaro carpintero que picoteaba la madera sin cesar les llamó su atención y hasta lo fotografían. Dan un par de pasos y, entre las ramas de frondosos árboles, capturan a otras aves, en su mayoría migratorias que llegan a este punto de Guayaquil durante estos días.

Estas fueron algunas de las escenas que se evidenciaron este miércoles 29 de diciembre, en el conteo navideño de aves ‘Entre Plumas y Manglares’, que unió a observadores profesionales, aficionados y ciudadanía en general, a tener un registro de las especies. Se conoce que al menos hay 200 en la ciudad, pero en el recorrido que hizo el grupo se contabilizaron 50 aves.

Francisco Hernández, guía naturista, encabezó la agrupación y cada vez que ‘aparecía’ una especie la comparaba con sus textos. Le dio gusto ver que cada vez haya más personas interesadas en la actividad, pues remarca que Guayaquil tiene sitios propicios para esto y que la ciudadanía desconoce.

“En una sola salida se encuentran de 30 a 50 aves; esto es el inicio de un hobby para muchas personas, de cualquier edad”, expresó.

¿Pero cómo preservar estos espacios, el hogar de las aves? Hernández sugirió no realizar podas drásticas, como ya se han registrado en la ciudad, que se limite el uso de pesticidas y que no se contamine el arbolado urbano con desechos o productos químicos.

Con él concordó Aldo Lozano, residente del norte de la ciudad y participante en otras ediciones de los conteos navideños; y quien espera que se promueva esta iniciativa para que más ciudadanos se sumen a los recorridos.

A él, por ejemplo, le emocionó encontrar a halcones peregrinos. “Esto nos permite poder congregarnos con el entorno y naturaleza; espero que también haya más seguridad, pues venimos con cámaras y binoculares”, sugirió.