La Universidad de Guayaquil pone en marcha su plan de seguridad

Después de ocho meses de haberlo anunciado, la Universidad de Guayaquil pondrá en marcha a finales de este mes su Plan Integral de Seguridad. Este involucra la implementación de un cerco general con torniquetes y plumas de seguridad, un circuito cerrado de cámaras de vigilancia, fibra óptica para la transmisión de imágenes y audio, y sistema de iluminación en el campus universitario.

Así lo anunció ayer Roberto Passailaigue, presidente de la Comisión Interventora para el Fortalecimiento Institucional (CIFI) y rector de la Universidad de Guayaquil, al informar que el Consorcio Universidad Segura, integrado por cinco compañías, se hará cargo de la ejecución de los trabajos contemplados en la propuesta que también se aplicará en las extensiones de la alma mater.

Al costo de la implementación, que asciende los $ 6’309.626,70, se debe añadir el Impuesto al Valor Agregado (IVA).

El 29 de mayo de 2019, la institución se declaró en emergencia de seguridad por los continuos atentados con explosivos que se registraron en la ciudadela universitaria.

Por ello, pidió a la Policía y al Ministerio de Defensa que colaboren con trabajos de inteligencia para determinar quiénes eran los responsables de las explosiones (en total fueron seis). Las acciones estaban encaminadas a evitar el ingreso de artefactos y armas de fuego.

Álex Contreras, gerente administrativo de la universidad, informó que el plan consta de cinco componentes. El primero es el cinturón de seguridad perimetral y control de acceso, que incluye la colocación de ocho garitas ubicadas en el Malecón del Salado, Facultad de Arquitectura, Facultad de Ciencias Administrativa, Central de Monitoreo (entre Odontología y Administración), parqueo de Facultad de Ciencias Médicas, Facultad de Educación Física, Facultad de Gastronomía y Asociaciones, y entre el estero Salado y Guayarte.

Todas las garitas tendrán barreras vehiculares (plumas), torniquetes y puertas de emergencias con controles de entrada y salida para docentes, estudiantes, personal administrativo e invitados que porten la respectiva tarjeta de proximidad RFID.

El segundo componente está relacionado a la colocación del sistema de videovigilancia y central de monitoreo. Se instalarán 278 cámaras en sitios estratégicos.

Habrá un anillo de fibra óptica que servirá para conectar el sistema de videovigilancia. Para ello se colocarán redes, servidores de almacenamiento, etc.

La iluminación en el interior y exterior de la ciudadela universitaria y en otras extensiones es otro componente que busca ofrecer mayor seguridad a la comunidad de este centro de estudio superior, que cuenta con cerca de 70.000 estudiantes registrados en las 45 carreras de las 17 facultades.

“Queremos que haya tranquilidad por parte de docentes y estudiantes, para caminar por los predios universitarios y frenar los robos que se dan con frecuencia por los sectores oscuros de la ciudadela”, manifestó el rector.

El quinto componente involucra la gestión operativa del sistema de seguridad, que se desarrollará en un periodo de 24 meses. Se contratará supervisores y personal que manejarán las cámaras de monitoreo.

“La parte contractual está terminada. Se aprobaron todos los pasos establecidos por el Servicio de Contratación de Obras (Sercob). Estamos esperando la transferencia que le toca a la universidad en este año, sobre los fondos que quedaron comprometidos el año pasado”, explicó Contreras, quien aseguró que la próxima semana podría arrancar la obra definitiva.

Al momento se han iniciado las labores de planificación y logística para montar los campamentos y las bodegas donde se guardarán las herramientas de los trabajadores. En la puerta de salida del campus, a la altura de la Facultad de Educación Física, maquinaria pesada realiza los orificios para ubicar el cableado existente, con el fin de dar paso a la colocación de la fibra óptica.

La comunidad universitaria tiene muchas expectativas por este plan que les ofrecerá mayor seguridad.