CONSTRUCCIONES HORIZONTALES CHONGÓN
Urbanismo. Las construcciones horizontales siguen ganando terreno con la expansión de Guayaquil hacia el oeste.Álex Lima

El Guayaquil del futuro debe mirar hacia arriba

El desordenado crecimiento de la ciudad suma varios problemas. Urbanistas insisten en incentivar la construcción vertical

Guayaquil sigue expandiéndose. Hacia el oeste, específicamente en la vía a la costa, catalogada por autoridades como uno de sus nuevos polos de desarrollo, se construyen en la actualidad nuevas urbanizaciones. Asimismo, las parroquias La Aurora, en Daule, y La Puntilla, en Samborondón, acogen a miles de familias porteñas desde hace más de tres lustros.

Ya en los primeros años del actual milenio se evidenció que los guayaquileños comenzaron a buscar otros espacios para residir. La Puntilla fue el destino de muchos quienes habitaban en el barrio del Centenario. Poco a poco, según urbanistas, este fenómeno comenzó a replicarse en otras zonas, como Urdesa.

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El desordenado crecimiento horizontal del Gran Guayaquil, que incluye a Daule, Samborondón, Salitre y Durán, en los últimos años ha provocado problemas previsibles como un mayor congestionamiento vehicular y la centralización de servicios para la ciudadanía; situaciones que ha venido publicando EXPRESO.

Una de las opciones que han sugerido desde hace varios años arquitectos y planificadores urbanos para una mejor distribución de la ciudad es el incentivo a las construcciones verticales.

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“Es lo ideal”, expresó Virgilio Gonzenbach, presidente de la Cámara de la Construcción de Guayaquil, sobre esta propuesta. “En el crecimiento vertical y en la densificación es donde está justamente el ahorro de la ciudad en infraestructura, y también el bienestar de la familia porque, al haber mayor cantidad de personas que ha sido densificado su sector, va a poder tener los servicios cerca”, manifestó.

Hace un año, el Concejo Cantonal de Guayaquil aprobó en segundo debate una ordenanza para un nuevo ordenamiento territorial. Con esto, la ciudad quedó dividida en 19 sectores, cada uno con un promedio de 150.000 habitantes.

Uno de los objetivos de las autoridades municipales, dentro del plan de reordenamiento, es transformar a Guayaquil “en una ciudad de 15 minutos”.

Gonzenbach manifestó que las construcciones verticales son clave para la densificación. Pero su aplicación debe ser enfocada en zonas donde se generen un mayor flujo de servicios. 

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“No es de hacer en una zona cualquiera y empezar a densificar las viviendas y después tengan que trasladarse a otros lados para obtener los servicios. En eso va a tener que utilizar mucha transportación. La idea es lo contrario. La idea es, donde estén los servicios, ahí densificarlos”, reiteró el dirigente. Y agregó que la apropiada utilización de este tipo de edificaciones sí podrá generar una ciudad de 15 minutos.

CONSTRUCCIONES HORIZONTALES CHONGÓN
La ciudad seguirá creciendo hacia el oeste, sin regulaciones que impidan que ese extensión sea desordenada.FREDDY RODRÍGUEZ

Además de incentivos para las construcciones verticales en la ciudad, el planificador urbano Carlos Jiménez insistió en la necesidad de promover “una mezcla de usos de suelos” en los barrios. “Con una oferta variada de servicios, de negocios, la gente no va a tener que trasladarse tanto”, explicó.

No obstante, al no existir regulaciones en la urbe porteña, se seguirán consolidando las extensiones fuera del territorio.

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“Realmente las construcciones horizontales no son el estado ideal porque mientras más ancha es la ciudad, más caro es dotar de agua potable, alcantarillado, recolección de basura, el tema de la seguridad inclusive, son más kilómetros de los que tienen que recorrer los patrulleros, entonces realmente es caro”, explicó el arquitecto.

Los resultados de una planificación urbana del nuevo Guayaquil que incluya las construcciones verticales como esencia de su desarrollo podría tomar hasta dos décadas, dijo Jiménez.

“Lo que vivió Guayaquil es una historia de casi 50 años de promover una ciudad horizontal orientada a la vivienda unifamiliar, al carro, entonces va a tomar su tiempo regresar a lo que era el Guayaquil antiguo, que es donde usted escucha a la gente adulta hablar del zaguán, del mezanine, los edificios donde arriba vivía la familia, había más vida de ciudad”, manifestó el urbanista.

Tránsito Guayaquil
En las mañanas se registran atolladeros en los puentes que conectan Guayaquil con Daule y Samborondón.Miguel Canales

Este crecimiento desordenado se evidencia también en las obras que desarrollan las autoridades en Guayaquil. Por ejemplo, entre las avenidas de las Américas e Isidro Ayora, hoy se construye un paso elevado, cuya primera parte estará lista en octubre próximo.

A diario, por ese tramo ingresan y salen los vehículos de residentes de urbanizaciones de La Puntilla y La Aurora.

“Es momento en que las alcaldías se sienten en un consenso y un plan de crecimiento a muchos años en los mapas de usos de suelo e idear los mecanismos para que haya un enfoque sistémico, porque al final Guayaquil está pagando los puentes y son los Municipios vecinos los que están promoviendo la vivienda unifamiliar”, refirió Jiménez.

Aquello también implica una integración para mejorar la movilidad entre cantones, fomentando transportación alternativa.

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