Urdesa Central se ve tan mal de día como de noche
Comunidad pide más iluminación y señalética en el puente que une con el Albán Borja. Desaseo en barandas, jardineras y maleza en peatonales, otros problemas
Urdesa Central pierde su brillo, se apaga. Hace unas semanas EXPRESO publicó un reportaje en el que citó a los barrios en los que, pese a los insistentes reclamos y pedidos ciudadanos, la Alcaldía no los escuchaba y la obra no llegaba. Entre ellos estaba este vecindario. Sin embargo, desde aquella publicación, más denuncias han llegado a esta Redacción revelando distintos problemas.
Entre ellos, la falta de señalética del puente que conecta a Urdesa Central con el centro comercial Albán Borja, así como la deficiencia de iluminación. Cruzarlo representa miedo, ya sea por los asaltos que se reportan o el riesgo a que un vehículo los arrolle.
Otros dolores de cabeza son algunas peatonales y jardineras que acumulan desperdicios y están rotas. Allí el color se ha perdido y aguardan a que vuelvan a tener vida y no mugre, como se observa.
Laura Gómez, residente, vuelve a alzar su voz. “En la calle Circunvalación hay tapas sobresalidas y urge una señalética en el puente para ir tranquilos, pues la mayoría somos adultos mayores”, manifiesta; al señalar que en las aceras, antes de subir al puente desde Urdesa, se levanta la estructura que detalla las rutas, pero obstaculizan a los transeúntes y deben saltar a la vía.
Debería haber más iluminación y señalética de precaución y de no arrojar basura en la zona del manglar, esto en la zona del puente. He escuchado de accidentes.
Son dos bloques y en los alrededores se empoza el agua. La habitante, que ha enviado un sinnúmero de oficios al Municipio para que aterrice una atención, se lamenta de que el paso para peatones es mínimo, que caminan uno detrás del otro y que no haya una advertencia que diga velocidad mínima y los carros y motos se disputan el puente.
Con eso concuerda Erick Saldarriaga, morador, y quien a diario utiliza la estructura para llegar a su domicilio. “Es inseguro, no hay señal de curva, pese a los peatones que caminan de Urdesa a Miraflores”, expresa Saldarriaga.
En un recorrido que realizó este Diario comprobó que, efectivamente, algunos vehículos ruedan a exceso de velocidad, mientras que una señal de tránsito, que advierte zona escolar, está deteriorada. A escasos metros está la Universidad Casa Grande y otros negocios que comienzan a tener más dinamismo, pero pocos son los que se atreven a cruzar por la estructura.
En el entorno, que colinda con un tramo del Salado, no hay forma de que las familias puedan sentarse cerca del estero a conversar o pasar la tarde; debido a que el área es, advierten, concurrida por consumidores o indigentes que se instalan allí a dormir. En el sitio hay además otros escenarios desalentadores: maleza, desperdicios y una pileta que no funciona. En su caso hay una ‘piscina’ de aguas lluvias con tono ya verde.
El Cabildo anunció hace poco que 5.534 metros cuadrados de peatonales son reparadas en Urdesa Central. Estos trabajos, aseguró, incluyen la adecuación de estos espacios, ¿pero incluyen a los citados en el reportaje? Fue la consulta que este Diario hizo a la entidad, pero hasta el cierre de la edición no hubo respuesta.
A esta zona lo que le hace falta es trabajar en el tema de seguridad. La regeneración está ya desgastada y espero que se mejoren, asimismo, las peatonales.
A Carmen Miranda y Delia Sabando, otras moradoras, también les da terror caminar por esta zona. “Me gusta ese puente, pero está feo. La regeneración está desgastada. No podemos utilizarlo ni recorrer el área para ejercitarnos o pasear a nuestras mascotas. Este es solo un punto más del barrio donde la falta de obra pública le pone trabas a la convivencia”, argumenta Sabando.
La peatonal de la calle Costanera A, frente al parque Cigarra, también presenta abandono: la maleza se ha instalado a lo largo de la caminera. Y es por esto que los moradores aguardan una intervención integral, que alcance a toda la ciudadela para no apagarse.
