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Los vecinos de Urdesa Norte claman por rescatar su parque
Árboles muertos amenazan con caer sobre los transeúntes y la falta de iluminación complica el ocio barrial
En el parque de Urdesa Norte aún vive el fútbol, pero no sus árboles más altos. Su área tiene forma de “Y” y se ubica en la bajada de Lomas de Urdesa, al inicio de la avenida Fernando Artieda y la calle Cuarta. Aunque suele pasar desapercibido para los conductores que toman esa vía de paso, sigue siendo un espacio concurrido y familiar que, a gritos de su comunidad, reclama mantenimiento.
Los gigantes que dejaron de ser verdes
“Ahorita, el principal problema son los árboles. Están muertos. Queremos que los poden, porque se están cayendo por pedazos”, dice Jesús Tagle, quien pasa gran parte de sus tardes en la esquina del parque. Él cuenta que con las primeras lluvias del año, aunque ligeras, han hecho que las ramas se desprendan, y ya han dañado “al menos dos parabrisas”. A propósito de esto, cuando Tagle conversó con EXPRESO, se encontraba barriendo ramas que recién habían caído, y que estuvieron a instantes de golpearle en la cabeza.
Aunque no endémicas, las plantas que aún se proliferan son cactus y especies que sobrevivieron a la plaga de la cochinilla en 2022 y 2023. Estas las cuida un morador los fines de semana, quien también ocasionalmente limpia el espacio. Pero salvo por contados vecinos que se le unen, como María Elena Córdova, no hay colaboración.
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“Son años que no viene nadie del Municipio a hacer mantenimiento. Esos árboles hemos pedido que los poden, pero hasta ahora nada. Ya están muertos, no tienen propósito y en cualquier momento se nos vienen abajo”, denuncia Córdova, quien también anhela que los vecinos pongan más de su parte en el cuidado del mismo, aunque sea esencial una mano de la Alcaldía.
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Basura que se acumula
En su balcón, Carlos Avilés tiene una cómoda vista al espacio público recreativo, y por eso también observa con preocupación cómo un gigante tronco se inclina muerto hacia el cableado. “Es un riesgo, ¿no ve como en Cuenca dos niños murieron por caída de árboles? Da miedo que eso suceda”, expresa.
Avilés también compara un problema de esta zona con el de otras ciudades: la disposición de la basura. Lamenta que algunos vecinos no respeten el horario de recolección, pero cree que el Municipio debería habilitar un espacio adecuado o instalar contenedores, “como en Ambato”. Señala que la vereda termina convertida en un tramo lleno de desperdicios, esparcidos por gatos callejeros y recicladores.
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Los vecinos comentan que algunos moradores aprovechan la tranquilidad de este espacio para sacar a sus mascotas, pero no recogen sus excrementos, dejando el parque sucio y descuidado. Esta situación agrava el deterioro de su infraestructura en lugar de contribuir a su conservación.
El miedo a los consumidores
“Esto está en condiciones precarias. Los niños no pueden jugar porque está todo sucio. Y al alcalde Aquiles Álvarez le pido que tome cartas en el asunto, mande a la persona encargada y corrija estas necesidades que tenemos”, solicita Fernando Copa, quien viene todas las tardes a jugar a la pelota con su hijo.
Él añade que, aunque el parque es un lugar tranquilo, prefiere irse después de las seis de la tarde, ya que en ocasiones es frecuentado por “fumadores”. Por precaución, opta por dejar la cancha para evitar que su hijo esté expuesto al fuerte olor del cáñamo.
El vandalismo ha dejado al parque con una iluminación deficiente. Algunas luces LED iluminan solo la mitad de la cancha, mientras que la oscuridad se apodera del resto y de otros rincones de este espacio público.
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‘Yo vengo a la iglesia San Antonio de Padua cada semana con mis amigas. Me da miedo pasar por aquí en la noche pues es oscuro, y como los cactus se alzaron mucho, no se muy bien quien puede estar adentro aguardando en el parque’’, dice Melania Haz, moradora del sector. La ciudadana asegura que el parque tendría ‘‘mejor presencia’’ con luces nuevas.
Apelan al ''espíritu deportivo'' del alcalde
Un grupo de jóvenes, quienes no quisieron dar sus nombres, llegaron a la cancha con su balón. “Venimos ahorita porque ya más tarde es oscuro el parque, no se juega tan bien con poca luz”, dijo uno de ellos al ser consultado por este Diario.
“De ley con que salga en el periódico le ‘parará bola’ el alcalde. Él es ‘pelotero’ como nosotros”, acotaron, describiendo la necesidad de readecuar la cancha (y las luces) donde juegan sus intensos partidos de índor.