La urgencia de transformar los barrios en torno a sus canales olvidados
Urbanistas plantean llenar de parques acuáticos a estos espacios grises de Guayaquil. Construir malecones, otra opción
Hay sectores de Guayaquil con ‘vecinos’ contaminantes, malolientes y con entornos abandonados, grises o sin sombra. Se trata de los canales de aguas lluvia o zanjas que atraviesan ciudadelas como Urdenor 1, Samanes, Mucho Lote, Las Orquídeas o Cumbres de Los Ceibos y que, así como lo ha publicado EXPRESO, acumulan males que agobian a las comunidades. Pero en medio de ese desalentador panorama, los urbanistas y ciudadanos concuerdan en que estos pueden tener una metamorfosis, para dar paso al verdor, la recreación, la convivencia, la salubridad...
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Leer másEn el caso de la zanja que divide Urdenor 1 de la Alborada, en el norte de la ciudad, muchos vecinos suelen caminar o trotar por los bordes. Lo hacen solos o con mascotas, aunque admiten que el mal olor que se percibe es irritante.
Brick Reyes, arquitecto y catedrático de la Universidad de Guayaquil, sostiene que en aquellos bordes, por ejemplo, es posible poner en marcha proyectos de arborización para mejorar la calidad del paisaje, la calidad del aire, crear microclimas con temperaturas menos altas y favorecer la sombra. Parte del éxito de la propuesta, remarca, es que la participación de la comunidad debe ser efectiva, con educación comunitaria.
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Reyes subraya que el manejo de los canales en áreas urbanas es crucial para garantizar la seguridad pública y calidad de vida. Es por esto que otra sugerencia es aplicar un revestimiento de hormigón, complementado con diseños de espacios verdes. “Sería ideal implementar infraestructura verde, ya sean superficies verdes, jardines pluviales, pavimentos permeables...”, especifica.
Brick Reyes
Arquitecto
El académico asegura que los canales abiertos requieren de un enfoque integrado en el que se combinen la infraestructura física, la planificación urbana y sostenible y, por supuesto, la comunitaria.
En tanto, Félix Chunga, máster en Urbanismo y Planificación Estratégica, dice que hay alternativas en torno a estas áreas. Una de ellas es la infraestructura verde, estrategia con la que se destinan áreas del territorio para mantener el equilibrio entre la urbanización y el medio ambiente. “Se basa en utilizar elementos de paisajismo, grandes áreas de protección ambiental como parques forestales, áreas de reservas naturales... En otras palabras, son grandes áreas inundables a propósito y no las pobladas (con estructuras) como viviendas, hospitales o escuelas”.
Chunga hace énfasis en la implementación de áreas inundables aplicando también la infraestructura verde, para que, por ejemplo, sean áreas recreativas y deportivas. Sostiene que lo que hay que hacer es limpiar los canales y no taparlos. “Lo ideal es aprovecharlos como parte de las áreas del espacio público, ya sea en los barrios o en las ciudadelas”.
“El problema es que se ha venido degradando mucho el espacio público y se piensa que el espacio público solo es el parque, plaza o malecón. Pero no es así, el espacio público debe estar integrado por estos espacios naturales que nos sirven también como reguladores del clima, medio ambiente, y eso no se lo ha estudiado”, explica.
Ahora bien, para el doctor en Arquitectura Johnny Burgos, el primer punto a tener en cuenta es la puesta en marcha de un esquema de ciudad. “Se puede hablar de una red de recuperación de espacios de agua, pero no hay, porque se necesita el plan... La diferencia de una obra y proyecto es que la obra se construye, cuesta; y el proyecto es el que se integra”, puntualiza Burgos, exdecano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Guayaquil.
Cita el caso de los parques acuáticos, que desde su punto de vista funcionaron y son interesantes. Él baraja la idea de que exista una red en Guayaquil de recuperación de estas áreas, pero eso sí, con “papel y lápiz en mano”.
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“Me parece interesante una red de piscinas, pero con red, y la gente tendría más espacios para divertirse los fines de semana. Ahora, si hago una red, por ejemplo, se le debería preguntar a Interagua cuántos de estos canales tenemos en la ciudad; y si solo son de la zona norte, por ejemplo, podríamos hacer una red, porque hay la conexión”.
Hay ciudadanos que al conocer las propuestas de los expertos, se suman al criterio de que estos sitios se pueden aprovechar para convertirlos en el escenario perfecto para levantar a los costados un malecón.
“En todos puede haber un malecón lineal, lleno de bancas, pérgolas, camineras. Tendríamos en el centro el canal, que si está bien cuidado podría albergar hasta peces. Sería fabuloso”, dice Julián Altamirano, quien sueña con ver de esa forma el canal de Samanes, que colinda con su casa; o el de Las Orquídeas, aledaño a su negocio.
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Leer más“Si miras a lo largo del canal de Las Orquídeas, no hay un solo árbol, todo es una masa gris. Si ponemos árboles frondosos, esto sería distinto. Podríamos dar cabida a las aves, sobre el agua podría darse cabida a kayaks o hasta especies de góndolas ‘guayacas’. Me encantaría ver así estos cuerpos de agua”, propone Aldo Ruiz, quien hace énfasis, entre lamentos, que Guayaquil es una “ciudad sin vida y gris”, por la indiferencia que históricamente han demostrado las autoridades por oxigenar la ciudad y recuperar el río y el manglar, parte de su identidad.
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