Vecinos: “Cuidamos los parques que el Municipio tiene olvidados”
La comunidad se encargan de la limpieza de las áreas verdes, a través de la autogestión. En varios sectores de la ciudad nadie asume esta tarea
Cada sábado salen de sus casas con escobas, mangueras y machetes para dirigirse al parque de la esquina, donde desbrozan la maleza, limpian los juegos infantiles y riegan las plantas que han comprado y sembrado. Lo hacen para que el área se mantenga bonita y sea un sitio de esparcimiento.
Se trata de un grupo de vecinos de las manzanas 185 y 192 de Sauces 3, norte de la ciudad, que cuidan y dan mantenimiento al área verde de su zona.
Aunque esta tarea no es obligatoria para ellos, aseguran que la ejecutan porque las autoridades competentes pocas veces se preocupan de aquello. “Nosotros estamos cuidando el parque que el Municipio tiene olvidado”, indica Washington Díaz, dirigente del comité promejoras de ese sector, que por muchos años exigió al Cabildo la implementación de un área donde adultos y niños puedan recrearse. Y ahora que la tienen, quieren mantenerla en buen estado, aunque para eso la comunidad deba destinar tiempo y dinero.
Parques olvidados, calles y veredas destruidas, robos y asaltos a todas horas y trancones en las vías son algunas de las preocupaciones con las que deben convivir los residentes de la ciudadela La Garzota, norte de la ciudad.
— Diario Expreso (@Expresoec) March 23, 2022
Cuenta que cada dos meses el grupo, conformado por diez vecinos, reúne recursos a través de la contribución voluntaria o por medio de la venta de rifas. “Lo recaudado es utilizado para pagar el trabajo de un jardinero que contratamos para que nos ayude con la tarea de embellecimiento del parque. El resto de los días, nosotros nos encargamos de su cuidado porque el personal del Municipio no lo hace”, indica.
En la etapa trece de la Alborada sucede lo mismo con el parque ubicado en la manzana 29. Según Danilo Molina, secretario del comité promejoras, sus integrantes son responsables de la administración, guardianía, mantenimiento y conservación de las áreas verdes.
Estoy de acuerdo que el vecindario apoye el cuidado de los parques, pero creo que el Municipio debe entregar el aporte que la comunidad requiere para realizar bien su trabajo.
Para lograrlo, han requerido la contribución económica del vecindario. “Cerca de 200 dólares invertimos para esta tarea. Los recursos salen de nuestros bolsillos, el Municipio no nos reintegra esos gastos”, señala, al indicar que esta tarea la hacen porque no quieren vivir rodeados de un área llena de maleza y mosquitos que perturbe la paz ciudadana.
No todos los vecinos quieren colaborar con el cuidado de las áreas verdes de su sector; mucho menos cuando eso les representa tiempo y dinero. Hay otros que lo hacemos con gusto.
En La Pradera 2, sur de la ciudad, no todos los vecinos están dispuestos a realizar este trabajo. “Nos pidieron que colaboremos con el cuidado de nuestro parque y lo estábamos haciendo, pero muchos compañeros al ver que el Municipio se había olvidado de apoyarnos, decidieron abandonar la tarea. Ahora somos pocos los que estamos al frente de esto”, manifiesta resignado Guido Muñoz, habitante del sector.
El cuidado de los parques es tarea exclusiva del Municipio, pero muchos vecinos nos involucramos en eso porque estamos cansados de ver el mal estado en que se encuentran.
Desde hace más de una década el Municipio entrega el cuidado de los parques inaugurados y remodelados a las asociaciones barriales, como una forma de que la comunidad se involucre en este proceso.
Sin embargo, Antonio Veloz, habitante de La Garzota, cree que la Alcaldía debería comprobar qué barrio está en capacidad de asumir el cuidado de las obras.
“No es cuestión de decir: ustedes háganse cargo de esto y ya. También debe existir un acompañamiento del Cabildo para saber si las cosas se las está haciendo bien. Lastimosamente eso no sucede y las consecuencias están a la vista”, menciona.
A lo que el residente se refiere es al abandono en el que están sumidos varios parques de este sector del norte de la ciudad, donde las áreas verdes se han convertido en refugios de mendigos, drogadictos, pandilleros y vagabundos que llegan a diario para dormir, consumir drogas y cometer robos en las viviendas aledañas, como lo ha informado EXPRESO en diferentes entregas.
“Varias veces me he salvado de ser asaltado por estos sujetos que se esconden entre las montañas de hojas y ramas secas que han caído de los pocos árboles existentes”, reprocha, al cuestionar que ninguna autoridad toma acciones para erradicar este problema.
En varias etapas de Sauces y la Alborada, Acuarela del Río y Brisas del Río, en el norte; así como en La Floresta, Sopeña, Coviem, Las Acacias, La Saiba, ciudadela 9 de Octubre, entre otras del sur, hay áreas verdes en las que ni el Municipio ni la comunidad no han querido intervenir, a juzgar por el abandono y descuido en las que se encuentran.
